Puerto Ayacucho.- El presidente de la Asociación Civil Navegantes de Amazonas, Alejandro Acosta, denunció que la gabarra de gasolina que debió llegar con 17.000 litros para beneficiar a los transportistas fluviales que se surten en la estación Puerto Venado, en Samariapo, fue desviada hacia las minas del interior de la región.
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Acosta indicó que esto perjudica la actividad comercial en los siete municipios, pues a través de esta vía reciben alimentos y otro tipo de mercancías. Destacó también que afecta el traslado de 200 personas, entre estudiantes y docentes de las comunidades indígenas. “Nos dejaron sin despacho, y todo esto en complicidad con el gerente de Pdvsa, Víctor Gutiérrez” aseguró.
Asimismo, aseveró que este hecho impide la movilización en jurisdicciones más alejadas, donde obligatoriamente tienen que utilizar el transporte acuático, entre ellas Atabapo, Alto Orinoco, Manapiare, Maroa y Río Negro. Resaltó que 34 transportistas están paralizados al no poder utilizar su cupo de 1.000 litros de combustible a la semana, según fue acordado en una asamblea con los organismos competentes.
El presidente de los transportistas fluviales dijo además que esta situación irregular sería denunciada ante el Ministerio Público y la Defensoría del Pueblo, así como en la sede de Pdvsa en Puerto Ordaz, representante de la extensión de esta institución en Amazonas, para que tomen cartas en este asunto y puedan solventar el problema que los perjudica.
La falla en el suministro del carburante para el transporte acuático se ha agudizado desde enero, cuando en una asamblea efectuada en la población de Samariapo, en Autana, con los representantes de la Gobernación de Amazonas, Petróleos de Venezuela (Pdvsa) y la Zona Operativa de Defensa Integral (Zodi), les aseguraron que el despacho sería semanal; pero a la fecha tales acuerdos no se han cumplido.
Lisa Pérez, del pueblo indígena huottoja y residente de San Juan, capital de Manapiare, reiteró que la escasez de gasolina es un problema que genera preocupación, desesperación y caos para los que habitan en los municipios fluviales. Ratificó que la actividad comercial se encuentra prácticamente paralizada porque no se ha podido trasladar alimentos y otros rubros hacia las comunidades.
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La también docente, quien pertenece a la organización Huottoja Chejerume, enfatizó que tienen casi cinco meses sin recibir combustible y han subsistido por los trabajos particulares que realizan, además de sus propias cosechas. A su juicio, las autoridades municipales deben crear un plan estratégico que mejore la calidad de vida de los indígenas, porque son los más olvidados.
“Cuando se presenta una emergencia con una persona enferma, toca navegar por el río y echar canalete hasta llegar al ambulatorio más cercano, porque nuestra realidad es que no hay gasolina y mucho menos lubricantes para los motores. Las autoridades no han buscado solución; falta voluntad política para gestionar ante las instancias competentes una posible salida a esta dificultad que nos perjudica en todos los sentidos”, señaló Pérez.
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