Ciudad Guayana.- Cuatro conductores que hablaron con El Pitazo entre el 1 y 3 de noviembre dijeron que en las gasolineras subsidiadas del estado Bolívar, los militares reciben sobornos en dólares para surtir más gasolina de la que establece el cupo autorizado por las autoridades regionales.
Después de hacer una fila de al menos cinco días, un conductor de esa región puede abastecer su carro solo con 20 litros de combustible a un precio de 5.000 bolívares por litro, pero si le paga en dólares al funcionario castrense o al bombero de la estación, tiene permiso para surtir más carburante, aseguraron los choferes.
Carabobo | Conductores pernoctan para surtir gasolina en estaciones subsidiadas
“A mí me surtieron mis 20 litros primero y pagué 100.000 bolívares; ya había hablado con el militar caleta, le di 20 dólares y me echaron 20 litros más”, señaló un usuario, quien prefirió no revelar su nombre para evitar represalias. Otros tres conductores comentaron que la situación se ha registrado en varias estaciones de servicio subsidiadas.
“Si te pones a ver ya el combustible en bolívares no existe, porque ya los militares y bomberos nos están pidiendo dólares en las bombas populares”, manifestó Carlos Restrepo, un mecánico de 54 años, quien surtió gasolina este martes 3 de noviembre luego de hacer una fila por cinco días en una gasolinera de Puerto Ordaz.
Gasolina brasileña en la frontera
Mientras tanto, los habitantes de la población fronteriza de Santa Elena de Uairén no tuvieron otra opción que habituarse a la nueva modalidad para conseguir gasolina: pagar para cruzar la trocha hacia Brasil y abastecerse en estaciones de servicio de ese país a un precio de 0,8 dólares por litro o adquirir el combustible que tiene el mismo origen mediante el mercado negro del lado de Venezuela, donde se consigue el litro a 2 dólares.
Desde marzo, cuando comenzó la cuarentena por la pandemia del COVID-19, la venta de gasolina por la vía regular está suspendida en la frontera.
Siguen las colas en Delta Amacuro
En Delta Amacuro persisten las kilométricas filas y la venta de gasolina por el código de matrícula del carro. Las autoridades regionales anuncian cada mañana los terminales de las placas y de inmediato comienzan a formarse las inmensas colas en las dos estaciones de servicio que existen en Tucupita. Los conductores se quejan de las fallas en el sistema Biopago y del poco combustible que les surten.
Equipo de corresponsales Guayana
Carlos Suniaga, Glorimar Fernández y Melquiades Ávila
