Puerto Ayacucho.- Ante la confirmación de los cuatro primeros casos de COVID-19 en Amazonas el 10 de mayo, el gobernador del estado, Miguel Rodríguez, se trasladó con su equipo médico hasta el municipio Río Negro ese mismo día para evaluar la situación. Desde esa población fronteriza con Brasil informó que los dos adultos, el joven y el menor de edad están aislados y recibiendo tratamientos en el Centro de Diagnóstico Integral de San Carlos.
Ese domingo, Rodríguez refirió que todos los contagiados pertenecen a una misma familia. Dijo que permanecería junto a los médicos y demás integrantes del Estado Mayor de la Salud en Río Negro para estar pendiente del estado de estas personas. En una primera publicación, hizo un llamado a la población amazonense a mantener la calma; señaló que se reforzó el cerco epidemiológico para evitar que ingresen más contagiados.
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El gobernante escribió: “Ratificamos que, lamentablemente, tenemos los primeros casos confirmados de COVID-19 en el estado Amazonas, específicamente en Río Negro. Son importados, procedentes de San Gabriel de Cachoeira».
«Insistimos en nuestro llamado a no perder la calma y no bajar la guardia. Debemos seguir alerta y extremar las medidas de cuarentena radical en nuestro estado, único método eficaz para contener la propagación del virus”, agregó Rodríguez.
El mandatario regional detalló que el grupo de 11 venezolanos salió en una embarcación el pasado 25 de abril de San Gabriel de Cachoeira; luego de seis días navegando, llegaron el 1° de mayo a San Carlos. Allí los médicos que permanecen en la frontera les aplicaron el protocolo respectivo: pruebas rápidas, PCR, chequeos y aislamiento. Eso les permitió identificar a tiempo la presencia de estos casos.
Una fuente médica reveló que integrantes de la comisión de salud que permanece en San Carlos de Río Negro propuso al gobernador enviar a los infectados a Caracas en vista de que la unidad de cuidados respiratorios del hospital centinela, el José Gregorio Hernández, de Puerto Ayacucho no reúne las condiciones necesarias para tratar a los enfermos y temen la propagación del virus.
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