La situación ocurrió en la tienda Traki de Puerto Ordaz, estado Bolívar. Foto: Carlos Suniaga
Ciudad Guayana.- “Me pasó algo. Me pusieron a limpiar en Traki”, le dijo Miguel a su primo Diego apenas llegó a casa la tarde del viernes, 14 de mayo. El adolescente se refería a un hecho que al día siguiente correría como pólvora por redes sociales luego de una publicación en Instagram: el maltrato que sufrió por parte de un grupo de empleados de Traki, sede Ciudad Guayana, estado Bolívar.
Miguel Oyer, de 17 años, es de Nueva Esparta y vive en Puerto Ordaz bajo el cuidado de su tía y primo desde hace 2 años. Recién salió de bachillerato y trabaja en una empresa de publicidad y eventos para generar ingresos. En su tiempo libre le gusta ir a Traki, una tienda por departamentos que su familia consideraba un lugar seguro para él.
El sábado 15 de mayo, a través de su cuenta en Instagram @migueloyer16, el joven denunció cómo empleados de esa tienda lo acusaron de haber robado una lata de galletas, hicieron que la pagara y luego lo obligaron a hacer trabajos de mantenimiento por más de una hora. La palabra ‘Traki’ se volvió tendencia en redes sociales y horas más tarde el Ministerio Público abrió una averiguación.
El viernes Miguel hizo una compra, pasó por el área donde empaquetan los productos y luego fue a retirar su bolso. Recordó que le faltó comprarse una gorra que había visto días antes y se devolvió a la tienda. “El vigilante me dijo que no podía subir con el bolso. Le respondí que ok, que disculpe”, relató en una entrevista telefónica con El Pitazo en la que estuvo presente su primo, Diego Martínez.
Luego de esa breve conversación con el vigilante, el adolescente decidió irse de la tienda. En el área de salida los empleados le revisaron la factura, los productos y su bolso, donde encontraron una lata de galletas vacía. Era de una compra que había hecho dos días antes, indicó Miguel.
Pero no le creyeron. El vigilante lo llevó al baño, le hizo preguntas sobre la lata e insinuó que se la había robado. “Me pidió que me bajara los pantalones y me subiera la camisa. Como vieron que no tenía nada, me subí los pantalones. Me pidieron la cédula, le tomaron fotos y me tomaron fotos en la cara”, aseguró. Puntualizó que los empleados sabían que era menor de edad, porque habían visto su documento de identidad.
Detalló que tuvo que pagar esa lata vacía que ya había cancelado el 12 de mayo, según una factura que publicó en su cuenta en Instagram. Una empleada lo llevó a la caja registradora y, escuchando las burlas de otros trabajadores, el joven pagó el precio de las galletas. “La cajera me dijo que no se iba a olvidar de mi cédula”, manifestó.
El episodio no terminó con el pago de la lata vacía. El adolescente contó que fue obligado a limpiar el piso de la tienda. “Yo no sabía qué hacer, así que cooperé con ellos, fui a limpiar. Una chica en el baño me dio las cosas, un coleto y una escoba”, dijo Miguel.
Estuvo haciendo trabajos de limpieza en la tienda por más de una hora, según explicó. Finalmente salió de Traki, no sin antes ser objeto de una última revisión, mientras otro empleado anotaba sus datos en un papel.
El relato en redes sociales fue compartido por miles de usuarios. El domingo el Fiscal General, Tarek William Saab, habilitó una fiscalía para atender el caso, fueron identificados los cinco empleados que participaron en los maltratos contra el adolescente y ahora se espera la audiencia de presentación. Traki emitió un comunicado rechazando los hechos cometidos por sus trabajadores.
“Las personas que han sido agredidas en cualquier comercio o institución, tienen que denunciarlo, porque utilizan la filosofía de que eres culpable hasta que se demuestre lo contrario”, concluyó Diego Martínez, primo del adolescente.
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