Los Teques.- Para los vecinos de la comunidad de Guaremal, la palabra paz tiene un significado y un recuerdo lejano en sus hogares. Esa paz de llegar a casa y dormir tranquilo parecía difícil de reencontrar entre los habitantes de la intrincada comunidad altomirandina, asentada en los kilómetros altos de la carretera Panamericana. Dos bandas delictivas habían tomado la zona y controlaban con armas largas la comunidad.
El equipo de El Pitazo recorrió, la tarde del martes 12 de enero, el sector y conversó con vecinos de la comunidad quienes relataron, aún en medio del miedo impuesto por el hampa, cómo ha cambiado la comunidad durante las últimas tres semanas.
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José Mendoza tiene una bodega en la parte baja del sector tequeño: “Aquí hemos tenido que pagar vacuna por meses para no ser víctima del hampa”.
Las sumas que les tocaba cancelar a una banda delictiva que mantenía tomada la zona, liderada por Alfredo Seijas Álvarez, de 31 años, apodado “Cabeza de Tornillo», fallecido el pasado 3 de enero en un enfrentamiento con fuerzas policiales ocurrido en el sector Sain Omero de Los Teques, era un porcentaje de las ventas semanales para no ser víctimas de la organización hamponil.
Mendoza relató que le tocó pagar hasta 300 dólares en un mes, durante noviembre, para poder trabajar y vender productos navideños en la comunidad.
Meses antes, específicamente el 23 de julio de 2020, en un procedimiento similar cayeron muertos otros tres secuaces de alias “Cabeza de martillo”, quienes también habían pertenecido a la banda de alias “José Félix”, otro líder negativo de una banda que mantuvo azotado a los habitantes de este sector hasta que murió en un enfrentamiento.
Ambas bandas habian mantenido bajo control a los vecinos. Durante toda la cuarentena estricta por la pandemia, estos delincuentes se apoderaron del sector La Fila, en la parte baja de la populosa comunidad.
Trascendió que el cobro de vacunas a comerciantes y vecinos mantenía en zozobra el sector. Las unidades de transporte público habían dejado de cubrir la ruta por temor a ser secuestrados, robados o asesinados.
Operativos conjuntos
El accionar del hampa y las constantes peticiones de seguridad por parte de sus habitantes lograron que los cuerpos de seguridad ingresaran a Guaremal en operativos constantes, desde el pasado mes de diciembre.
Los operativos en conjunto de funcionarios de la Policía del estado Miranda (Polimiranda), Policía del municipio Guaicaipuro (Poliguaicaipuro) y Guardia Nacional fueron articulados por el detective jefe del Cuerpo de investigaciones Científicas, Penales y criminalísticas (Cicpc) Carlos Andrade, nombrado secretario de Seguridad Ciudadana del municipio Guaicaipuro en el mes de diciembre y, desde entonces, ha fortalecido y engranado los dispositivos de seguridad que han recorrido noche a noche las comunidades tequeñas, entre ellas Guaremal.
“Aquí vinimos a dar seguridad a los ciudadanos, nuestra labor siempre ha sido disminuir los índices delictivos y vamos en ataque frontal contra las bandas de delincuentes que mantienen en zozobra a la colectividad”, destacó Andrade en un recorrido por esta comunidad, la tarde del martes 12 de enero, donde también entregó juguetes a los niños del sector.
Andrade explicó que las reuniones en las comunidades les han permitido detectar a todos los líderes de bandas delictivas.
“Tenemos más de tres semanas que no escuchamos una balacera”
María Martínez vive en el sector la Fila y tiene dos niños de 7 y 9 años. Comentó que temía volver a casa cada tarde luego de su ronda de trabajo en una panadería del centro de Los Teques. “Estamos recuperando la paz en nuestras casas. Tenemos más de tres semanas que no escuchamos una balacera, ya tenemos transporte hasta el sector y los delincuentes no están en sus puntos de cobro de vacuna”, dijo al detallar que su mayor temor era dejar a los niños solos en casa, porque le aterraba que los delincuentes ingresaran o se cayeran a tiros a plena luz del día.
“Estamos en otro ambiente, estamos tranquilos. Sentimos que nos escucharon y acudieron a darnos seguridad y sabemos, porque es el compromiso que asumió con nosotros el detective Andrade, que seguirán viniendo a mantener a raya a los delincuentes”, dijo otra de las vecinas.
Desde el 17 de diciembre se han realizado diariamente operativos en la zona: donde los vecinos aseguran que los delincuentes abandonaron la barriada.
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“Cuando caía el sol solo escuchábamos las motos de los malandros”, dijo una de las entrevistadas, quien destacó que las últimas cinco semanas, o quizás un poco más, han escuchado llegar a la comunidad a los uniformados en más de seis patrullas y caminar cada calle de la comunidad.
“Teníamos mucho tiempo que no recibimos un juguete, ni que podíamos salir a jugar en la calle, porque nuestros papás no nos dejaban”, relató un niño, de unos 12 años, que estaba en la puerta de su casa.