Gran Caracas

Madres de San Isidro unen fuerzas para ayudar a su barrio durante la pandemia

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Caracas.- Todos los días, un grupo de madres del barrio de San Isidro en Petare, estado Miranda, prepara comidas en el Centro Nodriza Alejandro Moreno con el fin de ofrecer un apoyo alimenticio para aquellas personas de la comunidad en situación de desnutrición, beneficiando a niños, jóvenes, madres embarazadas y adultos mayores.

Madres voluntarias empacando los alimentos | Foto: Andrés Rodríguez

Con la llegada de la cuarentena por el coronavirus, hace ya más de cuatro meses, su labor se ha vuelto imprescindible para las familias de la zona, que se han visto forzadas a afrontar un nuevo escenario económico, de necesidades apremiantes y con más limitaciones para producir día a día como antes, y que restringe sus opciones para traer la comida a la mesa.

Debido a la cuarentena, los alimentos son retirados en la puerta del comedor | Foto: Andrés Rodríguez
Persona beneficiada recibiendo su almuerzo | Foto: Andrés Rodríguez

“La dinámica de trabajo ha cambiado”, afirmó Lorena Carvajal, una de las madres colaboradoras y coordinadora en el área de la cocina del comedor. A lo largo de los 3 meses de confinamiento, seis madres se han comprometido a continuar trabajando diariamente para evitar una mayor exposición a nuevos integrantes. Los almuerzos, además, son entregados en las puertas del comedor o entregados en las casas de los beneficiados por las mismas voluntarias.

Lorena Carvajal, coordinadora del área de cocina | Foto: Andrés Rodríguez

El grupo de voluntarias logró el apoyo a 100 personas de edad avanzada de la zona, para mantenerlos alimentados con desayuno, almuerzo, merienda y cena todos los días, como protección contra el COVID-19. Sin embargo, la comunidad se enfrenta actualmente a otra circunstancia difícil: las donaciones cesaron desde junio por falta de presupuesto y tampoco se vislumbra una fecha de reactivación del plan por parte de las empresas que patrocinaron la iniciativa.

Los adultos mayores reciben paquetes de comida que cubren todos los alimentos del día | Foto: Andrés Rodríguez

Pero las madres de San Isidro se mantienen firmes en su voluntad y en su propósito de encontrar nuevos donantes que les permitan mantener con vida y en las mejores condiciones posibles a los adultos mayores, los más desasistidos y a raíz de la pandemia, catalogados como población más susceptible de contraer el virus.

Las madres llevan en carretilla los paquetes de alimentos hasta los hogares de las personas mayores | Foto: Andrés Rodríguez

Por su parte, Lorena lleva trabajando en el centro desde sus inicios en el 2018, el cual continúa en funciones gracias a organizaciones como Proyecto Nodriza, que vela por la salud de las madres en estado de gestación o período de lactancia, Alimenta la Solidaridad y World Central Kitchen, que protegen la seguridad alimentaria de niños y jóvenes.

De lunes a viernes Proyecto Nodriza y Alimenta la Solidaridad facilitan los insumos, los sábados y domingos World Central Kitchen se encarga de la entrega de materia prima.

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Seis madres se han comprometido a continuar trabajando diariamente para evitar una mayor exposición a nuevos integrantes | Foto: Andrés Rodríguez

Los problemas por falta de gas o agua no son esquivos para esta iniciativa; sin embargo, este grupo de mujeres emprendedoras se antepone a los problemas, y realizan largas colas si hace falta, o consultan a un vecino para poder continuar con sus buenas obras.

Los tapabocas son de uso obligatorio durante todo el proceso de elaboración de los alimentos| Foto: Andrés Rodríguez

Lorena manifestó que emplea su tiempo en esto porque no desea que ninguna madre de su comunidad tenga la preocupación de no tener con qué alimentar a su hijo. “Si en mis manos está poder ayudar a que solventen un poco y sea más llevadera la situación que están viviendo, mis manos están a la orden”.

Lorena Carvajal preparando los almuerzos con sus propias manos | Foto: Andrés Rodríguez

En tiempos donde la pandemia tomó por sorpresa a muchos que no tenían para comprar ni un tapaboca, en San Isidro, Miriam Bravo, costurera de profesión, se había quedado sin trabajo por la cuarentena y Proyecto Nodriza la apadrinó para confeccionar mascarillas de tela para la comunidad y para otros seis comedores del Proyecto en Caracas.

Miriam en su espacio de trabajo con su nueva máquina para coser que compró | Foto: Andrés Rodríguez
Miriam Bravo, costurera de profesión confecciona tapabocas de tela para la comunidad y para otros seis comedores de Proyecto Nodriza en Caracas | Foto: Andrés Rodríguez

En el caso de Miriam, estás acciones son el resultado de las ganas de retribuir la ayuda que una vez ella recibió. Lo que inició con 100 tapabocas confeccionados a mano, hoy en día, llegó casi a los 10.000 tapabocas que diseña con su propia máquina de coser, convirtiéndose en un emprendimiento personal que le permite traer el sustento a su casa, junto con la producción de otros productos.

A mí me motiva ver reflejada en otras personas la sonrisa de solidaridad que yo he recibido de otras personas que también me han ayudado”.

El hijo de Miriam usa una de las mascarillas que ella confeccionó | Foto: Andrés Rodríguez
Máquina de coser que pidió prestada luego de quedarse sin trabajo por la cuarentena | Foto: Andrés Rodríguez
Andrés Rodríguez
Publicado por
Andrés Rodríguez
Etiquetas: PetareSan Isidro

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