Guarenas.- Un grupo de pacientes que cumplen aislamiento en el Hospital General de Higuerote, en el municipio Brion de la región Barlovento, en el estado Miranda, denunció este jueves 23 de julio que llevan esperando entre dos y cuatro semanas por los resultados de las pruebas PCR del COVID-19.
Las personas, que pidieron no ser identificadas por temor a represalias, arrojaron resultados positivos en los tests rápidos, tras ser repatriados de Colombia, por lo que fueron aislados en este centro asistencial centinela.
Los afectados indicaron a El Pitazo que a un grupo de pacientes les tomaron las muestras mucofaríngeas a finales de junio y al resto de las personas a principios de julio, sin que hasta la fecha les hayan anunciado los resultados.
Además de la larga espera por los resultados, denunciaron que el Hospital General de Higuerote se encuentra en condiciones de insalubridad. «Esto da asco. Tenemos miedo de contagiarnos de otra enfermedad ante la falta de higiene», declararon.
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Los afectados captaron en fotos y vídeos el estado de áreas comunes como baños y pasillos en los que se observaron botes de agua y basura en el piso, entre la que se encuentra material quirúrgico.
Otra de las denuncias formuladas a El Pitazo está relacionada con la falta de insumos y utensilios. «En el área de la cocina hay pocos platos o bandejas y en varias oportunidades nos han entregado la comida en bolsas. Esto es inhumano», indicaron.
Se conoció que una de las pacientes permanece el lugar junto a su bebé de dos años de edad, a pesar de que la niña dio negativo en las pruebas rápidas. «Las enfermeras y los médicos no dejaron que le entregaran la bebé a sus familiares y tenerla aquí es más riesgoso para ella», enfatizaron.
Por su parte, la señora Otilia Lozano es la abuela de una de las pacientes aisladas. Ella reveló además que las personas que esperan resultados son víctimas de maltratos por parte del personal de enfermería que labora en el centro asistencial.
«Uno quiere saber cómo están y le responden mal a uno, uno se angustia. Sólo pedimos que sean más humanas y no traten mal ni a los pacientes ni a los familiares», exclamó.
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