La velada de autocine finalizó con un procedimiento judicial por no contar con permisos de la alcaldía de Sucre ni del estado Miranda. Foto Andrés Rodríguez
Caracas.- Existe una generación de caraqueños que no coincidió con la moda de los autocines en Caracas, cuando era la opción más económica para familias y enamorados en busca de privacidad. Ahora, gracias al COVID-19, pueden vivir la experiencia… eso sí, a un costo mayor del que se paga por la misma opción en otros países.
Después de una fuerte controversia en redes sociales a causa de los costos de las entradas, Cinex Auto logró dar la bienvenida a su primera función en la Universidad Metropolitana Caracas con la mitad del aforo previsto este 3 de julio.
La función programada para el Hotel Tamanaco Intercontinental fue suspendida, y ningún vocero ha ofrecido una explicación al respecto. Al momento de redactar esta nota, Cinex no se había pronunciado en sus redes sociales sobre este hecho, a pesar de que habían anunciado la función como agotada.
En un principio, el personal de Cinex que se encontraba en el lugar de la proyección le explicó a la prensa que este viernes no se realizaría ninguna función, y que solo se harían “pruebas internas”. Si bien la decisión fue anunciada a los medios, en ningún momento los trabajadores se dirigieron a los asistentes que ya se encontraban haciendo cola en el lugar.
A otros les dijeron que no contaban con el sistema apropiado para comprar las entradas in situ, y decidieron abandonar el lugar. Fue el caso de Juan Novoa, quien asistió con su esposa e hijo pequeño al Cinex Auto y buscaba comprar la entrada en el lugar, ya que la página web del circuito le arrojaba error cuando intentaron comprar las entradas por internet.
Alrededor de las 6:00 pm la decisión del circuito cambió y anunció a la prensa que habría función y que podría entrar a cubrirla.
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Una vez adentro, el personal de Cinex Auto ubica de manera eficiente a los vehículos, y entre los carros pasan constantemente los trabajadores para atender los pedidos de los clientes, o para orientarlos al baño.
Cabe destacar que las películas en cartelera (Sonic: la película; Bad Boys para siempre; El hombre invisible; Unidos y El llamado salvaje) se estrenaron entre enero y febrero. De optar por pagar el servicio, el público venezolano verá películas en la gran pantalla con seis o siete meses de retraso, y que ya se encuentran tanto en plataformas de streaming como Netflix o Disney+ o en línea.
Las golosinas nacionales tienen un costo de un dólar, mientras que las importadas cuestan $3. El combo de cotufas y refresco para una persona vale $8, y el combo dúo (el más costoso) vale $12 e incluye dos refrescos de lata y cotufas grandes. Una ración de cinco tequeños vale $6. (cabe destacar que una bandeja de 16 unidades de tequeños “Las tías” tiene un precio de $8,60)
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Después de pagar 35 dólares para entrar a la función, muchos de los asistentes se quedaron cortos para acceder a los precios prohibitivos de la caramelería. Jesús Medina, por ejemplo, explicó que el dinero reunido entre él y sus cuatro acompañantes apenas bastaba para cubrir la entrada, y que los ítems del menú quedaron fuera del presupuesto.
Otros se mostraron decepcionados por el servicio. Gustavo Márquez, quien asistió a la función de la zona rental de la Unimet en compañía de su esposa, se quejó de que la pantalla no era lo suficientemente grande para asegurar la comodidad de los asistentes, y que la imagen era bastante clara y poco nítida. Descartó la posibilidad de llevar a los dos niños del matrimonio para repetir la experiencia.
Al cierre de esta nota, la periodista Alicia Hernández informó que la función concluyó con un procedimiento policial por no tener permisos ni de la alcaldía del municipio Sucre ni del estado Miranda.
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