El bullying es una de las formas de violencia más comunes en el ámbito estudiantil. En las instituciones educativas se hace más notorio este tipo de acoso o intimidación que resulta en una forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre niños y adolescentes.
En Venezuela no existen estadísticas que revelen cuantas son las víctimas. Sin embargo, desde fundaciones y entes gubernamentales se han difundido los medios para denunciar y dar a conocer los casos que se puedan presentar.
La Fundación sin fines de lucro Alejandro Márquez González activó en 2019 su página web alejandromarquezgonzalez.com, con el objetivo de ofrecer información detallada sobre las consecuencias emocionales que genera el bullying en adolescentes y niños.
En ese portal, las víctimas de acoso escolar y demás personas interesadas en el tema podrán realizar denuncias y aportar información.
Por otra parte, el Ministerio Público también activó la línea 0800-BULLING (2855464) donde los niños, niñas y adolescentes que sean víctimas de violencia escolar, así como padres, representantes, maestros, directivos y demás trabajadores de instituciones educativas pueden recibir atención en línea.
De acuerdo con la información que suministran en su portal, un equipo de operadores telefónicos labora de lunes a viernes de 7:00 am a 7:00 pm para atender de forma confidencial y ofrecer las herramientas necesarias que permitan minimizar el estrés y ansiedad que se genera en las víctimas de este tipo de violencia.
Para que un adulto identifique este maltrato debe primero conocer cuáles son las manifestaciones en la víctima. Entre las señales de alerta están: la tristeza, irritabilidad, ansiedad, dificultad para hacer amigos o hablar en publico, aislamiento, falta de sueño, excusas para no realizar actividades diarias, cambio de apetito.
Entre las recomendaciones que ofrece la organización venezolana Centros Comunitarios de Aprendizaje (Cecodap), para las familias, docentes y centros educativos están los siguientes puntos:
Dedicarles tiempo de calidad a los niños para que se sientan importantes, queridos y en confianza.
Estar atento a cualquier señal que refleje una situación de violencia.
Orientar al niño, niña o adolescente para que se comunique con sus padres en caso de sufrir acoso.
Atender a cada denuncia que hagan los estudiantes y canalizarla por los canales regulares.
Observar lo que pasa dentro y fuera del aula.
Informarse sobre este fenómeno y qué hacer.
Afrontar el hecho, y reconocerlo como clave para tratar el caso.
Hablar del problema.
Promover la participación de la familia y los estudiantes.
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