Caracas.- Comer, comer bien. Así de sencilla, de directa, fue la exigencia de una maestra que protestó frente a la sede del Ministerio de Educación, en Caracas, este miércoles 21 de octubre, y cuyos gritos se sumaron a los de miles de maestros que le piden al gobierno de Nicolás Maduro, y en particular a su ministro de Educación, Aristóbulo Istúriz, mejoras salariales para poder sobrevivir.
«¡Quiero comer bien! No es posible que todas las mañanas me levante y no tenga qué darles a mis hijos. No es posible. ¿Hasta cuándo? Dolarizaron todo menos mi sueldo. Un mes de aguinaldo, ¿cuánto fue? 1.500.000 bolívares. ¿Y qué compré, ah, qué compré? Medio cartón de huevos, una harina pan y media mantequilla, chico. No es justo, no es justo», gritó la docente, grabada en un video, cuyo reclamo retumbó en redes sociales.
Sueldos dignos
Ante la profunda crisis económica, agudizada por los estragos de la pandemia del COVID-19, los maestros y docentes en Venezuela decidieron salir a las calles para exponer y visibilizar la crítica situación del gremio, uno de los más golpeados.
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En distintas entidades del país, los maestros exigieron, una vez más, reivindicaciones salariales y contractuales, que les permitan sobrellevar la profunda crisis económica. La Federación Venezolana de Maestros ha precisado que el sueldo de los docentes debe ser $600.
“Estudié tantos años para nada, en este país no vale la pena ser profesional”, se quejó Romelia, quien es docente de categoría I, y este 21 de octubre protestó para exigir reivindicaciones salariales junto con sus colegas en la plaza Bolívar de Santa Teresa del Tuy, estado Miranda.
Protección social
A la exigencia de sueldos acordes con la crisis económica se suma la desprotección social. «No solamente en el aspecto salarial, sino en la desprotección social que vivimos y que no ha sido resuelta ni hay, por parte del Ministerio de Educación, ninguna respuesta favorable», señaló el presidente de la FVM, Orlando Alzuru.
Cese del amedrentamiento
El gremio exige, además, respeto al derecho de protesta y el cese de amenazas por parte de las autoridades gubernamentales y de los superiores, que no quieren que los docentes visibilicen la crisis del sector en todo el país y los obligan a que asistan a las aulas en condiciones precarias.
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En al menos 11 municipios del estado Mérida los docentes protestaron: Libertador, Campo Elías, Sucre, Alberto Adriani, Arzobispo Chacón, Andrés Bello, Tovar, Antonio Pinto Salinas, Rivas Dávila, Miranda y Santos Marquina.
El secretario general del Sindicato Unitario del Magisterio en Mérida (Suma), Carlos Gómez, dijo a El Pitazo que la protesta de los docentes en la entidad se enfocó en denunciar que el gobierno no solo viola el derecho a la educación, sino que viola otros derechos humanos.
Servicios básicos
Como la mayoría de los venezolanos, los maestros también piden mejoras en los servicios básicos, como agua, electricidad y gas, que en distintas entidades del país, tanto en hogares como en escuelas, sencillamente no funcionan.
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Los docentes en diversas zonas del país se niegan a dar clases con menos de dos o cinco dólares al mes y sin contar con servicios básicos eficientes, indispensables para la educación a distancia planteada en tiempos de pandemia.
Mejoras en infraestructura
Los maestros venezolanos también exigen mejoras en planteles y escuelas que antes de la pandemia estaban en condiciones precarias y que con la llegada del COVID-19, y la suspensión de actividades, han quedado en el olvido.
En Cojedes, la docente Nayarit Rodríguez invitó a los maestros a protestar porque todos sus derechos han sido vulnerados por el que considera un «mal gobierno» y precisó que no solo luchan por sus salarios, sino por la infraestructura escolar que está en el suelo.
