La Guaira.– El anuncio realizado a principios del mes de noviembre por Nicolás Maduro, de autorizar la práctica deportiva en espacios abiertos fue bien recibida por los tres clubes de natación que hacen vida en el estado Vargas: Delfines, Tiburones y Centro de Natación Vargas. Estas declaraciones les permitía volver a la pileta de Naiguatá, a los casi 120 integrantes de estos clubes, entre niños, adolescentes y adultos. Sin embargo, la realidad no ha sido esa.
Al volver a la piscina de Naiguatá, entrenadores y atletas se consiguieron con un lugar abandonado, al que no se le ha hecho el mantenimiento que requiere y lo que es más grave, con un cuarto de bombas completamente anegado en aguas servidas, que provienen del Centro Diagnóstico Integral (CDI) que funciona en el balneario de Naiguatá.
“El mayor problema que ha tenido la natación en el estado siempre ha sido la falta de piscinas para el desarrollo y los entrenamientos de esta disciplina, que por nuestra ubicación geográfica debiera ser la más emblemática, pero la realidad es otra. La piscina de Naiguatá, es la única de carácter público en la entidad y por ello es el centro para nuestra práctica deportiva. Está bajo la tutela de la gobernación, que apoya junto a la Cantera de Naiguatá al mantenimiento, pero como no había actividad desde marzo, pues no se habían realizado mantenimientos”, explicó a El Pitazo Evelio Rojas, presidente de la Asociación de Deportes Acuáticos de Vargas.
A pesar del abandono, atletas, representantes y docentes realizaron una jornada de limpieza para poder reiniciar las prácticas, pero el tema del agua residual en el cuarto de bombas, lo hace imposible.
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“Hacemos un esfuerzo solidario, entre directivos, atletas y representantes para reactivar la piscina. En las semanas de flexibilización hemos realizado operativos de limpieza, pero la situación que aleja las esperanzas de funcionamiento es el bote de aguas servidas provenientes del CDI. No podemos encender el sistema de bombas en estas condiciones, pues podríamos causar un corto circuito o dañar el sistema”, agrega Rojas.
Destaca que si no solucionan ese problema, no podrán llenar la piscina y va directo al deterioro. Sostiene que colocaron una bomba de achique para despejar el espacio, pero mientras no se repare bien el sistema de drenaje allí, va a continuar el problema.
Por su parte, atletas y representantes de los tres clubes afectados, coincidieron en la urgencia que las autoridades regionales tomen cartas en el asunto y se aboquen a la reparación de la piscina olímpica de Naiguatá.
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