San Cristóbal.- La mayoría de ellos va sin zapatos, con poco equipaje, ropa ligera y se observan quemados por el sol. Algunos llevan niños en brazos, en coches, o van caminando a paso lento; otros están descansando en algún espacio a la orilla de la carretera que comunica a San Cristóbal con los municipios Junín, Capacho Nuevo, Capacho Viejo y Bolívar. Son los llamados caminantes, venezolanos de distintas partes del país que decidieron migrar, en busca de mejor calidad de vida.
El Pitazo realizó este martes, 27 de octubre, un recorrido por las vías que comunican a la capital tachirense con los municipios de frontera que conducen a Colombia. No hubo un espacio en donde dejaran de verse los caminantes. Desde niños recién nacidos, de meses, infantes, adolescentes, adultos y personas de la tercera edad, algunos con muletas, bastones y andaderas, recorren las montañas de la tierra andina para lograr su cometido.
En las imágenes realizadas por Carlos Eduardo Ramírez para El Pitazo se observan ligeros de equipaje, cargan bolsos pequeños, la mayoría porta el bolso tricolor entregado por el Gobierno venezolano en las escuelas, o los de color azul que otorgaba anteriormente el Ministerio de Educación por medio de la beca escolar.
Otros llevan las maletas usadas por los niños para sus clases, sábanas usadas como bolsas con ropa adentro, o bolsos pequeños sobre sus cabezas. Muchos llevan niños en brazos o en coches. En este 2020 decidieron emigrar en familia. Padres, hijos, abuelas y hasta las mascotas van por las carreteras.
Algunos de ellos van sin zapatos, caminan con los pies ampollados porque el calzado que tenían estaba tan desgastado que dejó de ser útil en el trayecto. Son pocos los que se ven con botas o zapatos, quienes usan algún calzado son los famosos suecos plásticos o de tela, ya desgastados por el tiempo y el camino.
Mujeres y niños llevan cobijas o sábanas sobre la cabeza, para protegerse del sol. También se observan con envases de refresco (llenos de agua) en sus manos, o pan que les reparten en la vía.
Al conversar se hace evidente que la mayoría de ellos son del centro del país, no del estado Táchira. Manifiestan ser en su mayoría de Barquisimeto, Valencia, Caracas, Yaracuy y Portuguesa.
Por toda la zona se observan caminando o descansando en alguna sombra a la orilla de la carretera. También se detienen a comer, gracias a la caridad de vecinos de los municipios fronterizos con Colombia que preparan alimentos y agua para ayudarlos.
“No paran, parecen hormigas, van desde San Cristóbal, Rubio, Capacho y San Antonio. La gran mayoría se mete por caminos verdes, buscan esquivar alcabalas, aunque ahora algunos se atreven a pasar frente a los organismos de seguridad, porque al parecer hay una orden de que los dejen salir del país sin cobros, ni problemas, sin detenciones”, expresó Carlos Ramírez.
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