Caracas.- Desde que se sometió a una operación para bajar de peso, Liliana Morillo, comparte todo su proceso de transformación con sus más fervientes seguidores en Instagram. A siete meses de la cirugía, la actriz y cantante venezolana reconoció que antes no era feliz y que la vida le cambió.
Liliana se colocó la manga gástrica luego de pasar por varios episodios que la hicieron reflexionar sobre su salud. En varios testimonios que ha compartido aseguró que en ocasiones le costaba hasta repirar y presentarse en los conciertos junto a su madre, Lila Morillo y su hermana menor, Lilibeth.
Los cambios en la artista latina se comenzaron a ver desde el primer momento. Para el mes de junio, ya había bajado casi 10 kilos y recientemente pudo hasta lucir los trajes emblemáticos de su madre.
En su más reciente publicación en Instagram, Liliana Morillo se abrió un poco más sobre las razones que la llevaron a tomar la decisión de bajar de peso y reconoció que, aunque muchas veces aparentó estar feliz, no lo era.
«Yo el año pasado para la fecha. Siempre sonriendo, pero amargada, infeliz deforme. A punto de explotar. Esta es la cara de whisky, vodka, cerveza y lo que venga no controlado, hartadas de comidas junto a incontables cigarillos», escribió al comienzo de su reflexión.
En el post, que acompañó con una fotografía antes de su transformación, compartió muchos de los pensamientos o creencias que tenía sobre sí misma y que no la dejaban dar un paso al frente. Además dijo que aunque muchas veces sus familiares intentaban ayudarla ella no se dejó.
La mala relación con su padre «El Puma«, quien no le habla desde hace más de 30 años, y un matrimonio fracturado también fueron circunstancias que la llevaron a ahogarse en los vicios y no reconocer que sufría de obesidad. «Tú papá te desprecia públicamente y tu esposo te abandona, de seguro eres tú la del problema y no vales nada», escribió sobre el autoconcepto que tenía.
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