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En materia eléctrica han sido muchas las promesas: la modernización de Tacoa, en el estado Vargas; instalación de más unidades en Planta Centro, en el estado Carabobo; ampliación de la planta El Vigía, en el estado Mérida; la culminación de Tocoma, en el estado Bolívar, pero sobre todo que Venezuela sería una potencia energética.
Tras al menos siete apagones masivos desde finales de febrero a principios de marzo, la historia se vuelve a repetir y Venezuela tendrá racionamiento eléctrico “programado” y sin tiempo determinado, por ahora, mientras las autoridades buscan estabilizar el Sistema Eléctrico Nacional.
Desde su creación en 2009, el Ministerio de Energía Eléctrica ha tenido seis ministros (incluido el recién nombrado Igor Gavidia). Uno de ellos fue Héctor Navarro, quien recibió de manos de Alí Rodríguez Araque el despacho y parte de los pendientes en materia eléctrica.
En entrevista con El Pitazo, Navarro no se considera responsable de la actual crisis, salvo por el hecho de haber votado por Nicolás Maduro. Refirió que desde 2012 (fecha en la que estuvo en el cargo) ya los apagones demostraban que había una demanda insatisfecha y que ahora se comprueba.
Héctor Navarro
–Se necesita, en primer lugar, poner gente competente, idónea, con conocimiento, al frente del sistema. La designación de Igor Gavidia, a quien conozco desde que era estudiante en la Universidad Central de Venezuela, me parece muy acertada, independientemente de todo lo que tardó el Presidente (Nicolás Maduro); pero hace falta complementarlo con personal calificado en todas las áreas y que, lamentablemente, algunos fueron despedidos arbitrariamente por Jesse Chacón y Luis Motta Domínguez y otros simplemente se fueron de la empresa o del país. Es decir, que se requerirían, como en otros sectores, sueldos que a ese personal le permitan vivir con dignidad o, al menos, trato digno.
-Sólo tenemos el anuncio de que lo anunciará. No existe, hasta ahora, un plan que podamos seguir. Un plan significa fechas, horas, actividades, responsabilidades y, además, que los participantes, esto es, Hidrocapital y todos nosotros, estemos enterados del mismo. Entiendo que todavía hay sitios en Venezuela que no han recibido ni electricidad ni agua y me pregunto si ese es el plan. Cuando de verdad se explique un plan podré opinar sobre él.
–Esa respuesta la desconozco.
–Yo se lo atribuyo a una combinación de esos factores, pero agregando la incapacidad gerencial.
–Llegué de ministro, más no de presidente de Corpoelec, cartera que ocupaba Argenis Chávez a comienzos de 2012. Todos, o casi todos los contratos a los cuales hace referencia ya estaban firmados y en ejecución. Otros, extremadamente pocos y de pocos montos, fueron firmados en ese año 2012 por la empresa Corpoelec y su presidente Argenis Chávez, bajo el amparo del decreto de emergencia eléctrica.
Héctor Navarro
Como ministro, me dediqué a supervisar las obras relacionadas como Tocoma, Santa Lucía, Cumaná y Termozulia; obras que estaban en pleno proceso en el momento en el cual salí del ministerio en abril de 2013, justamente cuando Nicolás Maduro asumió la presidencia. De igual manera, estuve visitando las obras de instalación de una nueva turbina en Planta Centro y la creación de un taller de recuperación de transformadores en las viejas instalaciones de La Mariposa.
–De lo único que puedo hablar es Derwick, porque en una visita de inspección a la planta de Guarenas pude constatar, con uno de los ingenieros de la obra, que una turbina era usada. Al preguntarle me señaló que estaba garantizada como nueva por el fabricante y que habían tenido que aceptarla así por la emergencia. Personalmente le conté lo ocurrido al presidente Chávez, quien se llevó las manos a la cabeza sin hacerme a mí ningún comentario.
–Muchas cosas quedaron pendientes. Por ejemplo, Tocoma, una obra majestuosa a la cual le puse todo mi interés desde mi llegada al ministerio, en la cual pude estar presente en la instalación de la primera turbina. Me hubiera gustado muchísimo que quienes me sucedieron en el cargo la hubiesen completado después de tantos años. De la misma manera, el Parque Eólico de la Guajira, con un potencial de 10.000 megavatios,+ y que con esa energía limpia podría darle tranquilidad a toda la sufrida región occidental del país.
–No, salvo la responsabilidad, o más bien la culpa, por haber votado por Nicolás Maduro.
–Cuando fui ministro se produjeron algunas fallas. En esos casos, y eso está grabado en los medios de comunicación, abrí investigaciones independientes con especialistas en la materia. Los resultados los hice públicos en ruedas de prensa. Algunos eran por sabotaje, incluso con explosivos, y otros no, y así lo hice saber. Yo no descarto ninguna tesis a priori, tengo formación científica. Por ejemplo, he insistido en que los disparos sobre el autotransformador del Guri desde una distancia tan corta como 110 y 150 metros son simplemente imposibles en una zona de máxima seguridad como las instalaciones del Guri, a menos que exista complicidad interna y alguien haya permitido, allí mismo, la cercanía de elementos armados con fusiles con mira telescópica. ¿Será ese el caso?
–Hablé fue de una capacidad instalada y no necesariamente de producción y eso incluía, como dije, los Parques Eólicos de La Guajira y Paraguaná. La capacidad instalada mayor que la demanda es necesaria para disponer de una reserva.
Héctor Navarro
En 2012, el consumo nacional se ubicaba en algo más de 18.000 megavatios y los apagones demostraban que existía una demanda insatisfecha que, además, se encontraba en crecimiento por el crecimiento de la economía y los mismos planes de vivienda. Hoy el consumo (de los que consumen) hay quienes estiman en unos 13.000 megavatios y sin embargo siguen ocurriendo los apagones. No encuentro ninguna manera de explicar lo que falló, salvo la incapacidad de quienes dirigieron el ministerio y Corpoelec.
–No sabría responder, dado que los recursos aparecen aprobados en ley de endeudamiento. Por lo que entiendo de la falla mayor, la primera nacional, ocurrida hace unas tres semanas, dejó inoperativas por algún tiempo dos de las tres líneas de transmisión de 765 Kva. Siendo así, si Tocoma estuviese operativa, probablemente, tampoco hubiésemos tenido la posibilidad de extraer esa energía desde el bajo Caroní al resto del país.
La conclusión de todo esto es que en el tema eléctrico nada se puede dejar al azar: la limpieza de una subestación, la limpieza de las líneas de transmisión, pica y poda, la vigilancia permanente para garantizar las instalaciones y a los trabajadores y el mantenimiento del sistema. Este es un tema de profesionales.
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