Nacida en Francia, Laurence Debray creció entre Europa, Estados Unidos y América Latina. Venezuela forma buena parte de su historia. De niña pasaba vacaciones con sus primos venezolanos, y de adulta llegó a trabajar en un periódico de la capital, Así es la Noticia. En esa época entrevistó al presidente Hugo Chávez. De esos audios también se alimenta el documental ganador como la mejor producción audiovisual en Francia (ópera prima): “Venezuela, bajo la sombra de Hugo Chávez”, en la que Debray va narrando (voz en off) e hilando a través de imágenes de archivo, cómo el país que conoció en la abundancia terminó en la decadencia que es hoy

Laurence Debray, historiadora, documentalista y escritora, es una hija de revolucionarios con buen temple. Es casi un dibujito francés. Podría haber sido diseñada por Antoine de Saint-Exupéry. Menuda y muy organizada, no tiene un minuto que haya dejado al azar en su planing del día.

Su padre es el filósofo francés Régis Debray, un miembro de la clase alta francesa. Su madre, la antropóloga Elizabeth Burgos, de la alcurnia caraqueña. Pero los progenitores de la Laurence dejaron atrás su estándar de vida para convertirse en seguidores de Fidel Castro y del Che Guevara, historia que la escritora relata en Hija de revolucionarios, editado en 2017.


Pensé que ganaría el documental sobre Monjas violadas, podía creer que incluso otro que hablaba sobre La guerra de Argelia, pero no Venezuela, único documental nominado con temática extranjera. Fue muy sorpresivo

Laurence Debray
Ganadora del premio a la mejor ópera prima en la 25ª edición de los Lauriers

Al preguntar si se esperaba ganar el premio, Laurence Debray responde sonriendo: “Pensé que ganaría el documental sobre Monjas violadas, podía creer que incluso otro que hablaba sobre La guerra de Argelia, pero no Venezuela, único documental nominado con temática extranjera. Fue muy sorpresivo”.

La noche del martes 10 de febrero todo sería sorpresa. Un minuto después que le entregaran el premio a la mejor ópera prima en la 25ª edición de los Lauriers, festival que premia las producciones de televisión, a Laurence le escribió por WhatsApp el embajador de Francia en Venezuela, Romain Nadal, para felicitarla. También le mandó un vídeo. “Le dediqué el premio a los venezolanos que sufren en el país”, expresó Laurence, quien a través de su familia que aún vive en Venezuela, conoce cómo ha decaído la calidad de vida de los venezolanos.

–¿Cuándo fue la última visita a Venezuela?

–En junio del año pasado presenté mi libro Hija de revolucionarios con el periodista Alonso Moleiro en Caracas. Siempre vuelvo porque tengo amigos y familia allá. Quisiera llevar a mis hijos pronto, pero por ahora es complicado y angustioso. Cada vez que puedo visitar Venezuela, lo hago, sola. Soy francesa, sé mis derechos. Si tengo miedo de volver, entonces, ellos ganaron.

TV Show-Mélenchon

El 30 de noviembre del 2017, el programa de televisión La Emisión Política dedicó la transmisión de ese día a Jean Luc Mélenchon, eterno candidato a la Presidencia por la izquierda, por el partido Francia Insumisa, gran admirador de Hugo Chávez. Al ver entrar a Laurence Debray, Mélenchon perdió la cabeza, enloqueció a tal punto de voltearse y darle la espalda a la invitada. Ante todo esto Laurence lucía tranquila y sonreida. Al día siguiente este incidente daría mucho que hablar en Francia.

“Yo pensaba que él actuaba así por demostrar a su partido que todavía era agresivo, pro chavista. En fin, así me pareció. No me alteré porque estoy acostumbrada. Gracias a mi padre (el escritor Régis Debray) tengo entrenamiento con este tipo de personas, más de 40 años de ejercicio. Lo que sí no me esperaba es que fueran tan malos conmigo después del programa”.

–¿Malos? ¿Qué pasó después ?

–Pusieron cartas de amenaza debajo de la puerta. Me seguían en la calle, llamaban de noche a la casa, montaban todo un show cuando tenía firmas en librerías, escribían cosas muy feas de mí y de mi libro en redes sociales. Esto sucedió durante meses.

Ahora sé que este premio ha molestado mucho. La gente del cine y de la TV pública suele ser de izquierda. En muchos festivales no quisieron saber nada del documental. Arte lo puso muy tarde para no tener problemas.

A los venezolanos que están acá les cuesta entender que Venezuela no cuenta mucho para Francia, y luego, Chávez todavía tiene una imagen muy positiva y no así la oposición. El régimen ha sido muy efectivo en su propaganda. Eso no lo ha entendido la oposición.

–¿Qué le pareció la visita de Juan Guaidó ?

–La visita de Guaido fue muy desorganizada y demasiado rápida. Intenté ayudar con lo que pude para la mediatización de su visita en la prensa francesa. No era cualquier visita a Francia. Él habló a los venezolanos en Francia, pero no habló a los franceses. Creí que una de las metas de este viaje era hacer que la causa venezolana se conozca más en el mundo y no solo por los venezolanos. Me equivoqué.


La visita de Guaido fue muy desorganizada y demasiado rápida. Él habló a los venezolanos en Francia, pero no habló a los franceses. Creí que una de las metas de este viaje era hacer que la causa venezolana se conozca más en el mundo y no solo por los venezolanos. Me equivoqué

Laurence Debray
Ganadora del premio a la mejor ópera prima en la 25ª edición de los Lauriers

–Podemos decir que está ligada a cuatro países, España, Venezuela, Francia y Cuba. ¿Qué recuerdos tiene de esos países?

–Pues de Cuba recuerdo cuando fui pionera en el campamento de Varadero, tenía 10 años (1986). Después regresé cuando Estados Unidos normalizó las relaciones; François Hollande visitó La Habana en esa época. Cuba se ha detenido en el tiempo. Vi a La Habana vieja como Disneylandia, y otra parte muy decaída; nuevos hoteles de lujo dentro de los parámetros cubanos; zonas muy pequeñas donde hay internet. Una Cuba que vive del turismo y la otra que prácticamente no vive. Pero ahí están los helados Coppelia. La Casa del Agua sigue allí. Hay muchos lugares nuevos tipo tendencia, llenos de jóvenes y extranjeros. Se ve dinero en esos sitios. Hice varios reportajes para la revista Paris Match.

En cuanto a Francia se refiere, para mí son mis abuelos, cerca del Bon Marche, en el 7mo distrito de París. Ese París desapareció junto con esa generación que vivió la guerra. Ahora es una ciudad muy comercial, es otra cosa. En aquella época era muy tradicional, cultural, burguesa también.

Cuando pienso en España pienso en mi madre. Recuerdo la expo en Sevilla, ese nacimiento de la España moderna. Como decía mi padre: “Estaba más cerca de África que de Europa“. No había nada, vi el desarrollo de España. Siempre regreso. Por el libro que hice sobre el rey Juan Carlos, luego también el documental, siempre me invitan. Tengo muchas casas, me siento muy a gusto en Madrid y en Sevilla.

Venezuela para mí son las vacaciones. En Francia hay muchas vacaciones escolares, pero mi madre nunca tomó vacaciones. Me enviaba a Venezuela y yo siempre estaba entre Caracas, Margarita, Valencia, las playas de Choroní, con mis primos, mi tía y mis tíos. Los quiero mucho”.

La Habana es distinta de Caracas. Se quedó en los años cincuenta. Es una ciudad antigua. Cuando pienso en Caracas, ahora pienso en una suerte de China después de ese terrible virus. En mi última visita la vi como si la ciudad hubiese pasado un coronavirus.

¿Y en cuánto al Brexit?

–El Brexit está fragilizando mucho a Europa. Ahora se paraliza la construcción de Europa un año más mientras se negocia cómo van a ser ahora las relaciones con el Reino Unido. Como dijo De Gaulle, los británicos no tenían nada que ver con Europa, y además en esta euforia europea se aceptaron muchos países de una forma muy rápida. Al final ninguno va bien. Merkel se va, España es una catástrofe, Italia también y Grecia está saliendo como puede de la crisis.

El único líder europeo es Macron. Tiene un proyecto claro de país. Él pudiera estar trabajando en la banca, ganando dinero, pero cree en Francia y trabaja por ello. Lamentablemente, son muchas las dificultades y las resistencias. Puede ser positivo que los ingleses se vayan, pero lo hacen muy traumático. Johnson les promete liberalismo cuando los ingleses que votaron por el Brexit lo que querían era proteccionismo. Veremos, pero es un tema muy sensible.


Solo un enorme escándalo podría cambiar la reelección de Trump, que se ve segura. Aunque todas las barajas no están aún en el juego

Laurence Debray
Ganadora del premio a la mejor ópera prima en la 25ª edición de los Lauriers

Cuba-Venezuela

–La orientación política hacia Cuba por parte de Obama y de Trump son muy diferentes. ¿Qué opina de esas dos visiones?

–Lo que hizo Obama con Cuba quedó muy simpático, con ese carisma, ese charm, sin mucho sentido político. Creo que los cubanos han demostrado que han sabido engañar muy bien a los americanos desde la revolución. Trump es un ‘business guy’. Él hace lo necesario para seguir haciendo negocios. No tiene muchos valores. Si Raúl Castro le propone construir una Trump Tower en La Habana, me imagino que ya se arreglará el problema. Solo un enorme escándalo podría cambiar la reelección de Trump, que se ve segura. Aunque todas las barajas no están aún en el juego.

–¿Qué piensa del apoyo de los Estados Unidos a el Presidente Guaidó?

–Trump hizo lo necesario para conseguir el voto latino. Tal vez en un momento anterior quiso hacer algo, pero las diferencias culturales entre Venezuela y los Estados Unidos frenaron cualquier acción. La oposición le vendió a los Estados Unidos que todo estaba listo, que estaban casi en Miraflores, que con convencer a un par de militares ya montaban a Maduro en un helicóptero, pero se ha visto que no es así. Eso terminó como una gran telenovela sin fin, sin una estrategia política real. ¡Maduro es quien manda todavía!

–Conoce a Juan Guaidó. ¿Qué piensa de él como líder ?

–Guaidó es muy valiente y tiene los valores que yo conocí en la Venezuela antes de Chávez. Es un hombre de familia, con sentido del trabajo, es tradicional, pero no es un animal político. Es una persona muy buena y está rodeado de gente que o bien se ha tenido que exiliar o está dejando todo junto a él. Están agotados, tienen que librar una batalla contra la inseguridad, ese enorme estrés de lo cotidiano.

Hay muchos egos y eso debilita la oposición. Espero que de verdad se pongan todos detrás de él. Tienen que dejar de pensar en sus carreras personales y pensar en la nación. Yo creo que Guaidó es nuestra única esperanza. Es él o nadie.

La madurez política no es lo más destacable en el venezolano. Guaidó está luchando contra algo muy fuerte, muy bien articulado. Es un juego de ajedrez y los malos son muy buenos en ajedrez.

El rey Juan Carlos tenía muy buenos asesores, pero sabía cuándo escucharlos y cuándo ignorarlos. A Guaidó le toca matar al padre, en este caso es la sombra de Leopoldo López.

Guaidó cuando está en Venezuela está preso en su propio país. El arte de criticar a Guaidó es el arte más desarrollado por los venezolanos. En vez de machacar a Maduro, machacan a Juan Guaidó, quien está sacrificando su juventud por el país.


Guaidó cuando está en Venezuela está preso en su propio país. El arte de criticar a Guaidó es el arte más desarrollado por los venezolanos. En vez de machacar a Maduro, machacan a Juan Guaidó, quien está sacrificando su juventud por el país

Laurence Debray
Ganadora del premio a la mejor ópera prima en la 25ª edición de los Lauriers

–Hablemos de España. Hay cambios fuertes en el tablero.

–No veo España en una energía muy positiva, no la veo muy constructiva hacia el futuro. Veo hombres políticos que solo quieren el poder y no tienen una visión de país. El rey Juan Carlos contaba con líderes políticos que tenían visión. Hoy en día la veo muy frágil.

El rey es el único que no viene de una región ni de un partido político y puede mantener unida a España. Este Gobierno es tan frágil que tuvieron que hacer tres elecciones para formarlo. Si no hubiese rey pasaría algo similar a lo de Bélgica.

A mí me encanta España. Estuve con Guaidó en Madrid, ahora regreso a Sevilla, invitada para un evento donde voy a hablar de república o monarquía para España. Que ahora se proponga este tipo de temas para el debate es increíble, porque hace tan solo 20 años era impensable. Yo creo que España no ha cerrado las heridas de la guerra civil. Los que vivieron la guerra no quisieron caer de nuevo en algo así, entonces decidieron avanzar, pero el traumatismo sigue. Reinventan la historia. No hay una historia nacional que los una a todos, como en Francia, que tenemos 20.000 conmemoraciones oficiales. Allá unos critican la transición democrática, unos pocos la defienden, no saben lo que ha pasado. No hay una cultura histórica oficial. La enseñanza es regional en España y eso es muy peligroso.

Es hora de partir, Laurence Debray debe buscar a su hijo en la escuela y cae una lluvia discreta sobre París. Seguimos en este invierno cargado de cambio climático. Este 28 de febrero pasarán el documental ganador en la Maison de l’Amérique Latine, Venezuela bajo la sombra de Hugo Chávez. Será un cine debate. Ella estará presente. Seguirá hablando de Venezuela, visitando España y apostando por los cambios en Francia.

La conexión de Laurence Debray con Venezuela es definitiva: vienen para ambas nuevos desafíos.