El Título 42 es una medida que tiene EE. UU. para no admitir a personas si hay riesgo por salud. En virtud de la implacable pandemia que azota al mundo, ese país ha hecho una excepción: Biden ha dicho que los casos más vulnerables serán admitidos

Entrevista: César Batiz | Redacción: Daniela Carrasco

La periodista española independiente Judith Torrea reside en Ciudad Juárez, México, donde sigue el pulso del paso de los migrantes a EE. UU. de forma legal o contratando a los coyotes, personas, que advierte, trabajan para el crimen organizado. Se reafirma en el rol de periodista y, por lo tanto, en el de una servidora pública de quienes migran o piensan hacerlo y de sus familiares. “Yo no escribo sobre ti (migrante) y escribo para ti”, dice quien en su morral lleva historias felices y tristes recogidas en Juarito.

Desde su cuenta de Instagram, @Judithenjuaritos, informa sobre los procesos que existen para cruzar sin necesidad de contactar a coyotes o cruzar el Río Bravo y exponerse a peligros como abusos sexuales, asaltos y asesinatos por bandas de crimen organizado.

Una de las informaciones compartidas por Torrea es la existencia de la Excepción al Título 42, un proceso que por los momentos solo se realiza desde Ciudad Juárez. Según explica, es una opción segura y regular mediante la cual migrantes venezolanos y de otras nacionalidades pueden solicitar asilo durante el marco de la pandemia por COVID-19.

–¿Qué es el MPP y la Excepción del Título 42?

–Se debe aclarar que el MPP (Protocolo de Protección para Migrantes) no se puede solicitar; nadie puede pedirlo. De hecho, ya no existe, porque no está el expresidente Trump y el actual presidente, Joe Biden, lo suspendió. Se les otorgaba a las personas que solicitaban asilo político en EE. UU. y en lugar de esperar el proceso dentro del país, los devolvían a México con un documento que era el MPP.

El Título 42 es una medida que tiene EE. UU. para no admitir a personas si hay riesgo por salud. Ahora mismo hay una pandemia muy fuerte; por eso se ha hecho una excepción: Biden ha dicho que los casos más vulnerables los van a admitir.

A través de ciertas organizaciones, los venezolanos y cubanos llegan y se dan cuenta de que deben contactar a Hias (organización judía estadounidense sin fines de lucro que brinda ayuda humanitaria a los refugiados) o a los Abogados Gratuitos de las Américas-El Paso, decirles que quieren solicitar asilo y ellos les darán unos formularios.


La migración es una fuente de riqueza impresionante y para mí es una fuente de inspiración

Judith Torrea, periodista independiente que cubre la frontera entre México y EE. UU.

Las personas escriben lo que les ha pasado y esas organizaciones eligen el orden de entrada. Ahora mismo entran bastantes; de hecho, entran más personas por la Excepción al Título 42 que (antes, cuando entraban) por MPP.

Hay que tener paciencia, porque el proceso puede tardar de una a tres semanas, pero no se debe pasar por el río con el riesgo de que te regresen. Los que conocen la opción al Título 42 lo hacen de esta manera. Esto acabará cuando se estabilice la pandemia y haya un proceso para que las personas soliciten asilo, pero por los momentos es por la Excepción al Título 42.

–¿Por qué escogiste trabajar en la frontera entre México y EE. UU. desde Ciudad Juárez en lugar de cubrir, por ejemplo, la llegada de los migrantes africanos a Melilla?

–Nací en España y me acuerdo de que mi primer reportaje de profundidad, que hice cuando trabajaba y estudiaba, fue Memorias de África. Contaba la situación de mujeres africanas, que en ese momento había muy pocas en mi pueblo (Navarra) y quería entender por qué dejaban sus países.

La migración es una fuente de riqueza impresionante y para mí es una fuente de inspiración. Me gusta estar con personas que me inspiran y que tienen otras maneras de pensar. Es un tema que siempre ha estado en mi vida.

Después vino mi relación con Ciudad Juárez, una ciudad muy dura por ser el principal cruce de drogas a EE. UU. Es una ciudad bastante olvidada; también es una ciudad de personas migrantes. La verdad es que me enamoré de esta ciudad por las personas que sonreían a pesar de la adversidad.

–¿Cómo tomas la iniciativa de comenzar en Instagram una cuenta de información sobre el movimiento migratorio en la frontera?

–Empecé esta cuenta para dirigirme a las personas dando a entender que es información para ti, no sobre ti; es decir, información para las personas que están solicitando asilo político o que quieren hacerlo. Información práctica para esas personas, porque hay mucha necesidad; nadie lo está haciendo.

Surgió de algo súper espontáneo. Después de haber estado cubriendo los primeros casos de personas que solicitaban asilo y eran enviadas al lado mexicano de la frontera por el MPP bajo órdenes del expresidente Donald Trump, me parecía súper bonito cubrir el ingreso de esas personas; entonces empecé con una cuenta de Instagram.


Es información para ti –migrante–, no sobre ti

Judith Torrea, periodista independiente que cubre la frontera entre México y EE. UU.

Tuvo tanto éxito que las personas que me conocían decían “yo quiero que vayas al puente”, porque es un recuerdo único y las familias desde Cuba, Honduras, El Salvador se conectaban y veían a sus familiares.

Yo pensaba hacerlo una vez, porque es un trabajo subir al puente varias veces al día, además de lo que uno invierte, porque no recibo ningún tipo de recurso económico. Lo hice una vez y ya no lo he dejado de hacer; lo hago todas las veces que hay cruces, aunque ahora van un poco más lentos.

–¿Qué estrategias aplicas para desarrollar tu trabajo en la zona pese al peligro que existe en Ciudad Juárez?

–No tengo ninguna estrategia. Te sientes a veces vulnerable, soy mujer extranjera. El único miedo que tengo en mi vida es no hacer lo que siento que debo hacer en un determinado momento.

Cuando empezó el programa del MPP, hace año y medio, yo estuve a punto de irme y aceptar una oferta de trabajo en Miami y pensé que no era el momento, que venía una ola de personas migrantes de Cuba y sentí que tenía que contar estas historias, porque creo que una buena información te puede salvar la vida y una mala te la puede arruinar.

–¿Existe una relación entre coyotes, crimen organizado y narcotráfico?

–Claro, esa es la relación y el gran problema de los que son secuestrados. El coyote puede ser amable, pero esa persona trabaja para el crimen organizado. Las personas migrantes se han convertido en el nuevo negocio del crimen organizado, la nueva droga.

Si las personas usan al coyote tienen grandes posibilidades de ser violadas, secuestradas, asaltadas. Hace tiempo realicé una investigación y noté que todas las personas que habían sido secuestradas o extorsionadas habían utilizado coyotes.

Las venezolanas y las cubanas son las más vulnerables porque las personas del crimen organizado piensan que (sus familiares en EE. UU.) tienen más dinero que el resto de las personas que intentan llegar a Estados Unidos.


Una buena información te puede salvar la vida y una mala te la puede arruinar

Judith Torrea, periodista independiente que cubre la frontera entre México y EE. UU.

–Hace poco publicamos una información acerca de un joven venezolano que llegó a México D.F., lo secuestraron en el aeropuerto y lo liberaron en Monterrey. ¿Qué tan frecuentes son estos casos y quiénes actúan en estos secuestros?

–Lo pasan más los venezolanos y los cubanos. No es lo mismo ser guatemalteco, hondureño, salvadoreño, cuando el crimen organizado sabe que los familiares de cubanos y venezolanos están más establecidos por su estatus legal. Saben que las personas de Venezuela y de Cuba tienen familias en EE. UU. que responden por ellos y que tienen dinero.

Había cubanos que llegaban al aeropuerto de Ciudad Juárez a los que las autoridades en el lugar les quitaban los pasaportes y les pedían 1.000 dólares para regresarlos.

–¿Cuál es la historia que más llevas presente, que no olvidas?

–La de los asesinatos; las únicas imágenes que hay de un ciudadano casi a los minutos de ser asesinado, una persona cubana, Cristian San Martín Estrada, las tomé yo porque su hermana era una de mis seguidoras.

La regla de Biden sobre el MPP era que se debía dar prioridad a las personas más vulnerables y los que llevaban más tiempo. En el primer cruce no se cumplió esto; era al azar, no había un sistema organizado.

Cristian tuvo mala suerte. Tenía que haber estado en EE. UU. cuando fue asesinado. Tenía solo 19 años y había ido a Nogales porque parecía que era una zona más tranquila. Desde allí el esposo de su hermana lo trasladó a Ciudad Juárez porque supieron que al hablar en los puestos de Acnur los podrían dejar pasar.

Lo conocí y al día siguiente fue asesinado. Fue mala suerte y falta de conocimiento. Se quedaron en un hotel donde no es recomendable quedarse porque hay más coyotes y tráfico de drogas (…) Se hospedaba en el Hotel Río, donde se quedan muchos migrantes. Estaba hablando con su familia y pasó alguien y le disparó. Parece que se trató de un crimen de odio, pero no se sabe, porque no se investiga nada.


El único miedo que tengo en mi vida es no hacer lo que siento que debo hacer en un determinado momento

Judith Torrea, periodista independiente que cubre la frontera entre México y EE. UU.

–¿Qué recomendaciones darías a los periodistas que realizan seguimiento al tema migratorio tanto en el sitio como desde la distancia, como en el caso del equipo de El Pitazo?

–No haría una recomendación a los periodistas, y menos a los de El Pitazo, que son tan impresionantes y tan valientes al ser periodistas en Venezuela.

Podría decir que no confiar en nadie y, ya en cosas de logística, no decir nunca dónde te quedas; por ejemplo, muy pocas personas saben dónde vivo. No decir que eres periodista ni decir tus planes. No tomar taxis; hay varias personas que han sido secuestradas porque los taxistas trabajan para el crimen organizado.

Tener cuidado al redactar sus notas; no puede ser que las personas te den su historia y te cuenten algo tan doloroso y hay que saber si la persona está preparada para contar su historia sin que sufra un segundo trauma.

No hay que arriesgar a esa persona, porque puede que se den datos que los lleven a correr riesgos o a sus familias que siguen en su país de origen. Hay que estar conscientes de que son personas que huyen de su país y si lo hacen es por algo. Pueden estar persiguiendo a sus familias, por lo que hay que ser muy cuidadosos al momento de dar algún dato que los pueda poner en peligro.

Que se preparen (los periodistas) para aprender muchísimo, para que su corazón y su mente crezcan con esas historias de las personas que uno tiene oportunidad de conocer.


Las venezolanas y las cubanas son las más vulnerables porque las personas del crimen organizado piensan que (sus familiares en EE. UU.) tienen más dinero

Judith Torrea, periodista independiente que cubre la frontera entre México y EE. UU.