Las crecientes tensiones entre Rusia y Ucrania llevan a buscar alternativas que permitan mantener la estabilidad del mercado petrolero en caso de que se corte el suministro de combustible ruso a Europa o se incrementen los precios del crudo, dijo la internacionalista y profesora universitaria. Las empresas petroleras podrían verse afectadas, especialmente las que tengan participación en compañías rusas 

Entrevista: César Batiz Redacción: Kemberlyn Talero

El conflicto entre Rusia y Ucrania tiene su origen en la desintegración de la Unión Soviética, en 1991. Tomó fuerza en 2014 con la expulsión del presidente prorruso de Ucrania y cada día alcanza nuevas dimensiones, pues ahora intervienen Estados Unidos y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otan). Y aunque parezca un problema lejano, para algunos países, como Venezuela, esta situación no lo es, especialmente por tratarse de un país petrolero con relaciones cercanas a Rusia y sancionado por la administración de Joe Biden.

El aumento de las tensiones hace probable el comienzo de una guerra entre ambas naciones. Sin embargo, uno de los aspectos positivos que observa la internacionalista Adriana Boersner en el desarrollo de este conflicto es que permanecen abiertos los canales diplomáticos entre los dos países. De cerrarse, la experta considera que la primera acción que aplicarían Estados Unidos, países de Europa y miembros de la Otan serían las sanciones.

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“Hay quienes hablan de una tercera guerra mundial, pero yo no soy tan pesimista porque se mantienen abiertos los canales diplomáticos y de conversaciones”, resaltó en entrevista con el director de El Pitazo, César Batiz.

La experta, magíster en Ciencias Políticas por la Universidad Simón Bolívar, doctora en Ciencias Políticas y profesora de la Universidad de Carolina del Sur, en Aiken, Estados Unidos, destacó que generar una guerra implica costos políticos para Putin. Uno de ellos es que la economía de Moscú no es fuerte y, por lo costos que representa, iniciar una guerra en esas condiciones conlleva a dejar de resolver problemas domésticos. Entre estos están las acciones de estabilización económica para mantener una guerra que si bien podría durar días, también podría extenderse por años.

El segundo costo grande que identifica Boersner es que Rusia es considerada una autocracia personalista, en la que por lo general hay problemas de información y las percepciones de amenazas pueden ser distorsionadas. “Las amenazas de seguridad son percibidas en este tipo de dictaduras personalistas de una manera excesiva y es posible que el mismo Estado no tenga idea de la magnitud real de las amenazas”, señaló.

Tensiones que se extendieron en el tiempo

Acuerdos de asociación firmados entre Ucrania y la Unión Europea en 2013 generaron más tensión con Rusia, y la situación empeoró con la invasión a Ucrania y la toma de Crimea y Sebastopol ese mismo año. “Hoy en día estamos viendo básicamente un conflicto que se ha desarrollado a lo largo del tiempo, que siempre ha tenido tensiones, pero se han incrementado en los últimos tres meses hasta el punto de que se habla de cómo puede influir una posible guerra en Latinoamérica”, señaló la entrevistada.

La profesora universitaria recordó que la relación entre Rusia y la Otan siempre ha sido conflictiva porque esta alianza busca que países cercanos geográficamente a Rusia se incorporen a ella, y el caso de Ucrania, que busca adherirse, es problemático para Rusia porque acerca a sus fronteras la posibilidad de que se realicen ejercicios militares o se trasladen tropas de Estados Unidos u otros países de la alianza, y por eso intenta evitarlo. 

Rechazo a la Otan  

Ser miembro de la Otan implica la promesa de ayuda de los países miembros en caso de invasiones extranjeras. Por ello, uno de los cuestionamientos más generalizados, según explica Boersner, es la intervención de Estados Unidos en el conflicto, además de países de Europa del oeste y la misma Otan, aun cuando Ucrania no es miembro. En ese sentido destacó que al menos seis países vecinos a Rusia ya forman parte de esta organización. “Rusia busca cortar la expansión de la Otan entre sus países contiguos”, apuntó.

Otra de las razones por las que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, condena la incorporación a la Otan de países cercanos es la necesidad de mantener un margen de influencia en estas naciones. La importancia económica de Ucrania para Rusia radica en sus reservas de gas y petróleo, así como en su ubicación geográfica. “El hecho de que sea un vecino inmediato de Rusia lo hace importante para Moscú”, apuntó.

Para la analista, entre los países de la Unión Europea destaca la posición de confrontación que ha tomado Alemania en los últimos meses, a pesar de conocer la importancia para los países aliados de mantener el suministro de combustible, especialmente durante el invierno. La internacionalista recordó que cerca del 40% del consumo de gas y petróleo en el oeste del continente europeo proviene de Rusia, y para su distribución se crearon oleoductos, para los que la ubicación de Alemania es clave.


Estados Unidos busca garantizar que los países del Medio Oriente puedan seguir suministrando los mismos niveles de petróleo

Adriana Boersner, internacionalista

Por ello, Estados Unidos busca, a través de conversaciones con líderes de Medio Oriente, energías alternativas para asegurar el suministro de petróleo en caso de que Rusia decida cortar el suministro. Sanciones que afecten el sistema financiero ruso son parte de las medidas que se discuten entre Estados Unidos y países de Europa para presionar al gobierno de Putin. También se habla de acciones conjuntas entre el gobierno de Biden y Gran Bretaña debido a que muchas cuentas bancarias de los rusos se encuentran en estos países.

“El problema con esas sanciones es que se han aplicado al menos desde 2012 a la élite política y empresarial sin que se haya generado un cambio significativo en el comportamiento de Rusia”, reconoció Boersner, y, en ese sentido, considera que los que quieren aplicar estas medidas deben definir cuál es el objetivo porque hasta el momento no han logrado detener la escalada de tensiones con Ucrania.
Acciones como el cierre del oleoducto requeriría de un plan B porque implicaría una pérdida para Europa. “Si Estados Unidos no es capaz de darles una alternativa, sería riesgoso cerrar el oleoducto”, dijo.

Una estrategia efectiva para Estados Unidos pasa por evaluar las opciones de Rusia, y una de ellas es vender el petróleo que le dejaría de despachar a Europa en mercados como el chino, y de ser así, una acción como el cierre del oleoducto no sería conveniente, si bien en temporada de invierno sería una acción igual de negativa para Rusia como para el resto del continente.


La relación entre Rusia y la Otan siempre ha sido conflictiva

Adriana Boersner, internacionalista

Impacto en los precios del petróleo


La posibilidad de que se inicie una guerra entre Rusia y Ucrania hace también probable un impacto en el mercado petrolero de generarse un corte de suministro de combustible ruso a Europa y un incremento de los precios de petróleo. En este escenario, el papel de las empresas petroleras es crucial, por lo que la internacionalista Adriana Boersner no pone en duda las conversaciones entre compañías, como Chevron, con el Gobierno de Venezuela. Según Bloomberg, estas ocurren desde hace tres meses para tratar de levantar las sanciones de Estados Unidos y generar inversión en el sector petrolero nacional.

“A ninguna petrolera le gustaría estar en medio de un conflicto porque eso implicaría también problemas para los negocios. No estaría sorprendida si Chevron u otras empresas petroleras están en conversaciones con el Gobierno venezolano o cualquier otro gobierno para estabilizar el mercado o mantener las ganancias de estas empresas”, señaló Boersner.

La especialista mencionó entre los efectos de una posible invasión de Rusia a Ucrania, el impacto en compañías europeas con participación en petroleras rusas, como la británica BP, que tiene acciones de cerca del 20% en Rosneft.
Recientes conversaciones de Estados Unidos con el Medio Oriente hacen pensar a Boersner que el gobierno de Biden busca alternativas ante un posible aumento de los precios del petróleo derivado de una escalada del conflicto entre Rusia y Ucrania. “Estados Unidos busca garantizar que los países del Medio Oriente puedan seguir suministrando los mismos niveles de petróleo a un precio similar en un futuro en el que exista una guerra”, expresó Boersner.

Con respecto a Venezuela, lo más probable, de registrarse ese escenario, es que se reserve el petróleo para no respaldar al país norteamericano, afirmó la internacionalista. Sin embargo, recordó las limitaciones del país debido a la caída de la producción petrolera.


Rusia busca cortar la expansión de la Otan entre sus países vecinos

Adriana Boersner, internacionalista

Bases rusas en Nicaragua, Cuba y Venezuela

Adriana Boersner opina que Venezuela le abrió las puertas a la presencia rusa en Latinoamérica con la llegada de Chávez, y eso permitió además un mercado de armas y otros negocios en la región. Por otra parte, Rusia encontró en el Gobierno venezolano a un aliado importante en el continente.

“No puedo decir la cantidad de bases rusas que hay Venezuela y Cuba, pero están y comienzan a incomodar a países vecinos, incluyendo a Colombia”, país que denunció la presencia de militares rusos en la zona fronteriza del Arauca.

La analista afirmó que incluso se planteó la posibilidad de crear una base militar en La Orchila, pero es poco lo que se conoce al respecto. “Es cierto que en Cuba, Nicaragua y Venezuela pudiera haber mayor presencia de militares rusos, y hay hostilidades que buscan afectar no solo a Estados Unidos, sino a otros países, como Colombia”, refirió.


No estaría sorprendida si Chevron u otras empresas petroleras están en conversaciones con el gobierno venezolano

Adriana Boersner, internacionalista

Alternativas de Estados Unidos ante la amenaza de crear bases militares

Para atenuar las tensiones, la experta recomienda a Estados Unidos mantener los canales diplomáticos abiertos. El foco de Estados Unidos en materia de política exterior pasa por mantener la atención en la actuación de China frente a la economía mundial más que en la de Rusia. La actual estrategia de Biden y su gobierno se basa en mantener los canales diplomáticos y de negociación, pero sin ser ingenuos y caer en provocaciones. Rusia tiene fuerza militar para iniciar una guerra, pero últimamente se ha dedicado a crear tensión a través de guerras no convencionales, como el hackeo o la desinformación.

“Esto no necesariamente es una guerra entre Rusia y Estados Unidos, porque también podría ocurrir que Europa se encargue de negociar con Rusia y Ucrania”, apuntó Adriana Boersner como segunda posibilidad para la administración de Biden. Finalmente, una tercera estrategia es no dejar que las provocaciones de Rusia en Latinoamérica aumenten las tensiones entre los países de la región.