Natural de la población de Cabure, municipio Petit del estado Falcón, el anatomopatólogo es el primer médico de esta región elevado a individuo de número de la Academia Nacional de Medicina, la cual preside desde el 2 de junio por elección libre y secreta de sus miembros

Enrique López Loyo es el primer falconiano en presidir la Academia Nacional de Medicina, después de una elección en la que obtuvo el 100% de los votos para ejercer esta importante función durante el período 2020-2022, sobre todo para liderar las actividades y los cambios que se han propuesto todos sus miembros.

La distinción de ocupar la silla donde estuvo el reconocido médico y científico Jacinto Convit no ha perforado la sencillez de su carácter, sino que ha elevado su compromiso social con Venezuela, desde la práctica médica. Sostiene que el país no se ha acabado ni se va a acabar e invita a los jóvenes a reconstruirlo desde el trabajo académico.

En contacto telefónico con El Pitazo, López Loyo agradeció la distinción sobre la cual declaró que se siente honrado y comprometido a seguir los preceptos médicos con los que fue formado.

Nacido el 26 de abril de 1966, el médico falconiano, originario de la población de Cabure, municipio Petit en el estado Falcón, tiene, según comentan quienes le conocen, un carácter compasivo con sus pacientes, con la ciencia y la medicina. Mantiene un pensamiento optimista, ha superado dificultades personales, familiares, profesionales y se ha dedicado a investigar para ampliar su comprensión sobre la naturaleza humana.

Enrique López Loyo es el primer egresado de la Universidad Nacional Experimental Francisco de Miranda (Unefm) en llegar a la Academia Nacional de Medicina. Antes fue presidente de la Red de Sociedades Científicas de Venezuela, la cual agrupa a más de 40 organizaciones médicas, desde donde inició gestiones para enlazar la filosofía, la historia y la evolución de la sociedad médica en el país, con el fin de actualizarla y darle prestancia internacional.

Cáncer y José Gregorio Hernández

El hecho de que su madre haya fallecido por cáncer de mama lo motivó a adentrarse aún más en la investigación, la microscopía y la anatomía patológica. Al culminar su rural, inició su residencia en medicina interna en el Hospital Universitario Dr. Alfredo Van Grieken, de Coro, donde concursó y quedó en el posgrado en Anatomía Patológica en Instituto Anatomopatológico de la Universidad Central de Venezuela (UCV). “Lo demás es historia”, dijo.

Otro de los mérito del anatomopatólogo López Loyo es su participación como redactor de la Gaceta Médica de Caracas, fundada por el doctor Luis Razetti el 15 de abril de 1893, tercera publicación en importancia más antigua en Latinoamérica.

También fue autor de “José Gregorio Hernández: la epoyeya de su laboratorio”, un libro donde muestra un análisis descriptivo del primer laboratorio científico, el cual revela una visión multidimensional sobre Hernández, como hombre de ciencia y médico, bajo una perspectiva más actual de la medicina venezolana.

En la actualidad, López Loyo continúa sus investigaciones sobre José Gregorio Hernández y lo que representó su trabajo para las ciencias médicas. Lo hace junto al doctor Rafael Muci-Mendoza, expresidente de la Academia Nacional de Medicina y representante de la Academia ante la comisión encargada del proceso de beatificación. Incluso, en los próximos meses publicarán un segundo libro sobre este tema.

Ahijado de Carlos Andrés Pérez

Para el médico falconiano su carrera es una convicción de vida. Conocer el dolor de cerca, tanto en conocidos o amigos, hizo crecer su curiosidad por curar o aliviar a los enfermos. Sin embargo, reconoce que no siempre el resultado es el esperado, pero afirma que ante cualquier circunstancia el médico debe acompañar el proceso de su paciente.

Está claro. Nacido y criado bajo los rigores de la formación familiar de campo, reconoce que haber vivido sus primeros años en la sierra falconiana, en un ambiente donde no se hablaba del este o el oeste –como en Caracas– ni del rico o el pobre, sino de la hermandad entre sus vecinos, lo retan a seguir las convicciones de vida que aprendió de su familia.

De padres adecos y serranos, Salomón López García e Hilda Loyo de López García, dedicados a la cría de ganado, la producción de derivados lácteos y a la siembra de maíz, es el menor de diez hermanos, la mayoría de ellos maestros y profesores universitarios. Su padrino de bautismo fue Carlos Andrés Pérez, para ese entonces candidato a la presidencia de Venezuela.

Esos valores familiares de los que habló López Loyo son los pilares que hoy en día lo levantan para ser mejor en la medicina, en la docencia, en la investigación, como esposo, padre, hermano y amigo.


La hipertrofia en el número de estudiantes para justificar un presupuesto y que tenga 13.000 estudiantes esparcidos en 18 núcleos en el país, alejan a la academia del joven que estudia medicina en la Unefm

Dr. Enrique López Loyo, presidente de la Academia Nacional de Medicina

Es por ello que ha sido un duro crítico del programa Barrio Adentro, de la intromisión de los médicos cubanos a la red de salud venezolana y a su formación deficiente, situación que le acarreó problemas cuando ocupaba el cargo de jefe del departamento de Patología del Instituto Nacional de Higiene, donde fue perseguido, acusado y obligado a salir de su cargo en el 2008, de forma prematura, como la catalogó.

Crítico incansable de la politización extrema, la masificación, la falta de inversión en estructura y mantenimiento de la red de salud pública, también estuvo en desacuerdo con el cambio de criterios de selección tanto de alumnos como de docentes para el área universitaria.

Lamentó que su Alma Mater, reconocida como una de la mejores casas de estudio del país, haya decaído, cuando una de las claves del éxito de esta universidad había sido su funcionamiento sin ningún sesgo político.

El aumento del número de estudiantes para justificar un presupuesto y que tenga 13.000 estudiantes esparcidos en 18 núcleos en todo el país, alejan la academia del joven estudiante de medicina. Opina de estos centros no son capaces de garantizar una formación efectiva en cuanto a especialidades médicas ofrecidas.

Trabajó con Convit

Con una vida de logros académicos, el doctor Enrique Santiago López Loyo, médico cirujano egresado de la Unefm, especialista en Anatomía Patológica de la Universidad Central de Venezuela, Doctor en Ciencias Médicas de la Universidad del Zulia, fue nombrado Miembro Correspondiente de la Academia Nacional de Medicina en 2009 con tan solo 42 años de edad, con la postulación del Colegio de Médicos del estado Falcón y el aval de una carrera intachable.

Siete años después, tras el fallecimiento del doctor Jacinto Convit, quien también fue una referencia médica en el país y el mundo, ocupa el sillón XXXI que tenía asignado su maestro como Individuo de Número de la Academia Médica Venezolana, donde comienza a escalar escaños dentro de la directiva como secretario en 2016, vicepresidente en 2018 y ahora, la presidencia en 2020.


Jacinto Convit era una persona austera desde todo punto de vista. No era un hombre conversador y prefería hablar con quien tuviera algún proyecto específico

Dr. Enrique López Loyo, presidente de la Academia Nacional de Medicina

“Conocí al doctor Convit cuando estuve en el Instituto Nacional de Higiene, porque él requirió en varias oportunidades los servicios en el área de experimentación, mientras llevaba una investigación sobre leishmania. Pidió mi evaluación sobre los ratones del bioterio del Instituto de Biomedicina, donde tenía su laboratorio. Todo aquello fue en la búsqueda de la vacuna para la leishmaniasis”, detalló.

Recuerda a Jacinto Convit como una persona austera desde todo punto de vista. Dijo que no era un hombre conversador y prefería hablar con quien tuviera algún proyecto específico en el instituto.

COVID-19

Ahora, con 54 años de edad y frente a un nuevo compromiso en la Academia Nacional de Medicina, López Loyo integra la Comisión de Salud conformada por el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, desde donde ha llamado la atención de los procesos que el gobierno de Nicolás Maduro ejecuta para enfrentar el problema del COVID-19 en Venezuela.

“Las academias teníamos razón en decir que el problema iba a estallar. Hay expresiones de esta pandemia que no se están tomando en cuenta, por lo que seguirán aumentando los casos de contagio, en el momento cuando se enfrenta la mayor crisis social, económica y política, con la destrucción del sistema básico sanitario, fuga masiva de talentos en el área de la medicina y la improvisación por parte del ejecutivo nacional en disponer de personal no preparado para atender la pandemia”, declaró para finalizar López Loyo.


El país no se ha acabado, ni se va a acabar

Dr. Enrique López Loyo, presidente de la Academia Nacional de Medicina