La nostalgia por su país lo hizo regresar a Venezuela en medio de la pandemia del COVID-19. Durante su estadía, el galardonado ciclista criollo dedica su tiempo en documentar lo que ve en Caracas y entrenarse en los espacios que le recuerdan a su niñez

Luego de conquistar la medalla de oro en la final del BMX Park, en el festival de deportes urbanos ImaginExtreme Barcelona, en España, celebrado a inicios de noviembre, el ciclista profesional Daniel Dhers regresó a casa. Aunque reside en Estados Unidos, Dhers retornó a su país de origen en medio de la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2. La razón es simple: extrañaba Venezuela. 

Acompañado de su inseparable amiga, la bicicleta, Dhers confesó a El Pitazo que aunque en el país no puede entrenarse como en su parque, ubicado en Carolina del Norte, estar aquí lo llena de alegría. 

“Cuando vi que el aeropuerto de Maiquetía abrió dije ‘mira, quiero ir dos o tres semanas’. Porque de aquí me voy con buenos recuerdos. Me llena de verdad el estar aquí. Una vez que me voy como que lo encierro dentro de mí y espero que esa carga llegue hasta la próxima vez que pueda volver”, dijo. 


Cuando vi que el aeropuerto de Maiquetía abrió dije ‘mira, quiero ir dos o tres semanas’. Porque de aquí me voy con buenos recuerdos. Me llena de verdad el estar aquí. Una vez que me voy como que lo encierro dentro de mí y espero que esa carga llegue hasta la próxima vez que pueda volver

Daniel Dhers

Confiesa que es muy poco lo que ha cambiado en Caracas desde la última vez que la pisó y sigue siendo una aventura montarse en su bicicleta y dejarse llevar por la “ciudad de la furia”, como la llama. Desde Catia, hasta Chacao, aprovecha sus recorridos para documentar lo que ve, pues dice que los ciudadanos que están fuera del país no saben lo que es Venezuela. 

“Mucha gente cree que uno llega y está el tipo con la bazuca y las granadas. Creen que uno vive en guerra y no es así. Es loco, es desorganizado, hay de todo, pero no es eso. Quiero mostrarle al venezolano que está afuera lo que está pasando; y al que no es de Venezuela, y tiene la curiosidad, mirar que es una ciudad normal. Sí tiene sus caos, sus cosas, pero vivimos normal entre todos”, afirma.

Sin embargo, no todo es disfrute. También aprovecha sus días para entrenar para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, que fueron retrasados por la pandemia del COVID-19 y que están previstos para el mes de julio de 2021. Es un sueño que está a punto de cumplir y por el que no ha parado de trabajar, prueba de ello es el más reciente galardón obtenido en España, escenario que le sirvió de “examen” para poder notar su mejoría frente el volante.

“Estoy muy contento con el resultado porque yo venía entrenando y el Barcelona Xtreme me dio como esa plataforma para ver cómo vengo con mis entrenamientos porque al final del día,  mi meta sigue siendo Tokio, pero al alargarse un año más necesito esos exámenes. Me dio mucha alegría saber que voy por buen camino para Tokio 2020”.

¿Su rival? Él mismo

A su juicio, la postergación por un año de las olimpiadas le sirvió de apoyo para mejorar en su técnica, y aunque sí cumplió con el confinamiento para evitar el contagio del virus, Daniel Dhers nunca paró. Día a día estuvo en el “Daniel Dhers Action Sports Complex”, en Carolina del Norte, practicando los circuitos necesarios y enfrentándose a aquellos trucos que había olvidado, o que por miedo, había dejado de intentar. Utilizó la cuarentena a su favor y ahí considera que está la ventaja ante sus ocho contrincantes. “Me siento normal, es un día más, tengo más tiempo, no hay problema, pero me llama la atención cómo los demás corredores lo van a lidiar y creo que no lleguen tan motivados, tal vez lleguen un poco más perdidos”. 

La meta es traerse la medalla de oro a casa y para ello deberá enfrentarse a su mayor rival: él mismo. Asegura que la disciplina del BMX es “muy subjetiva”, pues todo se define en un minuto de competencia y reconoce que tanto él, como el resto de los participantes, están en un nivel similar de preparación. “Sé que en Tokio van a haber distracciones, que creo que si no estás en un lugar correcto mentalmente, te pueden absorber, y a la hora de competir tal vez se te olvida hasta lo más tonto. Estoy pendiente de lo que yo puedo hacer porque no puedo controlar lo que los otros chamos hacen. Lo que quiero es sentirme fuerte ese día y hacer lo que mejor hago que es montar bicicleta”.


Yo creo que lo que me ha ayudado a seguir en el deporte a esta edad es que lo disfruto. O sea, me gusta mucho lo que hago. Me gusta el lado estratégico de competir. Sí se hace difícil, porque cuando llega un corredor que tiene 18 años y tiene toda el hambre del mundo, es distinto porque ya yo pasé por eso. Voy más como ‘bueno, vamos a ver contra quién competimos hoy

Daniel Dhers

No hay límite

Lo que comenzó como un hobbie para Daniel Dhers, hoy es más que una pasión. A sus 35 años ha logrado más de diez preseas representando a Venezuela en diversas competiciones a escala internacional (entre ellas los cínco títulos en los X-Games y la medalla de oro en los Juegos Panamericanos). ¿Cuál ha sido su secreto para mantenerse activo en este deporte? Montar bicicleta todos los días, o como él lo llama “hacer la tarea”. De sus mentores, Jamie Bestwick y Dave Mirra, entendió que no hay una edad que limite la preparación, y mucho menos que ponga freno a sus ganas de seguir haciendo trucos en la bicicleta.

“Yo creo que lo que me ha ayudado a seguir en el deporte a esta edad es que lo disfruto. O sea, me gusta mucho lo que hago. Me gusta el lado estratégico de competir. Sí se hace difícil, porque cuando llega un corredor que tiene 18 años y tiene toda el hambre del mundo, es distinto porque ya yo pasé por eso. Voy más como ‘bueno, vamos a ver contra quién competimos hoy’, es más amistoso”. Asimismo, su labor como preparador de una nueva camada de ciclistas, le mantiene activo. 

Este confeso amante de la arepa reina pepiada y del chocolate venezolano, aconseja a  jóvenes y adultos a no darse nunca por vencidos. Perdió la cuenta de cuantos “no” recibió en su vida, pero lo que aún mantiene es el entusiasmo cada vez que debe salir a un circuito. “Si de verdad hay algo que te guste, dedícate, porque es posible. No pierdas la esperanza. Solo hay que cambiar el plan varias veces en ese camino y las cosas terminan saliendo”.