El economista y consultor gerencial en estrategia de negocios Benjamín Tripier considera que esta nueva reconversión monetaria no será exitosa para detener la inflación. Afirma que para frenar ese fenómeno lo mejor es hacer una reforma monetaria. Resalta que debe verse la medida del lado positivo para poder llegar a acuerdos
Cuando solo faltan horas para que se haga efectiva la reconversión monetaria que le suprimirá seis ceros a la moneda nacional, el economista Benjamín Tripier, socio ejecutivo y presidente de la firma Nueva Tecnología de Negocios, analiza cómo será la situación los días posteriores a la medida tomada por el gobierno de Nicolás Maduro, tan solo tres años después de la última eliminación de cinco ceros al llamado bolívar fuerte. El consultor gerencial en estrategia de negocios asegura que reinará la confusión y habrá un aumento de precios en escalón, todo esto acompañado de efectos colaterales y puntos ciegos.
«Viene un aumento de precios en escalón, no en curva sino en escalón, el día antes y el día después. ¿Por qué? Porque es muy difícil que alguien entienda que en el ticket del mercado se va a poner 0,03 bolívares, porque no vas a tener ninguna moneda con ese monto. No la hay», explicó el economista en una conversación con el director de El Pitazo, César Batiz, a través de las plataformas digitales del medio (Twitter, Instagram, YouTube y Facebook Live).
El economista egresado de la Universidad Católica Andrés Bello explica cómo será el efecto de esta medida en el ciudadano común a través de un ejemplo: “Si tu tenías un presupuesto para 30 pasajes al mes, ahora con la reconversión te va a quedar un presupuesto para 12 pasajes en ese lapso. El punto va a ser el nuevo precio porque como la gente no tiene céntimos va a tener que cuadrar todo hacia arriba, a 1,0 (bolívar). Lo mismo va a ocurrir con la unidad tributaria, pues de 20.000 bolívares no vas a ir a una unidad tributaria de 0,02 lo más probable es que suba a 0,50 o a 1,0 bolívar. Eso va a tener efectos en todo lo derivado de la unidad tributaria”.
Aquí no habrá una baja de la inflación, por consiguiente eso no será exitoso
Benjamín Tripier, economista y consultor gerencial en estrategia de negocios
Tripier destacó que para entender bien los problemas que causará la reconversión monetaria en Venezuela «es importante saber que el 70% de la población hace transacciones en dólares y es solo el 30% de los venezolanos quienes realmente transan en bolívares, y el 10% de ese 30% son los que se manejan con bolívares en efectivo». Por tal razón, el consultor cree que el cambio generará mayores problemas en una pequeña parte de la población que maneja la moneda nacional.
El economista considera que la situación se da en un contexto en el que una parte limitada de la sociedad, entre el 15% y 20%, está percibiendo una reactivación económica y otra parte «gigantesca» lo ve de forma negativa; por lo tanto, a ese porcentaje pequeño le va a resultar mucho más fácil manejar esta nueva realidad, pero el 80% lo verá negativamente, como un problema.
Para Tripier, la reconversión monetaria no es una salida o solución para frenar la inflación, pues para detener este fenómeno se debe recurrir más bien a una reforma monetaria. Al ser consultado sobre si prevé que dé resultados la eliminación de los ceros, el economista asevera que si el éxito de la reconversión se mide por correr ceros es «exitosísimo», pero si lo que se busca es frenar ese aumento generalizado de los precios, entonces no va a ser exitoso en Venezuela.
«La reconversión es uno de los componentes de una reforma. Puede decirse que estamos haciendo una reforma monetaria limitada. ¿Por qué digo limitada?, porque no estamos consiguiendo los propósitos que generalmente impulsan estos proyectos, que es frenar la inflación. Si tú haces solo una corrida de ceros, no frenas la inflación», destacó.
–¿Existen elementos que realmente justifiquen que tengamos una reconversión monetaria?
–Sin duda; la reconversión es lo mínimo que debería haberse hecho. La reconversión es uno de los componentes de lo que se llama reforma monetaria; la diferencia es que hay un espectro más amplio en la reforma y una parte muy limitada en la reconversión de esa reforma. Es como si fuera una reforma muy limitada. Casi siempre se espera que la corrida de ceros arrastre elementos para frenar la inflación. Normalmente ocurre cuando la inflación se te escapó de las manos, pero si lo dejas solo en la reconversión, no tiene el impacto sobre la inflación, o por lo menos no el impacto que esperabas, mientras que la reforma sí.
–¿Por qué en Venezuela el gobierno de Maduro se queda solo en la reconversión monetaria y no va a una reforma?
–El esfuerzo político, económico y psicológico para hacer una reconversión se va a parecer mucho al que hubiera tenido que gastarse para hacer la reforma. Con la diferencia de que la reconversión es una manera de correr la arruga, mientras que una reforma es una manera de anclar una solución y hacerla que dure en el tiempo.
Hay una cantidad de efectos colaterales, más uno que me estaban explicando sobre las máquinas fiscales: cuando teníamos la cantidad de ceros que teníamos, para aprovechar los espacios las máquinas no contemplaban los céntimos o tomaban uno solo. Ahora van a tener que contemplar los dos porque el segundo se va a volver muy importante. Entonces te vas a encontrar con que hay que hacer unas adaptaciones y ahí es donde viene todo un tema paralelo, que no se nota y es lo que justifica el porqué hay que cerrar los bancos.
El plazo que se dio para hacer todo esto fue muy corto: dos meses. No te da tiempo de manejar en paralelo operaciones para recién después continuar. El día dos vamos a salir en vivo probando sobre la marcha todo el nuevo sistema de dígitos. Algo que podría ser sencillo es nuestras condiciones, es más complejo. Tenemos que ser pacientes porque no nos va a resultar fácil la semana próxima.
El 70% de la transaccionalidad en Venezuela es en dólares, el 30% es en bolívares y de ese 30% el 10% es en efectivo
Benjamín Tripier, economista y consultor gerencial en estrategia de negocios
–¿Qué efecto tendrá la realidad de las máquinas fiscales en el comerciante y el comprador?
–Es necesario tener comprensión. Mi visión en todo esto es que mientras se van produciendo situaciones que debieron haberse resuelto antes, vamos a tener que acostumbrarnos a convivir con esa transformación en tiempo real. Ahora, ¿eso nos puede traer problemas? Puede traer muchos en la medida en la que pueda haber un choque entre el comerciante y su cliente, entre el comerciante y la administración fiscal y entre el comerciante y los cálculos impositivos. Como es un sistema integrado tenemos que contribuir todos para que el resultado salga bien. Estamos haciendo pruebas, pero en vivo.
–¿Había una forma más sencilla de hacer esto? ¿Cuál es y por qué no se hace?
–Lo que podría haber significado es más tiempo. Normalmente el tiempo es un factor que ayuda a resolver algunos tópicos, y mucho más si confías en que hay mecanismos bastante estrictos de cumplimientos y seguimiento de proyectos. Hay un factor que forzó a que haya tantos elementos de improvisación sobre la marcha.
Nosotros tenemos una cantidad de situaciones todavía en esto de la reconversión que llamamos punto ciego. Te vas a ir encontrando con situaciones nuevas que debieron haber sido previstas si se hubiera dado el tiempo. Yo hubiera esperado que se hiciera para enero y no hacerlo en este momento, cuando luce como apresurada. Pero ya está hecho, ya estamos encima de esto, así que lo que hay que hacer es ponernos en positivo, tratar de ir ajustando sobre la marcha.
–24 horas después de las últimas reconversiones predominó la confusión y la sensación de aumento de precios. ¿Qué podemos esperar de esta?
–Podemos esperar la misma sensación, es lo usual. Las personas no entienden mucho. Esa confusión es natural y es un efecto psicológico que se ha ido estudiando y pasa naturalmente.
–¿Cuánto cree usted que durará la reconversión?
–No me preocupa tanto hacer la apuesta de si va a ser uno o tres años, porque esto dependerá de una cantidad de factores. Esta decisión se tomó hace más de un año y se ejecuta hoy. La preocupación es si en forma inercial vamos a seguir viviendo de esta manera o vamos a buscar alguna solución. Menos del 30% de la economía estaba dolarizada hace dos años, y hoy es el 70%. Si llegáramos a pasar el 90% quiere decir que no va a ser necesaria una reconversión. Creo que tiene que haber un tipo de solución.
A 15% o 20% de la sociedad le resultará mucho más fácil manejar esto, pero el 80% lo verá negativamente y como un problema
Benjamín Tripier, economista y consultor gerencial en estrategia de negocios
–¿Qué impacto tendrá la reconversión en el petro y las criptomonedas en general?
–La reconversión tiene un alcance relativamente limitado dentro de nuestra transaccionalidad. Pareciera que toda la economía se verá afectada, pero no será así. Es una parte muy limitada de la población la que se verá afectada, porque los demás están moviéndose en dólares. Entonces todo aquello que vaya a comportarse como un comodity (materia prima), como puede ser el petro o nuestro dólar, se comportarán como si fuera un inventario. Si hay muchos dólares, baja el precio, y así…
–¿Qué recomendaciones les daría a los venezolanos a pocos días del inicio de la reconversión?
–Yo más bien recomiendo que veamos de forma positiva y no negativamente lo que está ocurriendo. Intentemos que funcione, que intentemos llegar a acuerdos. Por otra parte, cuando al Estado le toque cobrar un impuesto o una multa, por aquello de los puntos ciegos, que sea un poco permisivo y no castigue si hubo algo que no se cumplió.