El documental, estrenado durante el festival de Sundance del año pasado, está recaudando fondos para costear su campaña de promoción en el exterior, y conseguir nominaciones en los Premios Óscar 2021

La pequeña Venecia que Américo Vespucio describió al llegar a Venezuela ya no existe. El Congo Mirador, pueblo acuático ubicado en el Lago de Maracaibo, lucha por su supervivencia, contra el olvido y la desidia del Gobierno. Esta es la historia que cuenta la cineasta Anabel Rodríguez Ríos en Érase una vez en Venezuela, el documental venezolano escogido para representar a Venezuela en la entrega 93° de los Premios Óscar, presentada por la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos.

Al momento de escribir esta nota, Érase una vez en Venezuela acababa de ganar tres estatuillas en el festival de Ceará en Brasil, correspondientes a las categorías de Mejor fotografía, Mejor guión y el Premio de la crítica.

En una entrevista exclusiva para El Pitazo la cineasta, actualmente de visita en el país carioca, expuso su visión de los hechos que la llevaron a filmar este documental, cuyo rodaje comenzó en el año 2013. 

Durante estos siete años, ha sido mucha el agua que ha corrido bajo los palafitos que pueblan el Congo Mirador. De las 300 familias originarias, actualmente permanecen tan solo unas cuantas personas que huyen del pueblo en la búsqueda de mejores oportunidades, dentro de la grave crisis de servicios básicos que aqueja al estado Zulia.

Érase una vez en Venezuela no solo habla del grave problema de sedimentación que ocurre en el Congo Mirador, que es un problema típico de las poblaciones ubicadas en el delta de los ríos y lagunas. En el caso de esta aldea, situada en el delta del Catatumbo y el río Bravo en el Lago de Maracaibo, el problema se ha agravado gracias al cambio climático.

Rodríguez explica que la única solución para este problema consiste en una inversión de cientos de miles de dólares, que permitiría emplear máquinas para drenar estos sedimentos. “Solo el Gobierno puede hacer una inversión de esta magnitud”, explica. 

Siendo un pueblo ubicado en el estado petrolero por excelencia, Anabel considera que el Congo no se beneficia en absoluto de “la protección, de la atención que podría tener una población como ésta, dada su ubicación”. A su parecer, Érase una vez en Venezuela representa la paradoja de un pueblo sumamente pobre, alojado en el yacimiento petrolero más grande de Venezuela.

Pero ese no es el único problema del Congo Mirador. La polarización política ha hecho de las suyas, y el documental se enfoca en la “lucha” de poder que existe entre Natalie Sánchez, la única maestra que queda en el pueblo y que se esfuerza por mantener una escuela a flote, y Tamara Villasmil, la representante del Psuv. “En mi opinión, la polarización es lo que hemos sufrido, lo que le ha ocurrido a Venezuela a lo largo de estos 22 años”, afirma.

Aunque el horizonte es oscuro, hay un rayo de luz para el Congo. La mayoría de quienes han visto la película en el extranjero, le han preguntado a Rodríguez de qué manera pueden contribuir con los habitantes del pueblo. Aunque por lo pronto no hay una campaña definida de ayuda, el equipo de Rodríguez ha decidido lanzar, el año entrante, una campaña de impacto para recaudar fondos y ayuda.

De igual manera, Anabel pide ayuda para costear los gastos de promoción e inversión necesarios para que Érase una vez en Venezuela pueda llegar a Estados Unidos, ser vista por los miembros de la Academia, y conseguir nominaciones en las categorías Mejor largometraje documental y Mejor película de extranjera. Si lo logra, marcaría un hito como pionera de estas hazañas en la historia del cine venezolano.

“Es una batalla de David contra Goliath”, explica la directora en el texto que acompaña el crowdfunding. Pero, con suficiente ayuda de amigos y promotores, es una meta realizable.

Coordenadas

Actualmente, Érase una vez en Venezuela está disponible en la página de Trasnocho Cultural, como parte del festival Miradas diversas que promueve Gran Cine, circuito que distribuye la película. También puede alquilarse en Cine Mestizo y Play.