El presidente de la Cámara de Transportistas del Centro manifestó su preocupación ante la situación que enfrenta el gremio por falta de combustible. Considera que el problema no se resolverá en el corto plazo y cree probable un aumento del precio del diesel similar al de la gasolina

Entrevista: César Batiz | Redacción: Kemberly Talero

La escasez de gasoil en Venezuela se ha agudizado en los últimos meses, luego de la paralización de las importaciones de este combustible debido a las sanciones de Estados Unidos, y a la poca producción de las refinerías nacionales. Esta situación pone en riesgo la actividad de los transportistas de carga pesada y pasajeros, y amenaza al sistema de abastecimiento de alimentos y medicinas, según han reportado diversos gremios que hacen vida en el país.

Al menos dos días de cola para adquirir el combustible, que podrían extenderse hasta 15, incertidumbre en el sector y la baja cantidad de litros que les surten una vez lo logran, es parte del drama que atraviesan los transportistas, según narra el presidente de la Cámara de Transporte del Centro (Catracentro), Alfredo Musiol, quien conversó con el director de El Pitazo, César Batiz, a través de la plataforma Facebook Live.

Catracentro es una cámara con sede en Valencia, estado Carabobo, que agrupa a 125 empresas del sector transporte, la mayoría de ellas en situación de suspensión. Musiol detalla que apenas 35 compañías afiliadas están realmente activas, de las cuales apenas unas 15 mantienen la nómina activa en este momento, mientras que las otras 20 atraviesan dificultades económicas.

Sobre las unidades de carga de estas empresas, señaló que podrían ser alrededor de 2.000, número muy inferior al de hace cinco años. “El tráfico de gandolas es un indicador de vitalidad económica y en este momento la caída en el sector es verdaderamente dramática”, lamentó.

El presidente de Catracentro asegura que el costo económico y humano que atraviesa el sector en estos momentos es incalculable, debido a las dificultades que deben enfrentar para acceder al combustible. Comentó que en algunos casos solo les surten 100 litros de gasoil con los que una gandola puede recorrer apenas 400 kilómetros. “Esa distancia es muy corta. Es necesario que el transportista tenga la seguridad de poder despachar la mercancía y regresar”, explicó. También refirió casos de ventas de “turnos” para adquirir el gasoil, en algunos casos hasta en 50 dólares, situación que, a su juicio, es natural debido al contexto actual.

El representante del gremio también se solidariza con los empresarios a quienes les ofrecen sus servicios, pero señala que como cámara deben ser transparentes y comunicarles las dificultades que atraviesan.  Por tal razón, piden entender que el costo está subiendo progresivamente y que los transportistas están pasando por momentos de mucha presión económica y desgaste humano que se suman a la fuga de talentos en el área de mantenimiento. “Queremos trabajar, de ninguna manera queremos parar, y es necesario hacer entender que el costo está subiendo progresivamente, no por buscar más lucro sino por supervivencia”, resaltó.

―¿Qué tipo de productos transportan con estas 2.000 unidades?

―Generalmente alimentos, que son transportados desde Puerto Cabello, y hoy en día el tráfico no llega a 200 unidades diarias de 2.000 que transitaban antes.


Lamentablemente hay un mercado paralelo de gasoil y es más costoso que la gasolina

Alfredo Musiol, presidente de la Cámara de Transporte del Centro (Catracentro)

―Desde agosto del año pasado usted alerta sobre la paralización del transporte de carga pesada. El 11 de marzo dijo que 90% de las unidades están varadas. ¿Cómo llegamos a esta situación pese a la advertencia realizada?

―Los primeros sorprendidos fuimos los transportistas. Desafía nuestra capacidad de creer porque el gasoil es para el transporte de los alimentos y los bienes de primera necesidad. Por medidas humanitarias resultaba impensable que vendría una escasez como esta. Existe opacidad por parte de las autoridades para decir cuál es la situación. Hemos escuchado por medios de comunicación que desde noviembre no hay importación de gasoil y que los buques que importan gasolina de lugares muy distantes dan vueltas acrobáticas en desafío a las sanciones. Creemos que una suerte similar va a ocurrir con el gasoil y debido a que este transporte es tan costoso es probable que vayamos a sufrir el impacto en el costo a la par de la gasolina o incluso superior. Estamos a la expectativa. 

Dudamos de que esto se vaya a solucionar en el corto plazo. Tenemos información de que las refinerías están trabajando a tiempo completo para reactivar la producción, pero por muy buena voluntad que se tenga esto va a llevarse un tiempo. Existe temor de lo que pueda suceder y total incertidumbre de cuál es la realidad.

¿Cuál es el precio del gasoil actualmente?

―Oficialmente es mínimo, insignificante, no existe en la estructura de costos por lo regalado que es. Lo verdaderamente costoso es que no hay y en este momento lamentablemente existe un mercado paralelo de gasoil con precios que superan al de la gasolina. Es algo normal dadas las condiciones. Es mejor que se cobre y se tenga a que se regale y después no se tenga. Existen intentos por parte de los transportistas y otros empresarios para que se nos permita la importación directa de estos hidrocarburos, pero se nos responde que eso va en contra de la Ley, entonces nos quedamos a la merced del Estado y estamos esperando. 

El tiempo dará algunas respuestas y sabemos que el impacto de esta escasez no se sentirá inmediatamente. Hay unidades que todavía tienen en sus tanques gasoil y pueden rodar un poco, hay algo de stocks en los anaqueles y cuando se acabe definitivamente habrá todavía un lapso de tiempo antes de que se sienta el impacto, pero va a venir con dureza y vemos eso con extrema preocupación. No tenemos cómo resolver esto.


No está en nuestras manos resolver este problema. Nuestro trabajo es transportar no producir gasoil

Alfredo Musiol, presidente de la Cámara de Transporte del Centro (Catracentro)

―¿A qué precio podría llegar el gasoil en caso de que lo aumenten?

―Es altamente probable que sean montos en rangos similares a los de la gasolina. Posiblemente vaya a ser aceptado porque, ante la perspectiva de que no exista, que le suban el precio hace que el engranaje funcione. No tenemos control al respecto, pero anticipamos que aumente por ese rango de precios (0,50 dólares), lo cual afectará los precios de todos los servicios. No nos toca a nosotros ser críticos sobre si el sistema actual tiene algo que ver, no sabemos si es una teoría conspirativa, pero tampoco nos interesa, solo queremos que nos resuelvan el problema.

―¿Cuáles serían los signos que reflejarán la gravedad de la situación?

―La población empezará a sentir dificultades para conseguir alimentos, es un posible escenario, una idea que se plantea como una posibilidad. 

―¿Cómo se soluciona esta situación?

―Como gremio lo que nos toca hacer es el llamado al Ejecutivo para que resuelva el problema. Queremos trabajar y no lo podemos hacer, eso hay que resolverlo de alguna forma, nosotros estamos de manos atadas y solo podemos manifestar la gravedad de la situación y tiene que resolverse. Han existido reuniones, pero no se ven respuestas concretas a los planteamientos. No está en nuestras manos resolver este problema, nuestro trabajo es transportar no generar gasoil.


La población empezará a sentir dificultades para conseguir alimentos, es un posible escenario, una idea que se plantea como una posibilidad

Alfredo Musiol, presidente de la Cámara de Transporte del Centro (Catracentro)

―¿Es una opción la importación de diésel por parte del sector de carga?

―Nosotros podemos hacerlo, pero no es nuestro trabajo, en el sentido de que tenemos la voluntad de iniciarlo, sin embargo tenemos por delante un muro que nos dice que no será permitido. 

―¿Ha pasado por su mente desistir?

―Desistir no es una opción posible. No estamos produciendo lo suficiente, pero vamos a trabajar porque es lo que nos define y eso no se abandona. Siempre se lucha en la medida en que vamos al trabajo y vemos a los otros trabajadores que nos ven como una esperanza de que podrán llevar el sustento a sus familias a partir de las decisiones que tomemos. Eso nos enorgullece y buscamos que se transmita.