El experto en seguridad y gestión de riesgos, Alberto Ray, señala que los rusos son los principales promotores de esta teoría que manipula a los venezolanos y prácticamente los obliga a decidir por dos opciones

Entrevista: César Batiz | Redacción: Sammy Paola Martínez

“La Venezuela chavista ha sido un campo superactivo de experimentación para la Teoría de Control Reflexivo”, afirmó el experto en seguridad Alberto Ray, en su cuenta de Twitter el pasado 17 de octubre. A través de un hilo identificó cómo los rusos han manipulado a los venezolanos e intervenido a los estadounidenses con el único fin de destruir el tejido social y de desestabilizar el sistema democrático.

La Teoría de Control Reflexivo se trata de un experimento desarrollado en la Unión Soviética en la década de los 60, que evalúa el contexto e induce dos opciones en la opinión pública para que la ciudadanía decida y crea que lo hace de forma voluntaria. Para ahondar sobre este tema, Ray conversó con el director de El Pitazo, César Batiz, este 22 de octubre a través de un Facebook Live.

De acuerdo con Ray, además de crear dos opciones que polarizan, los rusos y los cubanos promueven una narrativa que, en el caso venezolano, cala muy bien en las plataformas digitales del gobierno de Nicolás Maduro. Un ejemplo es la gasolina, con la escasez el gobierno vendió dos vías: pagarla a precio subsidiado o a precio internacional. Pero esto no es improvisado, aclara Ray. Se trata de una evaluación previa y de una conclusión que son las que se presentan públicamente para que la sociedad se vea obligada a optar únicamente por esas posibilidades.

“Es una fórmula con la que se manipulan a las masas. Con una estructura que masifica los mensajes convierten a la gente en un experimento social. Es decir, van evaluando y decantando las ideas hasta que encuentran cuáles funcionan”, destaca el experto.

Twitter, por ejemplo, le resulta favorable a Maduro porque es una red en la que se comunica de forma muy fácil y simple. A través de esa plataforma es que se induce la información que, incluso, puede ir en contra de los ideales de la persona.

En ese sentido, Ray da otro ejemplo: el Gobierno pone a escoger a los venezolanos entre elecciones según su criterio o sacarlos a la fuerza. En la teoría, esto se denomina reduccionismo simplificado, que obliga a decidir solo entre dos opciones y no permite desarrollar otras vías.


Con una estructura que masifica los mensajes convierten a la gente en un experimento social

Alberto Ray,experto en seguridad y gestión de riesgos, sobre la Teoría de Control Reflexivo

WhatsApp también le es muy útil a la administración de Maduro. Por allí se ejerce una represión selectiva para frenar una posible protesta. Si se viraliza un video en el que aparece un Guardia Nacional reprimiendo una protesta por gasolina o entrando a una vivienda para llevarse a manifestantes detenidos, el objetivo es inducir el miedo y que no se reclame.

Resalta Ray que, a través de los rusos y los cubanos, Maduro recurre a la TCR para destruir moralmente al venezolano.

Esta teoría está muy relacionada con la destrucción del tejido social, que va desde el líder hasta la persona que no se inmiscuye en asuntos políticos. Sobre este particular, Ray insiste en que esa cohesión social solo se puede construir con el ejemplo y la conciencia de que debe restablecerse la confianza y los valores ligados con la verdad.


Los venezolanos somos unos consumidores pasivos de esta teoría. Nos han manipulado. Siempre caemos en la trampa

Alberto Ray, experto en seguridad y gestión de riesgos

¿Cómo neutralizar la Teoría de Control Reflexivo?

Cuando el ciudadano nota que solo hay dos opciones para lograr un objetivo debe encender sus alarmas e identificar que hay una información inducida, que al mismo tiempo es antagónica y radical. En este sentido, la prensa ejerce un rol muy importante porque debe verificar la verdad y mostrarla.

“Los venezolanos somos unos consumidores pasivos de esta teoría. Nos han manipulado. Siempre caemos en la trampa. Para revertirlo debemos desarrollar una conciencia individual y ser más exigentes con nosotros mismos en el momento en que recibimos la información”, explica Ray, al tiempo que indica que el hecho de que en Twitter aparezca una cantidad infinita de información no quiere decir que se va a consumir en su totalidad. De lo contrario, se corre el riesgo de que la persona manipulada sea también propagadora del contenido.

Norteamericanos intervenidos

Los rusos también se han inmiscuido en los asuntos de los estadounidenses. El también experto en gestión de riesgos recuerda que en las elecciones de 2016 quedó demostrada la injerencia. En aquel año, en el que competían por la presidencia Donald Trump y Hillary Clinton, los rusos perfilaron a los indecisos y a través del Facebook los ubicaron y comenzaron a difundir noticias falsas que servían para argumentar o negar lo que pensaban.

Ray advierte que los rusos no favorecen una candidatura, simplemente demuestran que el sistema de los norteamericanos es vulnerable y que pueden manipular al electorado.

Ahora, cuando Trump busca la reelección, se vuelve a aplicar la teoría, que consiste en posicionar, por ejemplo, que el candidato demócrata Joe Biden es comunista y que Trump es de la ultraderecha. Estas opciones dicotómicas inducen al ciudadano confundido que decide pensando que lo hace de forma voluntaria y natural.

El director de la Oficina Federal de Investigación de Estados Unidos (FBI, por sus siglas en inglés), Christopher Wray, denunció recientemente ante el Congreso que Rusia estaba promoviendo campañas de desinformación y agitación en las redes sociales para interferir en las presidenciales. No obstante, el funcionario norteamericano aclaró que la capacidad de acción de los rusos es mucho más limitada en comparación con 2016.