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Caracas.- La Sociedad Venezolana de Ingenieros Agrónomos (Sviaa) informó este miércoles 14 de julio que la siembra de maíz y arroz cubrió menos del 30% de la totalidad de hectáreas estimadas para el ciclo de invierno 2021. La escasez de diésel y de créditos, así como la carencia de políticas públicas de planificación agrícola, fueron los tres vértices que influyeron en la reducción de los cultivos, aseguró el organismo.
El presidente de la Sviaa, ingeniero Saúl López, detalló este jueves en una rueda de prensa que de las más de 587.000 hectáreas (ha) disponibles para la producción de maíz, solo se sembraron 180.000 ha, y aunque esto es 20% más que lo sembrado en 2020 (114.000 ha), apenas llegó al 30,66% de la capacidad agrícola actual del país.
En el caso del arroz, las cifras ofrecidas por los ingenieros agrónomos señalan que de las 207.000 hectáreas disponibles, únicamente se materializaron 45.000 hectáreas (21,2%). Otros rubros, como las leguminosas (35.000 ha) y la caña de azúcar (30.000 ha) presentaron mejores porcentajes de producción, con 48,6% y 31,2%, respectivamente.
La Sviaa calculó que durante el primer semestre de 2021, los cuatro rubros registraron rendimientos promedio de producción inferiores a la demanda del mercado nacional. El maíz, por ejemplo, tuvo un rendimiento entre 2,7 y 3 toneladas por hectárea, un 50% por debajo de lo esperado.
“Lo que afectó la producción agrícola no fue el fenómeno de El Niño o La Niña, sino la falta de financiamiento y de combustible. Es el principal cuello de botella de este ciclo”, dijo López. La Sviaa estima que ahora para culminar el ciclo de invierno se necesitan cerca de 35 millones de litros de diésel diarios.
López lamentó que por condiciones climáticas este pudo haber sido un buen año para los agrónomos, pero las limitaciones estructurales del sector impidieron un mejor rendimiento durante el primer semestre de 2021.
Uno de estos factores, indicó López, ha sido el ingreso al mercado venezolano de semillas transgénicas desde Argentina y Brasil que no cumplen los protocolos de salubridad. Según estimaciones de la Sviaa, al menos 30% de la producción en Portuguesa se realiza con material transgénico.
El uso irregular de transgénicos, de hecho, contraviene la ley de semillas, aprobada por la Asamblea Nacional en diciembre 2016, que prohibió de manera expresa la producción, uso y comercialización de organismos genéticamente modificados (OGM), incluso la investigación vinculada a la producción agrícola.
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