Caracas.- En Venezuela ya es común que los comercios pongan precio a sus productos en dólares y que acepten divisas como método de pago. La razón: el desplome del valor del bolívar como moneda nacional. Sin embargo, esta dolarización de facto, elogiada por Nicolás Maduro como una «válvula de escape», ha traído consigo uno que otro dolor de cabeza tanto a comerciantes como a clientes a la hora de ejecutar operaciones de compra y venta de bienes y servicios.
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Dar vuelto o cambio en efectivo se ha convertido en uno de los principales problemas de los comercios al momento de realizar transacciones en divisas. En un recorrido realizado por El Pitazo en Caracas se constató que la escasez de billetes de baja denominación ($1 y $5) ha dificultado que los locales puedan atender ventas por montos de 3, 7, 12 o 21 dólares, entre otros.
Es en estos casos cuando los vendedores solicitan al cliente que aproximen su gasto a una «cifra redonda».
La cadena de farmacias Farmatodo ha sido uno de los establecimientos que más quejas han suscitado por parte de usuarios en redes sociales. Un gerente de la cadena dijo a El Pitazo que esto se debe a que la disponibilidad de dólares en efectivo depende de las compras en el día. «Al cierre de cada jornada nosotros debemos depositar el dinero recaudado; por eso no contamos con suficiente sencillo para atender a los usuarios al siguiente día», aseguró.
La alternativa adoptada es que el cliente pague una diferencia en bolívares a través de tarjetas de débito para cubrir el monto en dólares que se desea cancelar. «Pero es un problema redondear los precios porque no están indexados en dólares, todavía se fijan en bolívares», señala el gerente. La cadena de farmacias, por ejemplo, usa como referencia la tasa de cambio establecida por el Banco Central de Venezuela (BCV), que para este 21 de septiembre se encontraba en 375.312,20 bolívares.
En un «bodegón» —como se conoce a algunos locales de venta de alimentos y productos importados— llamado City Express 2020, ubicado en el Unicentro El Marqués, al este de Caracas, no corren con la misma suerte. «Las ventas están horribles, peor que en enero y febrero. El tema con el cambio nos trunca las ventas, porque la gente quiere recibir sus vueltos y cuando no tenemos simplemente dejan de comprar. Ni siquiera intentan pagar una diferencia en bolívares», relató una empleada del local.
Otro vendedor, en un frutería de Petare, contó que adaptarse a la dolarización ha sido un proceso incómodo debido a la falta de billetes, en especial porque la mayoría de los clientes pretenden comprar por montos entre 2 y 4 dólares pagando con billetes de 20 dólares. «Así es imposible completar la venta», se lamentó.
La cooperación entre comercios emerge como una las respuestas al desafío de asumir las transacciones en divisas. «La mayoría de las veces resolvemos pidiendo cambio en otros locales de confianza de la zona, pero no siempre tienen, así que corremos el riesgo de perder la venta», dijo un trabajador de una carnicería en la popular parroquia del municipio Sucre, en Miranda.
El administrador de una lonchería en La California indicó que las operaciones también dependen de la calidad del billete: «Mucha gente viene con billetes deteriorados; he tenido que rechazar ventas porque luego en otros lugares no me aceptan ese efectivo».
De acuerdo con un informe de la firma Ecoanalítica, los pagos con dólares y euros en efectivo en comercios de Caracas representaron el 51,4% de las transacciones para finales del primer semestre de 2020, lo que refleja una reducción de casi 30% con respecto a un estudio previo publicado en febrero de este año.
La caída de los dólares circulantes en el país tiene a la migración de efectivo al mercado del combustible como una de sus causas principales, ha explicado el director de Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros. El economista agregó que también ha afectado la caída de las remesas y la actividad económica entre empresas y trabajadores independientes durante la pandemia por el COVID-19.
Las estimaciones de Ecoanalítica, a su vez, indican que actualmente circulan alrededor de 2.136 millones de dólares en el país, una cifra que evidencia un descenso de cerca de 600 millones de dólares con respecto al efectivo que circulaba en Venezuela para finales del año pasado.
10 meses después de que Maduro reconociera la utilidad del dólar para relanzar la economía nacional, rompiendo con 16 años de narrativa «anticapitalista», aún no se ha puesto en marcha una reforma monetaria que otorgue carácter formal a la dolarización que permea la mayoría de las actividades comerciales en Venezuela. La sanciones impuestas por Estados Unidos aparecen, a su vez, como un obstáculo para frenar esta posibilidad.
Mientras tanto, Eder Enrique, un habitante del barrio José Félix Ribas de Petare, continúa su recorrido para comprar el mercado diario de su hogar luego de que su compra fuese rechazada por falta de «sencillo» en un pequeño comercio. Aunque no le agrada lidiar con los pagos en dólares, sostiene que «es la única manera de que el dinero no se haga agua».
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