El consumidor venezolano dejó de perseguir marcas y ahora busca presentaciones cada vez más pequeñas de los productos que necesita, en un intento por estirar su presupuesto ante la pérdida de la capacidad de compra provocada por la hiperinflación, que solo en los primeros cinco meses de 2019 acumuló 905,6 %, según la medición de la Asamblea Nacional.
El consumidor está “comprando lo que va a consumir hoy y eso es lo que debe entender el manufacturero, porque los empaques para Venezuela están diseñados para consumos de alto rendimiento, consumos de una semana, y ya el venezolano no está para ese rendimiento”, advierte el director de Negocios de las Operaciones de Consumo de la empresa Nielsen Venezuela, Alexander Cabrera.
Cabrera sostiene que aunque ha aumentado el número de quienes se sienten motivados a comprar en nuevos establecimientos, como los bodegones, por sus precios y variedad de productos, los supermercados y otros comercios, los autoservicios siguen siendo los principales canales de venta a los que recurre el consumidor. “De cada diez productos que se venden en Venezuela, siete se venden en el canal autoservicios”, dice.
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