Caracas.- La decisión del gobierno de Nicolás Maduro de extender el confinamiento obligatorio como medida para evitar el avance de la pandemia del COVID-19, generó desconcierto entre sectores productivos del país. No por la prórroga como tal, sino por la ausencia de información en relación con un posible desescalamiento del encierro, como se ha hecho en otros países del mundo. Con apenas 440 casos de contagiados y 10 fallecidos, Venezuela, hasta el miércoles 13 de mayo, presenta números muy bajos de afectación directa a sus ciudadanos.
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La industria nacional está semiparalizada | Foto: Archivo-El Pitazo
En gremios empresariales hubo reuniones virtuales, desde el martes en la noche y durante todo el miércoles, en las que se estuvo evaluando la orden de Maduro y las propuestas del sector privado venezolano, en materia de la vuelta a las actividades productivas de manera gradual y ordenada, en especial en sectores denominados no prioritarios por el gobierno bolivariano y en el comercio y servicios.
Datos de Consecomercio han señalado que solo el 10 % de ese segmento de la economía ha estado trabajando en los dos meses de confinamiento obligatorios. El resto tiene expectativas de reabrir sus puertas progresivamente. De hecho, la propuesta del presidente de la entidad gremial, Felipe Capozzolo, fue la de permitir la reapertura de la economía y negocios desde el jueves 14 de mayo.
“Estamos sorprendidos, no era lo que la gente en Venezuela estaba esperando”, dijo el dirigente empresarial en entrevista radial. Aseguró que seguirá abogando flexibilizar el confinamiento. “Que permitan (el gobierno), entre otras cosas, facilitarle el tránsito, que algunos sectores que prestan apoyo a algunos servicios a los consumidores funcionen”.
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Por su parte, el presidente de Fedecamaras, Ricardo Cusanno, consideró que la extensión de la cuarentena tiene como objetivo salvaguardar la salud de las naciones, «lo que no es menos cierto es que la realidad económica que vive el país hace que sea más complejo estar 30 días más sin actividad (…) no hay actividades prioritarias; de una u otra forma todos dependemos en la cadena productiva de lo que haga otro sector”.
En comunicado público, Cusanno explicó que “es vital la desescalada de la cuarentena siempre guardando unos rigurosos protocolos de seguridad para evitar la infección. La decisión de extender la cuarentena debería estar acompañada de unos importantes estímulos a la economía. No olvidemos que más de la mitad de nuestro país depende de la economía informal, de la actividad informal, de los trabajadores por cuenta propia”.
Añadió que “si no hay capacidad económica para atender a esa importante franja de la población, a través de incentivos económicos y rescates con ayudas financieras, nos podemos estar encontrando en 30 días con una devastación más grande de la que ya estamos padeciendo, no solo por la pandemia, sino por los casi ocho años que hemos vivido de contracción económica”.
Múltiples implicaciones
Para el analista financiero José Ignacio Guarino, “la pandemia ha impactado fuertemente muchos sectores y de forma directa por la baja del consumo o el nulo consumo de bienes y servicios. Por ejemplo, las líneas aéreas, la industria turística, hay muchas empresas de este tipo que están declarándose en la bancarrota como el caso de Avianca en Colombia. Hay un debate mundial sobre si está primero la economía o la salud de las personas”.
En entrevista con El Pitazo, Guarino, administrador de empresas, advierte que, a nivel global, “las medidas de confinamiento tardío que vimos en Reino Unido, España, Italia y Francia y mucho más evidente en Brasil y en los Estados Unidos tienen un impacto brutal en la economía, dado que los sistemas públicos de salud no estaban a la altura de sus conciudadanos; estalló una crisis sanitaria”.
Aseguró que “esta pandemia ha dado una estocada final a la economía que ya se encontraba a la deriva en muchos países. En Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Chile han quedado en evidencia las graves debilidades de esas economías. En América Latina, región que decrecerá 20% este año, según los cálculos de organismos internacionales, se perderá un impulso económico importante; los daños que causará la pandemia son impredecibles”.
Sobre el caso venezolano, José Ignacio Guarino consideró que lo más preocupante es “la inexistencia, hasta el presente, de un plan de desescalada de confinamiento, como lo han hecho otros países como Estados Unidos o España, e incluso en Wuhan, China, cuya economía estuvo cerrada dos meses y medio. En esas naciones, la economía se fue abriendo por pasos y por sectores. Esto es clave porque la economía no permanece estática, porque está atada al movimiento y a las necesidades de la población”.
“Venezuela ya venía con un decrecimiento, se habla que este año caerá su PIB 15,5 %, según la última estimación del Fondo Monetario Internacional. Con esta cifra, ya la contracción económica del país estaría bordeando el 100 % en los últimos nueve años. La mayoría del venezolano vive del día a día, la gente tiene que salir a la calle a ganarse el dinero para poder comprar los alimentos. El no programar la reactivación es gravísimo”.
Dijo Guarino que un indicador preocupante de cómo estará afectada la economía por la pandemia es el relacionado con el consumo de medicamentos. “Desde que inició la cuarentena en Venezuela, la industria farmacéutica ha reportado una caída importante en el consumo de medicinas para tratar enfermedades crónicas y para atender tratamientos prologados para la hipertensión arterial, por ejemplo. Esto indica que los venezolanos están poniendo su salud en riesgo por no tomar el medicamento indicado pues los recursos de los que dispone los dedica a la compra de alimentos”.
“Si Venezuela venía arrastrando problemas antes de la pandemia ahora éstos se han agudizado. Dentro de toda esta crisis mundial, los países están buscando reformas en políticas macroeconómicas: tributarias, fiscales y monetaria. Es muy preocupante que en Venezuela no se vea ninguna de ellas», finalizó el analista financiero Guarino.
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