Caracas.- El virus llegó y la gente, en su gran mayoría, se fue. Desde la entrada del país en cuarentena, decretada el 15 de marzo por el gobernante Nicolás Maduro, no son pocos los restaurantes y emprendedores gastronómicos que continúan ofreciendo sus servicios.
Ya sea para retirar en el local o a domicilio, comprar comida se ha convertido en un servicio concurrido, en una alternativa para las personas que no desean exponerse a ser contagiados en la calle, pero que no quieren renunciar a darse un gusto o “tregua” en medio de la opresión del encierro.
Hay quienes prefieren invertir el dinero en hacer mercado de verduras o carnes para elaborar ellos su propio régimen alimenticio y es cuando deciden contratar a empresas de alimentos no terminados. En el rubro de los alimentos no terminados se incluyen las carnicerías delivery como @Nutriven. Si bien el uso de artículos como gorros y guantes ya era obligatorio, ahora los trabajadores de este emprendimiento utilizan tapabocas de doble filtro (antes usaban los desechables sencillos).
Contrario a lo que pudiera pensarse, en casi tres semanas de cuarentena han hecho el equivalente en ventas a mes y medio de trabajo.
No han tenido mayores problemas para entregar sus pedidos y reservan el salvoconducto que gestionaron con la Guardia Nacional cuando se topan con algún funcionario que insiste en revisar la mercancía.
Mariana de Barros y su novio no han corrido con la misma suerte. Ambos son los responsables de @vzlaburger, un emprendimiento dedicado a hamburguesas gourmet con sede en el municipio Los Salias, en San Antonio de los Altos, Miranda.
Ella, por ser periodista, cuenta con un salvoconducto para surtir su vehículo con gasolina que poco la ayudó una vez que, aun y cuando se encontraba en la cola preferencial, el combustible se acabó justo cuando faltaba poco para su turno, después de ocho horas de espera.
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Mariana explica que siempre han usado tapabocas, guantes y gorros a la hora de cocinar. Además, la carne de las hamburguesas es un alimento que suele dejar mucha grasa en la cocina, así que ambos tienen la costumbre de limpiar el área antes y después de su elaboración.
Al hacer mercado también tienen un protocolo específico que consiste en dejar los zapatos afuera de la entrada de la casa, colocar la ropa usada directamente en el cesto de ropa sucia y bañarse.
En San Antonio no han tenido mayores inconvenientes para entregar los pedidos, que se han duplicado durante la cuarentena. Pero si quieren entregar una orden en otro municipio mirandino es necesario hacerlo antes de las 2:00 pm, porque a esa hora cierran el paso, ya que Los Salias se mantiene como uno de los pocos del estado en los cuales no hay casos confirmados de coronavirus.
Si en la cocina de Caracas Catering ya la elaboración de los alimentos en condiciones normales implicaba medidas de higiene rigurosas, con la cuarentena se han implementado otros pasos adicionales. Su director, Juan Alberto Buroz, ha distinguido tres aristas en las que ha implementado nuevas medidas de higiene y protección y que están vinculadas directamente con la elaboración de los alimentos.
Primero, el personal que actualmente trabaja en Caracas Catering es únicamente aquel que cuenta con vehículo propio para desplazarse. A aquellos que usan el transporte público para llegar el trabajo se les ha pedido que permanezcan en sus casas para protegerlos y minimizar el riesgo de contagio en la cocina.
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Buroz también ha establecido que al llegar cada día los empleados se cambien y se laven la cara y los brazos. Posteriormente, usan el uniforme, que fue remojado en agua hirviendo y después fue lavado la noche previa.
También destaca que el uso de guantes y gorros en los cocineros ha sido reglamentario desde antes, así como el lavado de manos. Ahora es menester que todos, sin excepción, cumplir con este paso cada 15 minutos.
El segundo paso tiene que ver con el material que envuelve al producto y que se limpia con toallas húmedas con cloro. Tercero, el pedido después de ser empacado en una caja sellada es depositado en una cava que también se lava con cloro todos los días. El chofer recibe esta cava y una persona con guantes y tapabocas hace entrega al cliente de esta cava para que él mismo retire su pedido. Cabe destacar que cada caja contiene una etiqueta donde se detallan todos estos pasos para tranquilidad del cliente.
Caracas Catering comenzó con el servicio de delivery el pasado jueves, con una expectativa de dos o tres pedidos como mucho al día. Pero la clientela los sorprendió y el día de publicación de esta nota los pedidos en un día llegaron a 18.
Buroz explica que las compras son realizadas por gente que ya está harta de cocinar o que sencillamente no sabe hacerlo. También distingue un tercer tipo de cliente que busca invertir el dinero en especialidades exóticas como ceviches o tatakis y sienten que compran algo distinto para cada día.
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