Caracas.- La llegada de la pandemia en el año 2020 complicó considerablemente el comercio a nivel mundial y en Venezuela la situación fue aún más compleja debido a la crisis económica que ya atravesaba el país. Si bien para algunos países la vacunación representó un cambio considerable en los indicadores económicos, en Venezuela no se registran los mismos resultados y aun cuando se esperaba mayor aumento en el comercio, las ventas se han visto rezagadas.
Pese a ese contexto destacan los esfuerzos del sector comercial para mantenerse a flote y una de las iniciativas más recientes es el crédito en los comercios, mecanismo que ha tomado impulso nuevamente debido a la flexibilización del uso de monedas extranjeras en el país. Así lo comentó a El Pitazo la presidenta del Consejo Nacional de los Comercios y Servicios (Consecomercio), Tiziana Polesel, quien además recordó que estas acciones representan un riesgo importante para los negocios pero demuestran la voluntad de resistir en medio de años complejos.
Con relación a los volúmenes de ventas, Polesel señaló que todavía no se acercan a las cifras previas a la pandemia y este 2021 tampoco han logrado la recuperación esperada, situación que en estos últimos meses del año algunos comerciantes atribuyen a las elecciones. “Lo que algunos comerciantes aseguran es que cuando hay elecciones a fin de año se distorsiona el movimiento comercial”, señaló. El gremio espera que después del 21 de noviembre puedan evaluar el comportamiento real del sector.
Por otro lado, la representante gremial destacó las diferencias sustanciales que hay entre el comportamiento del sector comercial en Caracas y el resto del país, debido a problemas que no son tan apreciados en la capital como los asociados a energía eléctrica y combustible.
Asimismo, mencionó que el comercio se enfrenta a problemas generales como el incremento de entre 40% y 50% en los precios internacionales tras la pandemia así como el aumento de impuestos municipales. “La voracidad fiscal de la que hemos sido víctimas en los últimos años ha generado unos incrementos importantes que no son atribuidos al comercio. Tenemos impuestos municipales que rondan el 1.200%, un aumento muy fuerte en los tributos”, cuestionó.
No obstante, destacó que pese a la sumatoria de problemas el sector ha logrado superar estos dos años debido al esfuerzo para mantener los negocios.
–¿Cómo está el sector al compararlo con los niveles previos a la pandemia?
-El 2020 fue verdaderamente complejo en cuanto a ventas en unidades, en el 2021 se esperaba una mayor recuperación pero la intermitencia, el 7+7 y los problemas de energía y combustible no permitieron la recuperación esperada. Todavía no estamos cerca de las transacciones que se manejaban en 2019. En el caso de Venezuela, la pandemia le puso el resaltador a los problemas que ya teníamos.
–¿Qué acciones desarrolla el sector comercial para impulsar la actividad?
-Algo que afecta mucho al comercio es el poder adquisitivo de las personas y eso se relaciona con la falta de crédito al comercio y al consumo. Sin embargo, hemos visto cómo en algunos establecimientos comerciales están comenzando a dar créditos, especialmente el comercio industrial o mayorista. Esto representa un cambio importante porque veníamos de años en que ningún establecimiento se atrevía a dar créditos por tener que anclarlos al bolívar pero en virtud de la flexibilización en el uso de moneda extranjera algunos comerciantes están empezando a dar créditos, lo que representa un riesgo importante que están asumiendo para ver si dinamizan un poco la venta en términos de unidades.
Es una acción puertas adentro de los negocios con un gran sacrifico porque eso significa riesgos y aporte del flujo de caja de parte de los accionistas de las empresas. Una voluntad del sector comercio que ha logrado resistir dos años tan complejos pero que aún quiere mantenerse en el mercado y por lo tanto busca esas alternativas.
–¿Qué tanto pueden aportar esos créditos a la recuperación de la economía?
-Esos créditos de algunas empresas pueden ayudar pero no será suficiente, es necesario implementar medidas de combate a la inflación y terminar de abrirnos a una economía de mercado para que el sector se dinamice. Muchas de estas empresas están dando créditos con su propio músculo y eso significa costos internos para las empresas. También demuestra que el empresariado confía en que tenemos la capacidad para poder superar estos momentos tan difíciles.
–¿El Black Friday contribuye a esa recuperación de las ventas?
-En el caso de Venezuela el Black Friday busca motivar una venta sin esperar que se aproxime mucho la fecha navideña y atraer público a los comercios. Pero más allá de esta actividad, desde Consecomercio también hemos señalado la necesidad de que se revisen las regulaciones que limitan la manera de promocionar los productos, porque el viernes negro es una forma pero hay otras que en Venezuela tienen limitaciones, por ejemplo los cupones electrónicos, mecanismo muy complejo debido a las disposiciones legales. Igualmente para las promociones, hemos hecho un llamado a las autoridades para que se revisen, porque hay requisitos previos, es necesario pedir con mucha antelación permiso para determinadas promociones, eso hay que aligerarlo.
–¿Esas regulaciones podrían afectar el desarrollo del Black Friday?
-No afectan al Black Friday pero en otros países para efectos del Black Friday los clientes reciben cupones electrónicos que en Venezuela tienen limitaciones. Sería conveniente más bien un mecanismo de control posterior.
–¿Qué acciones ha emprendido el sector frente al aumento de los impuestos municipales?
-Como Consecomercio hemos hecho un llamado para que los alcaldes y gobernadores se sienten a conversar con las cámaras de comercio, hay una por cada estado. Nosotros aspiramos a que incluyan en sus propuestas y planes una tributación que corresponda realmente con el esfuerzo que estamos haciendo. Hay una incapacidad de las alcaldías de registrar todos los comercios, lo que conlleva a la informalidad. En Occidente el total de empresas registradas ronda el 18%, mientras que el resto no paga los impuestos, lo que es negativo para el negocio formal porque constituye una competencia desleal.
La informalidad existe cuando los trámites son engorrosos y los impuestos están fuera de los estándares y lógica. Esto afecta muchísimo a los emprendedores, que generalmente se inician en la informalidad pero para crecer, exportar y proteger sus marcas deben formalizarse.
–¿Qué le dice a los comerciantes que continúan apostando al país?
-Los momentos difíciles generan oportunidades, despiertan la creatividad para buscar alternativas y nuevas formas de comercialización, si algo ha demostrado el sector comercio es que está de la mano del consumidor. Tuvimos momentos difíciles en los que hicimos lo imposible por seguir operando incluso en condiciones muy adversas porque estamos convencidos de que parte de nuestra labor es mantener los comercios abiertos.
