Caracas.- El esquema de la “nueva normalidad” que se incorpora como novedad a la flexibilización de la cuarentena, que se inició el lunes 15 de junio, generó cierta esperanza a comerciantes de todo el país. Luego de casi tres meses de paralización, los negocios definidos como “no esenciales” por la administración de Maduro abrieron sus puertas con la esperanza de comenzar a recuperar las pérdidas que se derivaron de casi 90 días sin trabajo.
En varios centros comerciales visitados por El Pitazo este lunes 15 hubo mucha gente circulando en el Centro Comercial Ciudad Tamanaco, El Recreo, City Market, El Tolón y el Sambil. Cientos de consumidores abarrotaron los locales ávidos de comprar teléfonos celulares, zapatos, ropa y artículos electrónicos, entre otros rubros. Muchos buscaron promociones y ofertas preparadas para regalar el Día del Padre. Este festejo se efectuará el próximo fin de semana.
Algunos comerciantes consultados por El Pitazo señalaron que hubo enorme presión de parte de la Policía Nacional y milicianos durante todo el desarrollo de la jornada. «Nos exigían que controláramos a la gente en el tema del distanciamiento social, que pidiéramos el tapaboca y que pusiéramos gel antibacterial a cada rato. La gente tiene que ser responsable, nosotros estábamos desesperados por vender algo”.
COMERCIANTES REPORTAN ACOSO DE FUNCIONARIOS POLICIALES EN BARINAS
Julio Rivas, dueño de una zapatería en el centro de Caracas, dijo que no hizo ni un solo centavo durante la cuarentena. «No tengo redes sociales o vendo mercancía mediante el Instagram, Facebook y Twitter. Las ventas en redes sociales fueron un éxito para los muchachos que las usaron con sus clientes; yo estoy empezando desde cero. O vendo zapatos o regaño a la gente para que use su tapaboca”.
Otro comerciante, Wladimir Dos Santos, señaló a El Pitazo que su negocio de venta de ropa de niños y adolescentes, ubicado en Sabana Grande, arrancó a media máquina. «Se me fueron varios vendedores y tuve que resolver con los dos muchachos que regresaron hoy (lunes). Si vino mucha gente, sobre todo embarazas a comprar. Cuando el negocio estaba en su pleno apogeo, llega la guardia y manda a cerrar justo a las cinco de la tarde, así es bien difícil trabajar”.
Otro vendedor que no quiso identificarse intervine en la charla y señala: “Nos amenazaron de multar a quien se sobrepasara la hora del cierre de las cinco de la tarde en punto, tuve que sacar de la tienda a unos muchachos que querían comprarse unas botas y unos zapatos deportivos. Yo aspiro a que de acá al domingo baje la presión”.
Esta web usa cookies.