Caracas. – A pesar de haber ganado por una mínima (2-1) y haber sumado tres puntos como local en la liga, el Barcelona de Valverde aún da muestras de su depresión, al punto, de sufrir una nueva lesión de Messi, quien debió abandonar a la media hora del partido por una molestia.
Mientras estuvo el argentino en el campo, el Barça mantuvo la luz encendida, pero luego el conjunto blaugrana vivió en las tinieblas.
La movilidad del astro argentino abría una abanico de posibilidades en el ataque azulgrana y, a los seis minutos ya mandaban en el marcador.
El 1-0 fue obra de Griezmann, que se anticipaba a Peña y Gerard Moreno en el primer palo para cabecear a gol un saque de esquina botado por el propio Messi.
Siguió el Barça a los suyo hasta conseguir el segundo. Intenso, combinativo, recuperando la presión tras pérdida como una de sus señas de identidad para atacar sin descanso. Y el 2-0 llegaba, al cuarto de hora, con un sensacional disparo lejano desde la frontal de Arthur, que se colaba por la escuadra y sorprendía Asenjo.
Para desgracia local, Cazorla, a un minuto del descanso, recortaría distancias con un zurdazo también desde la frontal que batía a Ter Stegen. El capitán del Villarreal a punto estuvo de empatar al inicio de la reanudación, pero esta vez se encontró con la respuesta del meta alemán del Barcelona.
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A Messi ya no se le vio tras la reanudación. El rosarino, renqueante, fue sustituido en el descanso por Dembélé, que reaparecía tras su última lesión y que se convirtió, con sus internadas por la derecha, en uno de los hombres más peligrosos de la segunda mitad.
Valverde daba a entrada a De Jong por Sergi Roberto a falta de media hora para el final, pero el Barça cada vez se parecía más al inofensivo equipo que juega de visitante que el que avasalla a sus rivales en el Camp Nou.
Mientras, Calleja sentaba a un agotado Cazorla para dar entrada a Bacca, y Valverde, a Luis Suárez para poner a Ansu Fati. Este último, nuevo ídolo del barcelonismo, puso el partido patas arriba.
Ansu probó el remate en sus dos primeras acciones y, en la tercera, intentó forzar un penalti de Peña, que De Burgos Bengoetxea, acertadamente, no concedió.
Ya en la recta final, Villarreal no daba más para acercarse a la meta rival, en tanto, los culés, animados por el joven de 16 años, hicieron dos intentos más, uno de ellos con Griezmann, sin éxito.