París.- En esta gira por Europa, DESORDEN, con 35 años montado en escenarios, visita París (sábado 12 de octubre) por segunda vez, en la isla de Francia. Montreuil fue el punto, un municipio consentido por los bobos (bohemios burgueses) que han conquistado espacios de esta localidad mejor conocida como el barrio 21 de París. Y el domingo 13 estuvieron en el Hard Rock Café de Lyon, que terminó siendo «sold out» (ventas agotadas).
En Francia la migración venezolana está superando la insólita cifra de 50.000 exiliados, según la representante de Voluntad Popular en París, Paula Doumerg. Ese número no incluye asilados ni doble nacionalidad.
Todo en orden
Una pareja bordeando los 35 años llega a las seis de la tarde del sábado a la sala de conciertos en Montreuil, “Les Chinois”… Les lanzaron un pitazo de que había que llegar muy temprano, pero se les pasó la mano y dos horas de anticipación les permitió irse a cenar mientras el “desorden” se apoderaba del local.
A las siete ya estaba nutrido el bar y la sala comenzaba a calentar motores con los DJ’s Cocosette y Todasana. Sería una falta de seriedad explicar que son venezolanos.
Entre los asistentes comenzaba una inquietud a pasarse de grupo en grupo: deberían poner algo así como “Los Pericos”, ¡BANG!, pero arranca “Párate y mira” y todos cantan, se ríen y bailan. A la llegada de los Desordenados ya todo mundo está más que contento y sintiéndose en Caracas.
Hacen su entrada Horacio Blanco y Caplís, Dan-Lee Sarmiento, Oscarello Alcaíno, toda la banda en pleno arranca con Canto popular, Palo y piedra, Valle de balas. Nivel superior de alegría: saltos, el ska se apodera de la sala y también un conato de pelea que fue disuelto entre Caplís y el público, venezolanos dispuestos a divertirse sin escenitas. Entre los Esqueletos que danzaban y Tiembla llegó “Los que se quedan, los que se van” y varios presentes comenzaron a llorar, sin dejar de abrazarse y cantar. Se escuchó a uno que decía: “Chamo, sentí que se me estaba borrando la identidad y ni lo sabía”.
Ska Skapate del duelo
En las salas como “Les Chinois” hay un espacio cerrado con aire integrado para los fumadores, visto que cuando llega el invierno la cosa no pinta divertida en la calle. Estos espacios son destinados para fumar libremente, pero en este concierto en especial fue usado como una suerte de confesionario. Era como salir un poco de tanta alegría, de ese efecto que logra Desorden de trasladarnos 20 años atrás, a una Venezuela alegre, donde divertirse era cotidiano y Desorden, el papá de todo festival, rumba, guateque, concierto…
Entre una canción y otra, los asistentes buscaban una cerveza y se iban a conversar al “fumatorio”, donde más que fumar era conversar, compartir historias de cómo están sus familias en Venezuela. Venezolanos de edades que iban entre 20 y 60 años, se abrazaban, lloraban y se autoinvitaban a salir y seguir el concierto: “vinimos a divertirnos, a cantar, a viajar con Desorden por Venezuela. No se puede sufrir a toda hora”.
Horacio es un tipo que crea comunicación directa con su gente, tiene un vozarrón que te invade y a la vez acaricia, aunque “hay cosquillas que no dan risa”…, en el momento en el que agradece la asistencia también habla con el dolor de la actualidad.
“Ustedes han venido a Francia buscando una mejor vida y desde acá siguen ayudando a su gente. Agradezcamos a Francia por recibirnos. Si tienen un francés cerca, abrácenlo, ¡Agradezcan!
Bueno, la que se armó no fue normal. De por sí nosotros, los del Caribe, somos afectuosos, pero los franceses son más reservados, menos «abrazones». Noventa por ciento de los asistentes éramos venezolanos, y ante la sugerencia del líder de la banda, grupos masivos de criollos se avalanzan buscando un francés a quien abrazar, así fuera prestado. Lo más cómico era escuchar a un amigo nativo del mismísimo París: ¿Qu’est-ce qu’il a dit? ¿Qu’est-ce qu’il a dit? ¿Qué dijo él?
Termina el concierto lanzándose la mitad de la banda para hacer un selfi con público abrazando el “Desorden”.
Next stop: Lyon, donde Rosmit Montilla (joven diputado y asilado político) se unió a las periodistas Dalia Ferreira y Thamara Bryson, de la Red de Radio Arte Venezuela, iniciativa que viene desde Venezuela y ahora amplía su cobertura a la música, danza y otras disciplinas artísticas, donde hacen, sobre todo, entrevistas en vivo; están en todas las plataformas de redes sociales: Facebook, Instagram, Spotify, Twitter. ¿Qué se necesita? Tener un componente venezolano en la propuesta.
Lyon tuvo un full. Se dice fácil, pero hace apenas cinco años no podías siquiera creer que los venezolanos podíamos llenar salas enteras de conciertos en Francia. Así terminaron estos conciertos: amor y ternura, ska y buena vibra, lágrimas, abrazos y, quién sabe cuándo, posibles regresos.
