José Ortega y Gasset (Madrid, 9 de mayo de 1883- 18 de octubre de 1955) fue un filósofo y ensayista español cuyo nombre engalana uno de los más importantes premios de periodismo de Iberoamérica. Fue criado en una familia acomodada y culta, vinculada a la política, gracias a que Eduardo Gasset y Artime, su abuelo materno, fue el fundador del periódico El Imparcial que, posteriormente, sería dirigido por su padre.
Sus estudios universitarios comenzaron en la Universidad de Deusto en Bilbao, aunque egresó finalmente de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Madrid. En la misma casa de estudios alcanzó el grado de Doctor en Filosofía con el ensayo Los terrores del año mil. Crítica de una leyenda.
En 1910 contrajo nupcias con Rosa Spottorno. De esta unión nacieron tres niños, siendo el primero Miguel Ortega Spottorno, quien se convertiría en médico. Posteriormente, nace Soledad Ortega Spottorno, creadora de la Fundación Ortega y Gasset y su presidenta de honor. El hijo menor del matrimonio, José Ortega Spottorno, es conocido por ser ingeniero agrónomo y fundador del diario El País de España. De ahí el vínculo entre el prestigioso medio de carácter internacional y el premio que lleva el nombre del célebre filósofo.
En cuanto a su faceta de hombre de medios, Ortega y Gasset fue director del semanario España y colaborador del diario El Sol, en el que publica España invertebrada y La rebelión de las masas, dos de sus más célebres ensayos. Posteriormente, fundó la Revista de occidente, en la cual realizaba traducciones y comentarios de las tendencias filosóficas y científicas del momento.
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Durante la II República española fue elegido diputado por la provincia de León con la Agrupación al Servicio de la República, su propio partido político. Sin embargo, duró solo un año en el escaño, el cual abandonó tras distanciarse de la política adoptada por el gobierno durante los debates constitucionales.
En julio de 1936, el inicio de la Guerra Civil española tomó a Ortega y Gasset enfermo y en su domicilio. Aún así, comunistas armados irrumpieron en él para exigir que firmara un manifiesto a favor del gobierno republicano y en contra del golpe de estado. El asunto no llegó a mayores y logró huir de España a pesar de su enfermedad. Durante el exilio vivió en París, luego en los Países bajos y después en Argentina, para posteriormente fijar en Lisboa su residencia definitiva.
Al término de la guerra volvió a España de manera frecuente, pero nunca definitiva. Muchos teóricos afirman que el extranjero le otorgó las oportunidades y el prestigio que no le concedió su tierra natal. Los críticos también comparan su estilo literario con el utilizado por Miguel de Cervantes al escribir su Quijote, característica que le permitió penetrar fácilmente en una amplia audiencia.
