¿Qué se sentirá vivir dentro de una obra de Cruz-Diez? Solo las 11 familias propietarias de los apartamentos que componen el edificio Montalbán 11 podrían saberlo, ya que este selecto urbanismo, que forma parte del catálogo patrimonial de Madrid, fue intervenido por un grupo interdisciplinario para convertirlo en la primera obra de arte habitable de España.
Montalbán 11 es una edificación construida en 1016, que fue sede de la empresa Azucarera Nacional a principios del siglo 20 y cuyo uso fue adaptado posteriormente al residencial. Su proceso de “refrescamiento” comenzó al cumplir el siglo, hacia el año 2016, cuando Mazimilian Pizzorni, en representación de la empresa Italinmuebles, reunió a las empresas más selectas de España para rehabilitar el edificio y aumentar su valor tanto patrimonial como artístico.
Las cargas se repartieron de esta manera: el estudio de arquitectura Molior desarrolló el concepto arquitectónico y lideró la rehabilitación del edificio, dotándolo de eficiencia energética y soluciones sostenibles, mientras que Fernández Molina Obras y Servicios fue la empresa constructora encargada de ejecutarlas. El estudio Sánchez+Sánchez lideró el concepto de interiorismo del inmueble, la compañía Años Luz realizó el diseño lumínico del edificio, pero la carga medular del proyecto corrió bajo la responsabilidad de In Situ Art Projects, estudio de arquitectura dirigido por Karina Saravo Sánchez y filial del Grupo Odalys (galería Odalys en Caracas y Madrid).
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Fue In Situ la empresa que sumó a Carlos Cruz-Diez al proyecto. “El maestro sentía un cariño especial por España, ya que fue el primer país de Europa que lo acogió antes de establecerse definitivamente en Madrid, y el país donde siempre había querido realizar una de sus obras monumentales”, recuerda Saravo.
Una obra de arte habitable
Cabe acotar que el proyecto de rehabilitación de Montalbán 11 comenzó con Cruz-Diez en vida. Después de su partida física en el año 2019, su hijo Carlos Cruz-Diez Jr. (a la cabeza del Atelier Cruz-Diez en la actualidad) dio continuidad y vigencia a su patrimonio artístico.
Solo un artista como Cruz-Diez podía asumir el reto de integrar su particular visión del color y el movimiento con un inmueble de 100 años como lo es Montalbán 11 que, además, está ubicado a pocos metros de íconos de la cultura madrileña como lo son el Museo Nacional del Prado, el Parque de El Retiro, la Puerta de Alcalá, el Congreso de los Diputados o el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza.
Además, Saravo explica había puntos clave del edificio (como la fachada y las escaleras) que, por su valor patrimonial, no podían ser modificados. En el hall de entrada de Montalbán 11, el mural Induction Chromatique à Double Fréquence recibe tanto a propietarios como a visitantes. Luego, la Cromointerferencia Montalbán 11 se hace presente a lo largo de todo el agujero del ascensor, midiendo en su totalidad 30 metros de altura. Además, cada uno de los apartamentos posee una Transchromie de colores vivos y transparentes, que dividen el ambiente de cada vivienda.
Así, Montalbán 11 se convierte en la primera obra de arte de España con las comodidades de un condominio de lujo (sauna, gimnasio), cuyas viviendas ya han sido vendidas en su totalidad. Saravo comenta que la última propiedad en venderse fue el «ático» o pent-house, con una extensión de 750 metros cuadrados que incluye dos pisos, terraza y piscina propia. Con un precio de 14,6 millones de euros, el ático de Montalbán 11 es, en la actualidad, el más caro de la capital española.
Contrario a lo que podría pensarse, los vecinos de Montalbán 11 son en su mayoría migrantes, relacionados con el mercado del arte. «Hay ciudadanos franceses, venezolanos, dominicanos, de varias nacionalidades además de la española», describe Saravo, lo que le imprime a esta propiedad el perfil artístico, universal y multidisciplinario requerido para el proyecto.
Así, la obra colorida del artista cinético más famoso de Venezuela (y quizás del mundo) engalana una propiedad patrimonial, en pleno corazón de Madrid, en un afán que no cesó ni siquiera con la muerte de Cruz-Diez: transformar su entorno en una obra de arte en la que todos podamos vivir.
