Caracas.- José Julián Martí Pérez, mejor conocido como José Marí, quien nació el 28 de enero de 1853 en La Habana, Cuba, fue un escritor y político de origen español. Un político republicano democrático, pensador, periodista, filósofo y poeta cubano, creador del Partido Revolucionario Cubano y organizador de la Guerra de 95 o Guerra Necesaria (guerra de independencia de Cuba).
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Esta martes, a 167 años de su natalicio, el mundo entero recuerda al más universal de los cubanos. En la estrecha calle Paula, en La Habana, Cuba, Leonor Pérez dio luz a un cubano que, desde su tempranísima juventud, haría de la isla -encadenada por el colonialismo español- epicentro de su pasión por la libertad.
Martí fue un adolescente que sufrió la injusticia, el abuso a los negros porque “la esclavitud de los hombres es la gran pena del mundo”, un joven que la arbitrariedad de un país colonizador hacía prisionero por ansiar la independencia de su patria y sentir “el odio invencible a quien la oprime”.
Martí fue un fiel seguidor de las ideas emancipadoras de El Libertador, Simón Bolívar, amante de la libertad del hombre, de la tierra en la que nace, de los sueños de independencia y de una América unida.
Conocido como el Apóstol de Cuba, desarrolló una obra revolucionaria con el objetivo de “impedir a tiempo con la independencia de Cuba, que se extiendan por las Antillas los Estados Unidos y caigan, con esa fuerza más, sobre nuestras tierras de América”.
Entender la obra de José Martí significa, necesariamente, comprender que fue un hombre que, en 42 años de vida, desarrolló un vasto pensamiento político en condiciones adversas. Fue desterrado a España en dos ocasiones, sufrió el exilio lejos de su hijo y su esposa, con el dolor de tener la familia en la otra orilla, estar enfermo y ser parte de un país en manos de otro, y luchar contra todo y todos, por la libertad de Cuba.
Mientras vivía en Estados Unidos, en 1892 redactó las Bases y los Estatutos del Partido Revolucionario Cubano (PRC) y el 14 de marzo de ese mismo año, fundó el periódico Patria, como órgano oficial del Partido.
Antes, entre los años 1880 y 1890, el más universal de los cubanos habría alcanzado notoriedad en la América que llamó nuestra, mediante sus artículos y crónicas que, desde Nueva York, enviaba a periódicos como “La Opinión Nacional”, de Caracas; “La Nación”, de Buenos Aires, Argentina; y “El Partido Liberal”, de México.