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Caracas.- Seis han sido los prelados venezolanos a quienes la Curia Romana les ha impuesto el capelo cardenalicio, siendo Juan XXIII el primer Papa que le dio a Venezuela la designación del primer purpurado. Ser designado cardenal es la dignidad de formar parte de la familia pontificia, colaboradores directos del Papa en los asuntos claves de la administración apostólica de la Iglesia, como dice la tradición, sucesor del apóstol Pedro.
José Humberto Cardenal Quintero Parra y Jorge Liberato Cardenal Urosa Savino, han sido, de los seis venezolanos, quienes han participado de un cónclave, reunión máxima del Colegio Cardenalicio, cuyos miembros menores de 80 años son electores del futuro papa. La convocatoria de esta reunión se da por parte del cardenal decano ante la declaración de la sede vacante a la muerte de un pontífice.
El Cardenal Quintero Parra al ser escogido por Juan XXIII, le confirió el capelo cardenalicio el 20 de enero de 1961. Durante su episcopado como Arzobispo de Caracas, fue protagonista junto al presidente Rómulo Betancourt, de la firma del convenio entre el Gobierno venezolano y la Santa Sede, lo que determina por escrito las relaciones entre la Iglesia católica y el Estado venezolano.
Participó de los cónclaves donde salieron electos Giovanni Cardenal Battista Montini, quien escogió el nombre de Pablo VI, Albino Cardenal Luciani, quien en memoria de sus predecesores combinó por primera vez en la historia de la iglesia dos nombres para su pontificado, Juan Pablo I y la elección del polaco Karol Józef Cardenal Wojtyla quien por el breve pontificado de su predecesor, adoptó con el mismo criterio su nombre de pontífice, Juan XXIII los hizo obispos y Pablo VI los elevó a cardenal, por tanto él sería Juan Pablo II.
El Cardenal Urosa Savino, de 79 años de edad, participó del cónclave donde fue electo el primer latinoamericano en la historia de la Iglesia: el papa Francisco. Fue elevado a cardenal por Benedicto XVI el 24 de marzo de 2006. Actualmente está en condición de arzobispo emérito de la Arquidiócesis de Caracas. En su administración le correspondió presidir la ceremonia de beatificación de madre Candelaria de San José y concelebrar en la beatificación de Carmen Rendiles. Desde su época como obispo auxiliar se ocupó de reactivar la causa de beatificación del José Gregorio Hernández.
Cardenal es el titulo que lo hace miembro de la familia pontificia, por lo que lo correcto es colocarle entre su nombre y primer apellido.
José Alí Cardenal Lebrún desde 1972 se ocupó de la Arquidiócesis de Caracas, pues el Cardenal Quintero se había separado del Gobierno eclesiástico por razones de salud. El ejerció de monseñor Lebrún Moratinos fue como administrador apostólico y luego como obispo coadjutor con derecho a sucesión, por lo que desde 1980 asume como arzobispo y Juan Pablo II lo eleva a cardenal el 2 de febrero de 1983.
Venido de tierras lejanas a la capital, monseñor Ignacio Velazco llegó de la vicaría de Puerto Ayacucho para ocupar la sede vacante desde 1995 de la Arquidiócesis de Caracas. En horas del mediodía del 21 de febrero de 2001 fue impuesto del capelo cardenalicio por el papa Juan Pablo II, en horas de la noche de ese mismo día falleció el cardenal Lebrúm Moratinos.
Velazco García protagonizó varios escollos con el difunto Hugo Chávez, quien prometió encontrárselo en el infierno, pues este último nunca le perdonó haber firmado el decreto de Carmona, el 11 de abril de 2002, aunque en principio fue el Cardenal Velazco quien garantizó la vida del depuesto, por horas, presidente en su traslado de La Orchila a Miraflores la noche del 13 de abril del mismo año.
Baltazar Enrique Cardenal Porras Cardozo, arzobispo de Mérida, fue elevado a cardenal el 19 de noviembre de 2016 por el papa Francisco. Junto a Urosa Savino han sido prelados de la Iglesia, quienes en comunión con el episcopado venezolano, han hecho duras criticas a los gobiernos de los últimos 20 años en materia de salud, economía y educación.
A esta lista de cardenales se suma Rosalio Cardenal Castillo Lara, quien no tuvo administración eclesiástica directa en Venezuela. Fue para Juan Pablo II, junto a Joseph Cardenal Ratzinger, las piezas claves del tercer pontificado más largo de la historia. Fue Gobernador de la Ciudad del Vaticano y además presidente de la comisión que redactó el Código de Derecho Canónico, instrumento legal por el que se rige el Gobierno de la Iglesia universal.
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