Diplejia Espástica por retardo mental es el diagnóstico de Eudomar, joven de 21 años que reside en condiciones vulnerables junto a su madre en la comunidad El Jobo de la capital de Guárico y que a través de una publicación en la cuenta Instagram (IG) @gentebelladesanjuan1, recibió donaciones de alimentos, medicinas y un colchón para reemplazar otro, viejo y desgastado, con resortes que azotaban su espalda y le impedían conciliar el sueño.
Eudomar y su madre, son solo una de las decenas de familias que hoy viven en pobreza extrema en San Juan de los Morros y han recibido ayudas gestionadas a través de @gentebelladesanjuan1. Esta cuenta de Instagram fue creada por Ernesto Ramírez, un médico de 35 años, que decidió, en medio de las dificultades propias de un país en crisis y con el confinamiento por el COVID-19, abrir una ventana en redes sociales (RRSS) para canalizar donaciones entre colegas, fundaciones y otros usuarios identificados con causas nobles.
«Me sentía inútil al ir a una barriada y que al indicar un tratamiento esa familia no tuviera como comprarlo; por eso decidí hacer algo más», cuenta a El Pitazo Ernesto, quien apeló a la buena voluntad de los sanjuaneros, así como de otros usuarios dentro y fuera de Venezuela, y renovó la imagen de Gente Bella de San Juan.
Ernesto Ramírez
El usuario de IG que inicialmente, entre marzo y abril, solo mostraba perfiles de modelos y promociones de comercios en la capital llanera, a partir del 24 de junio, en plena pandemia, empezó a postear imágenes con casos reales, de familias desasistidas de San Juan de los Morros y sus cercanías.
«Ayúdanos a darle color a esta historia», es la frase de algunos textos que acompañan las publicaciones en blanco y negro en @gentebelladesanjuan1, de niños, adultos y ancianos con diversas necesidades, como medicinas, exámenes médicos, alimentos, ropa y otros enseres.
«Al principio podía escribirle a más de cien personas diarias y si respondían tres era mucho. Algunos me bloqueaban. Pero hoy ya no escribo tanto, porque hay personas que me contactan para ayudar», relata Ramírez, quien aclaró que la publicación de fotos de modelos y de comercios fue una estrategia para ganar seguidores y luego empezar a mostrar lo que él ya venía realizando en las comunidades, con el objetivo de lograr un mayor alcance.
Con más de 4.500 seguidores, la cuenta gestionada por @gentebelladesanjuan1, es un trampolín que suma las voluntades de médicos, odontólogos, traumatólogos, oftalmólogos, demás profesionales de la salud y otras áreas; al igual que fundaciones, comerciantes y demás ciudadanos de San Juan de los Morros, que contribuyen para dar una dosis de calidad de vida a familias en pobreza extrema.
«Si hay que colocar una medalla por esta labor, tiene que ser una medalla bien grande que abarque a todas las personas que ayudan», comenta el médico sanjuanero, quien reafirma que gracias al trabajo en equipo y la cooperación de especialistas médicos, logran atender casos como el de Eudomar o el de Jesús Coronado.
Este último, Coronado, es un joven de 21 años, quien la madrugada del 27 de agosto escribió por privado al usuario de IG que administra Ernesto. En un tono desesperado, Jesús explicó brevemente que es un paciente diabético, descompensado, que no cuenta con los recursos económicos para adquirir alimentos. Además, vive en condiciones infrahumanas junto a su mamá, en la carretera San Juan – Villa de Cura, municipio Zamora, del estado Aragua.
Aunque no era un caso proveniente de la capital guariqueña, Ernesto se trasladó esa misma mañana a una zona boscosa, en un rancho de zinc donde vive Jesús con su madre. De acuerdo con la primera evaluación, el joven es un paciente con diabetes tipo I (insulinodependiente), con desnutrición moderada y pérdida total de sus dientes.
De vuelta a la capital llanera, una vez más la ventana @gentebelladesanjuan1 le sirvió a Ernesto para dar a conocer el caso de Jesús y las respuestas no tardaron en llegar. En menos de 48 horas el joven contó con la atención de médicos especialistas y la ayuda de otras personas, con lo cual recibió una valoración precisa de su estado de salud. También recibió la donación de alimentos, medicinas y una máquina de afeitar solicitada por su mamá, para trabajar y obtener ingresos que le permitan comprar más comida.
«Solo se está esperando un poco de recuperación sistémica en Jesús, para empezar a hacerle la prótesis bimaxilar», contó Ernesto, quien agregó que a Coronado también lo evaluó un oftalmólogo y, debido a dificultades visuales, este miércoles recibirá unos lentes con la montura requerida. Además, Jesús también contó con la donación de una licuadora para el cumplimiento de una dieta líquida, antes de la colocación de la prótesis dental.
Ernesto Ramírez
Nacido en Caracas y formado en San Juan, Ernesto Ramírez, encontró una nueva manera de ejercer la medicina y, desde hace seis meses, aproximadamente, procura llevar una píldora de vida y esperanza a hogares sanjuaneros, con la ayuda de valiosos hombres y mujeres que contribuyen desde sus posibilidades.
Sin embargo, para quienes manifiestan sus necesidades a Ramírez, el mensaje es bien claro: «No me gusta dar falsas esperanzas y a las personas necesitadas les explico que las ayudas llegan a través del Instagram. Yo grabo un vídeo, expongo el caso y lo publico», así es como Eudomar, Jesús, Eukelvin, Daniel, Joander y otros nombres que aparecen en @gentebelladesanjuan1, recibieron una ayuda.
«No hizo falta cambiar el nombre del usuario de Instagram porque la belleza no es como muchos la ven, no está en lo físico y superficial. La verdadera belleza está en las buenas acciones de la gente y eso es lo que hoy demostramos», resaltó Ernesto. Explicó que más del 90% de los casos atendidos son familias que no tienen acceso a las RRSS y, en principio, no conocen ni se imaginan que pueden lograr ayudas a través de una cuenta de Instagram.
Eudomar no fue el primer caso atendido y Jesús tampoco será el último. Ernesto no busca premios personales ni adulación que alimente el ego, pero si intenta sumar voluntades a traves de Gente Bella de San Juan para llevar alegría y alimentar los corazones frágiles de niños, padres, abuelos, familias atrapadas por las enfermedades y las carencias de un país vulnerable.
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