Han pasado 30 días del deslave de El Limón, en el municipio Mario Briceño Iragorry del estado Aragua, y sus habitantes aún tiemblan cada vez que escuchan que comienza a llover o cuando ven completamente nublada la montaña del parque Nacional Henri Pittier.
A diferencia de la tragedia del 6 de septiembre de 1984, cuando más de 100 personas perdieron la vida, en esta ocasión no se reportaron víctimas fatales, sin embargo, las perdidas materiales son incalculables.
Sin cifras oficiales definitivas a un mes de la inundación, fuentes de Protección Civil y de la alcaldía reportan que más de 300 casas fueron afectadas y 37 quedaron completamente destruidas.
Una de los sectores más golpeados por la inundación fue El Piñal, donde bajan las quebradas afluentes del río El Limón.
En la zona no hay barro y las calles están despejadas de escombros, pero quedan en el ambiente señales de la furia del agua. Aún hay grandes rocas que cayeron del cerro y vehículos tapiados por el lodo. Algunas viviendas quedaron con chispas de barro y en sus paredes tienen una marca que recuerdan el nivel de la inundación.
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Frente a la capilla de La Santa Cruz varias casas que quedaron gravemente dañadas fueron derribadas, porque sufrieron daños estructurales, entre ellas la casa de Copei.
A la fecha, los entes gubernamentales han entregado 11 viviendas a damnificados, han otorgado créditos del Banco Bicentenario y recuperaron el servicio de agua. Los habitantes agradecen el apoyo, pero dicen que todavía hay mucho qué hacer y vecinos por atender.
Las historias de la tragedia
En algunas casas el olor a humedad es penetrante. En esas condiciones viven muchas familias como Wiston Rodríguez, de 52 años de edad, quien junto a su hijo, nuera y nieto lograron escapar de la furia de la quebrada Corral de Piedra, que inundó su casa, dañó la nevera y lavadora, y arrastró la cocina, una poceta y un tanque de agua.
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Fiorella González, la embarazada rescatada por sus vecinos, hoy está dedicada a preparar el parto que está previsto en dos semanas. Confesó que se sobresalta cada vez que escucha truenos y nota que va a llover. Le preocupa que está a punto de parir y se quedó sin hogar.
Virgilio Felipe Feliú, de 59 años de edad, quien sobrevivió a la fuerza de las aguas del río El Limón se recuperó de golpes y moretones. Su familia considera que su salvación fue un milagro porque las aguas lo arrastraron más de 7 kilómetros y él sin saber nadar se mantuvo a flote.
Sus ruegos y oraciones surtieron efecto y se encuentra totalmente recuperado, con ganas de volver a trabajar.