El canto de culto a San Juan, el baño del santo en el río y el repique de cueros para venerar al Bautista serán ritos que se cumplirán en Puerto Cabello durante el 23 y el 24 de junio pero en las casas de las cofradías, ninguna actividad será en la calle debido a la cuarentena por el COVID-19.
Hermán Villanueva, director del grupo folklórico Tambores de San Millán, informó a El Pitazo que existen tres sanjuanes en San Millán: San Juan Niño, San Juan Tamborero y San Juan Sabiduría, todos serán celebrados pero en la casa de Villanueva, sede de la cofradía.
“Esta tarde estamos vistiendo el santo, para luego en la noche iniciar el golpe de tambor. Haremos todo lo que se hace en la calle pero esta vez aquí en la casa: Corte de cumaco canto del Ave María a las 5:00 am; el baño en el río, que este año lo haremos también en casa y el 24 durante todo el día la parranda”, explicó Villanueva.
Dijo que habrá invitados pero sin multitudes, guardando la distancia social y utilizando tapaboca. “En Goaigoaza también lo harán de igual manera que nosotros, en casa pero no dejaremos que pase por debajo de la mesa nuestro tributo a San Juan”, acotó el director de los Tambores de San Millán y alma de cada fiesta popular que se haga en el céntrico barrio de la ciudad.
Rancho Chico es una comunidad del centro-sur de Puerto Cabello también sanjuanea. De hecho hay tres sanjuanes: el San Juan Aparecido, de Alberto “Beto” Lira; el de la familia Camacho, en la tercera calle y el que dejó José Encarnación, en la cuarta calle. Los tres celebrarán desde esta madrugada del 23 de junio pero en casa.
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Alberto Lira explicó que antes del amanecer le cantaron al santo el Ave María y en las próximas horas “haremos algunas visitas a los otros sanjuanes pero siempre con la cautela de la cuarentena”.
Al contrario de las cofradías del centro de Puerto Cabello, la Sociedad San Juan Bautista de Borburata, la de mayor tradición y proyección de la costa carabobeña, desafía la cuarentena al punto que el párroco de la iglesia El Cristo de la Salud hubo de cerrarles las puertas del templo a la multitud de sanjuaneros que pretendían ingresar al recinto eclesiástico borburateño sin tapabocas y en franca aglomeración, para luego parrandear el santo, como hacen todos los años, en los alrededores de la plaza.
El sacerdote habló con los parranderos para persuadirlos de la inconveniencia de concentrar una multitud sin respetar el distanciamiento social preventivo por el COVID-19. Al grito de “queremos parrandear a San Juan como toda la vida”, los sanjuaneros trataron de convencer al sacerdote quien al verse rebasado por la muchedumbre tomó al santo, lo introdujo a la iglesia y acto seguido cerró las puertas del templo.
Ante la determinante actitud del cura párroco los sanjuaneros optaron por retirarse a la sede de la cofradía donde iniciaron el repique de tambores y el baile típico que aun a las 8:00 pm de este 23 de junio se mantiene aún con mayor cantidad de personas que anuncian seguirán hasta mañana 24, como en épocas normales.
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