Conductores del occidente de Carabobo, denunciaron que, pese a que ha estado llegando gasolina de manera regular a la zona, surtir sigue siendo un karma debido a supuestas irregularidades que se presentan en las estaciones de servicio.
En un recorrido realizado la mañana de este martes 8 de diciembre por el equipo de El Pitazo, en las diferentes colas de las estaciones de servicio de la zona, los usuarios indicaron que desde el pasado 25 de noviembre ha estado llegando combustible, pero las largas colas se mantienen.
Los entrevistados, quienes pidieron guardar su identidad por seguridad, explicaron que existe en las estaciones de servicio subsidiadas una cola paralela a la de quienes pernoctan para surtir, llamada dolarizada, “ahí hacen la cola quienes le pagan al funcionario que esté custodiando la estación, de 10 a 20 dólares y los dejan pasar de primeros a llenar el tanque full, mientras que a nosotros nos limitan a 30 litros y nos dejan de últimos”, refutaron.
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Indicaron que aunado a esto como no se está suministrando por el sistema pico y placa, hay quienes equipan hasta tres veces el mismo día, “marcan la cola varias veces, van a sus casas, vacían el combustible y se meten nuevamente en la fila, quitándole la oportunidad a otra persona, tomando en cuenta que solo llegan por lo general nueve mil litros a cada estación”, detallaron.
Una práctica que dijeron se ha vuelto común es la venta de las huellas para la gasolina subsidiada, “hay quienes te venden en 10 dólares el cupo de 60 litros, mientras que por el de 120 litros, piden como mínimo 20 dólares”, explicaron.
Relataron que estas personas ofrecen los cupos por mensajes de WhatsApp o en las mismas estaciones de servicio abordan a los conductores, “se paran descaradamente en las gasolineras y te ofrecen los cupos sin importar la presencia de las autoridades policiales”, aseguraron.
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Por su parte usuarios de Montalbán señalaron que en la única estación de servicio que hay en ese municipio, se instalan dos mujeres a las que les apodan “Las chivas de las colas”, indicaron que llegan de madrugada a marcar los primeros puestos de la fila, los cuales posteriormente venden a los conductores.
“Piden mínimo 10 dólares o el 50 por ciento del combustible”, afirmaron los conductores quienes subrayan que nadie se atreve a denunciarlas ante las autoridades por temor a represalias, pues aseguran son ciudadanas conocidas en la localidad por su mala conducta.
Finalmente dedujeron que la situación de la gasolina se ha vuelto un negocio en el occidente de Carabobo, en donde los más perjudicados han sido los pobladores que requieren de manera prioritaria el combustible para trabajar o para cumplir sus citas médicas.
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