Pito había advertido en enero que el avistamiento de un tiburón ballena en las costas de Aragua traería buena zafra para los próximos meses | Foto: cortesía habitantes de Ocumare
En medio de la cuarentena social por el COVID-19 la buena pesca en las costas de Aragua ha regalado aire fresco a los aragüeños. Con abril llegó el mes del abundantes especies pequeñas, como catacos y sardinas, pero también de peces más grandes, como lebranche y jurel. Aunque para muchos las 12 mil toneladas de cataco que calaron los pescadores el Domingo de Ramos en Choroní fueron un regalo del mar, para otros no obedecen a razones metafísicas o divinas, si no a un proceso natural en medio del cambio climático.
Los pescadores más experimentados ven en el mar pistas y señales, como las que advirtió a comienzos de año Antonio José “Pito” Montiel, quien afirmó a El Pitazo que el avistamiento de un tiburón ballena en las costas aragüeñas era señal de buena pesca, porque las aguas gozan de salud. Pito estaba seguro que la pesca de los próximos meses sería muy productiva.
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Gustavo Carrasquel es periodista y de pequeño vivió en Choroní donde aprendió el oficio de pescar. En la actualidad es director general de la Fundación Azul Ambientalista. Es joven pero conoce el mar como la palma de su mano. A su juicio, la abundante pesca en las costas de Aragua es parte del proceso natural y de los cambios en vientos y temperaturas por el calentamiento global.
«Esto tiene toda la vida ocurriendo; es un proceso de la naturaleza que no tiene nada que ver con un tema metafísico, sumado a que el cambio climático y el calentamiento de los océanos ejercen influencia en las migraciones de especies marinas», dijo.
Explicó que el país está en la pretemporada de cardúmenes más grandes, como el jurel, el lebranche y el bonito. En la actualidad abundan los catacos y sardinas en aguas profundas, como las de Choroní, porque están en época de desove en las costas.
«Esto atrae a peces más grandes que aparecen en la temporada de semana santa», agregó.
Carrasquel cree que lo observado el fin de semana en las costas es sinónimo de buena cosecha de jurel, por ejemplo. «Pienso que, sin duda, la poca actividad humana en los últimos días favorecerá la pesca«.
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Oswald Ramón Argüelles pertenece al grupo de pescadores Virgen del Carmen, del sector La Boca de Ocumare de la Costa. Tiene 10 años pescando, aunque ahora se dedica más a la compra y venta de pescado.
Comenta que en el municipio Costa de Oro la pesca no ha sido tan abundante como la de Choroní. «Los cardúmenes que se han sacado aquí han sido muy pocos. Las caladas de lebranche que se han hecho no han sido muy abundantes. La más grande fue la que se sacó en Cata la semana pasada (31 de marzo) que fueron seis toneladas de lebranche. Lo del Cataco en Choroní era una cosecha tan grande que regalaron a la población. Ellos tuvieron ese gran gesto», precisó.
El pescador señaló que la semana pasada lograron trabajar porque cargaron gasolina, sin embrago, no fue suficiente para adentrarse en el mar. «El combustible que se está vendiendo al pescador no alcanza para salir a pescar lejos y especies pequeñas como pargo y cojinua. Para calar lebranche se necesita más gasolina», precisó.
Roswel Requena, forma parte del grupo del consejo de pescadores de Cuyagua; plantea que al sector se le debe garantizar combustible para trabajar.
«La semana pasada agarramos en Cuyagua dos lanchas y media de lebranches, que son aproximadamente cuatro toneladas. Y se espera que para esta semana pase otra oleada de lebranches, pero sin gasolina no podemos salir a pescar», expresó Requena.
Los consultados por El Pitazo coinciden que, en medio de la crisis económica y la pandemia del COVID-19, el mar ha traído buenas noticias y mejor pesca a los habitantes de las costas de Aragua.
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