Cuentos de cuarentena –16–

Señores marcianos:

No sé si vieron un letrero en la atmósfera de la Tierra que dice: “Cerrada por pandemia”.

Si pueden dar vuelta en U, buenísimo. Es que no estamos preparados para recibir visitas. En caso de que quieran llegar ustedes antes que los marines, pasen adelante. Si vienen para la fiesta democrática, llegaron a freír tequeños.

Sálvense, que están a tiempo de estrellarse en Caracas, porque aquí no viene mucha gente desde que Olga Tañón se fue.

La cosa está fea en este planeta, señores marcianos. Ayer leí un título en prensa, muy mal redactado: «Italia deja pasear a niños acompañados con más de 800 muertos diarios». Interpreté que los zombies ahora se rebuscan de niñeros. Pero no. Todavía no somos muertos vivientes.

Señores marcianos, hubieran avisado que venían y al menos pasábamos un coleto.

¿No se pueden devolver? ¿Hay protestas en la Autopista Interestelar del Centro? Bueno, nada. Cualquier cosa terminen de llegar por la Cota Mil.

Si su nave nodriza no tiene DirecTV, mejor siéntense a abanicarse con esta Estampas, la revista que mejor echa aire con este calor de pandemia.

Me imagino que no han encontrado señales de vida inteligente. Nos hemos embrutecido en el encierro. Nos prometieron un meteorito antes de su llegada. Fue un consuelo para los fatalistas, pero aquí seguimos, vivos, por desgracia.

Por ahí ruedan las fake news. Hay quienes afirman que ustedes vienen a buscar a Shirley Varnagy, la primera periodista alienígena que infiltraron en la radio, aunque yo soy de los que creen que Shirley es un robot que modifica su algoritmo entrevistando gente. Me parece mucha mejor trama que la de la última película de Terminator.

Pónganse cómodos. No tenemos valet parking para naves nodrizas, pero les damos la bienvenida en español latino o en su idioma original. Están a punto de entrar a la ciudad de Caracas, la más peligrosa de todo el planeta, así que no saquen la mano por la ventana. Guarden bien sus joyas del infinito y sus anillos de Saturno.

No hay agua, así que van a ver mucha melena en las calles. En este momento deberíamos usar esos sombreros de papel aluminio de Mel Gibson en Signs: evitan que los aliens te lean la mente y mantienen la cabellera controlada [Publicidad].

Disculpen si no encuentran dónde cargar sus celulares, es que la luz va y viene a casa, como padre irresponsable. Para 2020 pensábamos viajar de La California a Chacao en un Twingo con alas, pero nos agarró la cuarentena y ahora este año es una mezcla entre Los Supersónicos con Los Picapiedra: hay pedazos de todos los tiempos regados por acá. La nostalgia se mezcla con la ansiedad y se va el internet.

Actualización: Los extraterrestres se asomaron por el balcón, pero yo estaba dormido. Me habían venido a buscar para darle una vuelta a la Luna. Se antojaron de una torta de piña que tenía en la nevera y, sin hacer esfuerzo por despertarme, se fueron sin mí. Se llevaron mi torta y me dejaron en la Tierra. Doblemente crueles.

IVÁN ZAMBRANO
– Venezuela –