La Zona 7, un centro de reclusión en la ciudad capital, ubicado en Boleita, uno de los 30 centros de detención preventivos (CDP) que existen en la Gran Caracas y es uno de los más temidos, porque los que ingresan van a una “celda de castigo”, un lugar descrito como un pasillo de 3,5 metros por 1,5 de ancho donde se encuentran más de 60 personas, en su mayoría de pie, hasta febrero de este año.
Según un reportaje de Tal Cual, algunos funcionarios se han aprovechado de las características de esta celda y la desesperación de sus ocupantes por tomar algo de aire, para cobrar por los traslados a un calabozo en mejores condiciones, cuenta con dos: ‘Kingkong’ y el ‘Inframundo’, cuyas características son totalmente opuestas a la «celda de castigo». Los residentes de la zona 7 pagan hasta 100 dólares, además el pago se convierte en una “vacuna” que hay que cancelar cada dos semanas.
Quienes acceden a pagar inicialmente 10 dólares son trasladados hasta la celda 11, conocida como ‘El Inframundo’. Allí los internos se sofocan con las elevadas temperaturas, es igual de precaria, sin embargo les permite a los reclusos un poco más de espacio para caminar y estirarse. Mientras que la «Kingkong», cuesta 100$ y descrita como “la más privilegiada del recinto”, colinda con el colegio San Agustín de El Marqués y permite el paso libre de la brisa, tiene vista al patio de visitas y varios de sus ocupantes cuentan con teléfonos celulares.
Uno de los entrevistados por Tal Cual dice que varios funcionarios hacen requisas, decomisan teléfonos y meten a todos los reos de vuelta al ‘Inframundo’, solo para volver a cobrar 100 dólares a los que no soporten estar en dicho lugar.
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