La pobreza se instaló en hogares venezolanos donde expulsarla luce como utopía. Lo refleja la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi), desarrollada por la Universidad Católica Andrés Bello, convertida en faro estadístico de Venezuela ante la ausencia de cifras oficiales sobre la realidad socioeconómica de la nación

Los resultados de la edición 2019-2020 son dramáticos: 96,3% de los hogares viven en pobreza de ingresos y la tendencia de deterioro de la alimentación continúa, con solo 3% de ellos escapando de la inseguridad alimentaria. Una crisis que borra nociones de clases sociales y avanza aceleradamente, con pobreza multidimensional creciendo de 51% en 2018 a 64,8% en 2019.

No son números fríos, sino la realidad recogida en las visitas a más 10.000 hogares venezolanos donde se tomaron más de 30.000 testimonios recopilados por centenares de encuestadores distribuidos a lo largo y ancho de la nación.

La Alianza rebelde Investiga, conformada por TalCual, Runrun.es y El Pitazo, desarrolló el trabajo El rostro de la pobreza, donde los datos pasan a corresponderse con testimonios de ciudadanos convertidos en involuntarios protagonistas del desastre nacional, además con el relato de los investigadores que durante meses miraron sus condiciones de vida frente a frente.

Son voces de encuestadores que observaron las postales de un país donde 79,3% de la gente no tiene cómo cubrir la canasta de alimentos, al menos uno de cada cuatro hogares presenta la Inseguridad Alimentaria severa y unos 639.000 niños menores de cinco años padecen desnutrición crónica, y que esperaban que con cada puerta que se abría en el trabajo de campo la siguiente entrevista fuese menos triste que la anterior.

El especial explora distintas aristas de la Encovi –como pobreza, empleo, migración, reconfiguración democráfica, alimentación y educación– e incluye una entrevista en profundidad con el coordinador del estudio académico, el sociólogo Luis Pedro España.

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