Caracas.- Vacunar en medio de una pandemia es una situación inédita para el personal sanitario en el mundo. En Venezuela, al reto que implica la implementación de protocolos para reducir los riesgos de contagio del pandémico coronavirus, se suman las fallas en el abordaje de la emergencia. El pasado 15 de septiembre inició, en todo el país, el Plan Nacional de Vacunación, programa paralizado por las restricciones derivadas de la cuarentena.
Según trabajadores del Ministerio de Salud, el programa avanza sin equipos de protección suficientes, con déficit de personal y sin una divulgación idónea. Debido a esto el temor a ser agentes de contagio o terminar contagiados ha aumentado entre enfermeros y médicos a cargo de las jornadas. A muchos los asignaron a la campaña de inmunización, como una tarea adicional.
De día asisten a los ambulatorios y centros habilitados para la aplicación de las dosis. Luego, en las noches, cumplen turnos en establecimientos saturados de pacientes con COVID-19. La doble jornada de trabajo no ha significado un mejor acceso a material de bioseguridad. Apenas les asignarán un incentivo extra por mes, equivalente a unos 15 días de trabajo. Esta modalidad de dos turnos fue autorizada hace poco más de un año por el Ministerio de Salud, a consecuencia de la prolongada falta de personal.
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“Trabajamos los dos turnos, sin derecho a un sueldo adicional. Solo descuentan las horas. Uno se desgasta menos, porque algunos tenemos seis meses solo atendiendo gente por la pandemia. Eso lo único positivo, porque de resto ni siquiera mejoran la entrega de guantes y tapabocas. Por el Gobierno de Distrito Capital nos consiguieron unas mascarillas acrílicas. Si eso es aquí en Caracas, en otros sitios ni me quiero imaginar”, contó Tibisay Álvarez, enfermera en Ambulatorio Leonardo Ruiz Pineda II, ubicado en San Agustín.
A ciegas
Este jueves 24 de septiembre, la alcaldesa de Caracas, Erika Farías, informó que en la ciudad se instalaron 135 puntos de vacunación. Sin embargo, ni en el Ministerio de Salud ni el despacho local han precisado la ubicación de los sitios. Esta omisión se reitera desde hace más de tres años. Factores como la escasez de gasolina y las limitaciones de la pandemia impiden que padres con niños en edad de vacunar puedan acercarse a los sitios habituales de atención.
“Mucha gente no sabe que ya empezaron las jornadas. Es un riesgo movilizase por el temor al contagio. Otros no tienen para llegar a los sitios por falta de transporte o gasolina. Hasta el gobierno no ha dicho si se va a disponer de rutas para traslados o si se van a hacer campañas móviles. El trabajo de difusión se les deja a las comunas, sin que ellos sepan comunicar bien las vacunas disponibles, edades ni otros requisitos”, cuestionó Ismael Ríos, trabajador del área administrativa del Ministerio de Salud.
El plan está dirigido a niños a partir del primer año de nacido y mujeres embarazadas. Las dosis las aplica personal de salud en ambulatorios, Centros de Diagnóstico Integral y dependencias locales de salud. Desde que se conoció el lanzamiento del programa no se ha publicado la meta de vacunación de este año. En Caracas, de acuerdo con datos divulgados por Jacqueline Faría, jefa de gobierno de Distrito Capital, solo se sabe que en los primeros nueve días se han aplicado 26 mil vacunas, pero no a cuántos beneficiarios.
