Rusia rechazó este jueves 1 de agosto, en la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la decisión del secretario general de esa instancia, António Guterres, de investigar la destrucción y el daño sufridos por instalaciones civiles y otras apoyadas por el organismo multilateral, en la ofensiva del Gobierno sirio con apoyo ruso, contra la provincia de Idlib, al norte de esta nación.
«Lamentamos este paso, hablando con franqueza», dijo el representante permanente adjunto de Rusia, ante la ONU, Dmitry Polyanskiy, que calificó la decisión de António Guterres de «error«.
El portavoz de Guterres, Stéphane Dujarric, en la mañana, anunció mediante un breve comunicado que «el secretario general, bajo la autoridad conferida en el artículo 97 de la Carta, ha decidido establecer un grupo de investigación interno de la sede de la ONU, para indagar incidentes ocurridos en el noroeste de Siria».
En concreto, «la investigación cubrirá la destrucción o los daños a las instalaciones» situadas en la lista de zonas incluidas en dicho acuerdo y en las «instalaciones apoyadas por la ONU en el área», según apuntó Dujarric.
Según Polyanskiy, la creación de un grupo para investigar estos incidentes responde a «presiones de países que realmente no quieren llevar la paz a Siria». Sin embargo, el represente ruso expresó que tienen interrogantes respecto a que existan razones legales para indagar y agregó que no cuenta con los suficientes detalles para ahondar en una respuesta.
Lo que sí afirmó es que esta investigación se lanza con base en «noticias inventadas» y acusó a la ONG conocida como los «cascos blancos» que opera en Siria de no ser creíble.
«Nosotros hemos aportado datos y creemos que las fuentes de esa información deben ser creíbles», declaró antes de sugerir que el objetivo de la investigación no es otro que acusar a Siria y a Rusia.
«Esto no es para una investigación, esto es para acusar a Siria y Rusia de cosas que no hemos hecho», declaró ante los periodistas acreditados en Naciones Unidas.
Las fuerzas leales al presidente sirio, Bachar al Asad, con apoyo de Rusia han incrementado sus operaciones en el noroeste del país desde finales de abril, cuando comenzaron una ofensiva no declarada y una escalada de los combates en la zona desmilitarizada acordada por turcos y rusos en septiembre del año pasado.
Con información de EFE