Los Gobiernos de Colombia y Venezuela acordaron este miércoles acciones conjuntas contra el contrabando y otros delitos en la frontera común, pero no llegaron a un acuerdo para reabrir el principal paso entre los dos países, cerrado hace una semana por orden del presidente Nicolás Maduro.
La canciller colombiana, María Ángela Holguín, dijo al término de una reunión en Cartagena con su homóloga venezolana, Delcy Rodríguez, que le manifestó la convicción de «que el cierre de la frontera no es el camino para combatir este flagelo«.
«En eso hemos hecho un llamado para que podamos restablecer ese paso importante en la frontera y seguiremos trabajando para que sea una frontera nueva, una frontera productiva», manifestó Holguín en una declaración a la prensa.
La canciller recordó que «hay mucho movimiento legal en la frontera, mucha gente que vive de un lado y del otro, que estudia en un lado y que vive en el otro y que necesita seguir movilizándose» y por eso se hace necesario reabrir el paso entre Cúcuta y San Antonio.
Ante los argumentos venezolanos de inseguridad en la frontera, también por la alegada presencia de paramilitares, la canciller manifestó el compromiso de las Fuerzas Armadas colombianas de trabajar con las autoridades venezolanas para poder «dentro de muy poco tiempo demostrar que juntos» pueden «tener una frontera en paz y una frontera digna».
Colombia y Venezuela comparten una extensa frontera de 2.219 kilómetros cuadrados, en muchos lugares vulnerada por mafias dedicadas al contrabando de combustibles, alimentos y otros bienes de consumo.
Para hacer frente a esa realidad del crimen organizado, en la reunión de hoy se propuso una cita de ministros de Defensa y jefes de las Fuerzas Armadas que esperan «que sea pronto», dijo Holguín.
«Colombia ha decidido que fortalecerá la estrategia en esta lucha en 47 nuevos pasos informales y esperamos que sea una operación binacional«, agregó la canciller colombiana.
Colombia tiene la seguridad «de que juntos podremos combatir más efectivamente» el crimen organizado, agregó.
Con relación al tema de los más de mil colombianos deportados de Venezuela en los últimos días, Holguín dijo que expresó a Rodríguez la «preocupación» del Gobierno del presidente Juan Manuel Santos que, según explicó, recoge un sentimiento nacional.
En ese sentido, añadió que se invitó al defensor del Pueblo de Colombia, Jorge Otálora, «para que pueda desplazarse a San Antonio y pueda acompañar a esos deportados que van a traer sus enseres de Venezuela».
«Hemos acordado una reunión de defensores del Pueblo de Colombia y de Venezuela para que puedan trabajar en ese mecanismo, en esa cooperación, para que haya un protocolo en las deportaciones de Venezuela hacia Colombia», manifestó.
Holguín definió la reunión en Cartagena como «muy positiva, muy franca, muy abierta» entre «dos países que tienen momentos difíciles, que deben hablar y deben conversar».
Una «nueva frontera»
Por su lado, la canciller venezolana, Delcy Rodríguez, afirmó que se ha abierto el paso «hacia la búsqueda de una ruta que permita construir una nueva frontera» entre ambos países sin contrabando ni actividad de bandas criminales.
Rodríguez afirmó que el presidente Nicolás Maduro «se ha visto obligado» a cerrar la frontera con Colombia hace una semana y a decretar el estado de excepción en cinco localidades limítrofes de la región del Táchira ante «el desborde institucional por los delitos violentos» en la zona.
«Ustedes saben que en Colombia hay una producción importante de droga y los países vecinos nos vemos afectados», señaló Rodríguez sobre una de las razones por las que Maduro tomó la decisión de cerrar la frontera común.
La canciller también resaltó que han solicitado «el listado de paramilitares desmovilizados» después de los acuerdos entre el Gobierno y las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) de 2006.
Con ello, esperan «estrechar la labor conjunta y la cooperación policial» entre ambos países para poder combatir a las bandas criminales nacidas de la desmovilización de las AUC, consideradas por Maduro como responsables de la inseguridad en la región.
Rodríguez, que no hizo ninguna mención a la situación humanitaria en la frontera, afirmó que hay «un ataque contra la moneda nacional», el Bolívar, y que han «informado a las autoridades de Colombia de instrumentos jurídicos que han sido identificados por los organismos técnicos que permiten el contrabando».
Asimismo, dijo que el contrabando de productos desde Venezuela, así como de gasolina, afecta gravemente no solo a los venezolanos, sino a los millones de colombianos que viven en ese país.
«Hemos tenido como hermanos un diálogo muy franco que debe animar a nuestros pueblos», destacó.
En este sentido, señaló que le «da cierta gracia» escuchar «voces» que piden la salida de Colombia de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).
Este miércoles, el expresidente colombiano César Gaviria manifestó que el país debe plantearse la posibilidad de retirarse de la Unasur si los demás países miembros de ese organismo no rechazan la postura de su secretario general, Ernesto Samper, frente a la crisis en la frontera con Venezuela.
Rodríguez explicó que ese organismo es «un mecanismo propio de cooperación», por lo que las voces contrarias «se quedarán con los crespos hechos porque acá hay dos países hermanos solucionando los problemas de una manera franca».
En su intervención, también pidió «no dar cabida a la mentira mediática» que, en su opinión, se dirige contra el pueblo venezolano y contra Maduro y su Gobierno.
«Una cosa es la opinión que se pueda tener sobre un tema y otra muy distinta es fomentar el odio entre nuestros pueblos», concluyó.
