Maturín.- Un estruendo los hizo correr a la calle. Desde la acera de enfrente, la familia Espinoza Noguera miró atónita lo que de pronto había en su casa: una avioneta. Albanys Noguera calcula que habrían pasado 20 minutos cuando salieron del patio cargados de cocos y cayó la aeronave siglas YV 1912.
Han pasado dos días del accidente, la nave sigue en el mismo lugar y la familia espera que alguien los indemnice. Albanys contó a El Pitazo que hasta la mañana de este 23 de agosto ninguna autoridad les había ofrecido ayuda. Aunque los daños en la residencia son mínimos, explicó que las dos paredes que rompió el avión al caer deben repararse por seguridad.
“Siempre veíamos a las avionetas volar sobre nosotros. Algunas veces pensábamos que se habían apagado, porque dejábamos de escucharlas en ese sobrevuelo. Lo que nunca pensamos es que nos iban a estacionar una aquí, en el patio de la casa”, expresó Albanys.
La casa donde vive la familia Espinoza Noguera es alquilada, en diciembre de este 2021 cumplen un año en ella. Por eso sienten premura en hacer las reparaciones. “Un policía nos explicó que debíamos ir a pedir ayuda, pero con todo esto que ha pasado no recuerdo cuál es el lugar al que tenemos que dirigirnos”, dijo.
Mientras pasan los días, ahora, la familia teme cada vez que escucha que alguna aeronave sale desde el Aeropuerto Internacional José Tadeo Monagas, cuya pista de aterrizaje y despegue está ubicada a dos kilómetros del lugar del accidente, ocurrido en la calle 2 de Los Almendrones de El Silencio, la tarde del sábado 21 de agosto y en el que solo Sandro Ercoli, el piloto, resultó herido.
De ese día, Albanys también recuerda el peligro que no solo corrieron ellos sino también el grupo de niños que jugaba en la calle cuando la avioneta se estrelló. “Él (piloto) arrastró el tendido eléctrico. Cuando las guayas se cayeron al piso hubo muchas chispas. Temíamos porque alguna de ellas hiciera contacto con la gasolina y todo explotara”, contó. La situación desesperó a los vecinos y una de las casas fue desalojada. “Una señora sacó todas sus pertenencias hacia la calle. Afuera dejó colchones, cestas de ropa y otras cosas más. Lo hizo así cuando nos informaron que podía haber una explosión”, narró.
Albanys también recuerda que nunca antes vio tanta inmediatez de los cuerpos de seguridad. Aseguró que las comisiones policiales y de rescate llegaron minutos después de que se cayó la aeronave en el patio de la casa, donde se observa la cabina de mando estrellada con una mata de coco.
Aunque hay calma ha notado que en los últimos dos días la calle está más concurrida: cada vez son más personas las que llegan a tomarle fotos a la cola y a un ala de la avioneta que sobresalen de las paredes. La casa está resguardada por una comisión de la Policía del estado Monagas y de vez en cuando es inspeccionada por funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc).