Porlamar.- La Catedral Nuestra Señora de La Asunción, ubicada en la plaza Luisa Cáceres de Arismendi, municipio Arismendi, capital de Nueva Esparta, es una edificación religiosa que ha resistido en pie desde hace 400 años. Es una de las más antiguas de Venezuela, ya que es la segunda iglesia construida en el país, culminada en 1621, razón por la cual los habitantes de su jurisdicción alertan sobre el avanzado deterioro de este monumento histórico.
Desde las adyacencias de esta arquitectura estilo romana, el joven Yoscar Narváez y el profesor Jesús Aguiar, ambos residentes de La Asunción, manifestaron, el lunes 8 de febrero a El Pitazo, su preocupación de perder completamente uno de los símbolos religiosos más emblemáticos para la entidad insular.
«Quiero expresar mi preocupación por la decadencia y el deterioro que se viene agudizando en nuestro patrimonio histórico. Hemos visto la falta de pertenencia e indolencia en los ciudadanos, así como en las autoridades, con respecto al buen uso y cuidado de nuestros patrimonios», expresó Narváez.
Detalló que últimamente en el atrio de la catedral se observan niños jugando fútbol, golpeando las paredes de este ícono de la historia venezolana, lo que genera la caída de las piedras de las paredes. «El sábado pasado, después del mercado de artes, hubo una pelea, una riña, y la catedral fue una de las más afectadas, ya que fue la que recibió la lluvia de piedras», señaló Narváez.
El profesor Aguilar reiteró que cada día que transcurre se incrementa el riesgo de perder este templo donde cada año celebran los actos religiosos de El Nazareno. «Pareciera que esto no fuera tema de atención para las autoridades del Instituto de Patrimonio Cultural (IPC), ni de la gobernación, alcaldía y Cámara Municipal».
Los denunciantes calificaron de irónico que a pesar de estar ubicado un módulo policial a escasos metros de la catedral se registren alteraciones del orden público y ataques a la infraestructura. «Ellos deben resguardarla y evitar que los ciudadanos continúen llevándose las piedras, les quiten partes a las paredes, se sienten en los muros y hagan sus necesidades fisiológicas en la sacristía», dijo Aguiar.
Campañas de concienciación
La promotora cultural Magalys Guedez recordó que durante la gestión del alcalde Richard Fermín, la dirección de cultura diseñó campañas educativas para los jóvenes y para la ciudadanía, con el fin de generar responsabilidad en la conservación de este templo.
«Se entregaron folletos y se dieron inducciones para que aprendieran a dar buen uso y también se tomaron otras medidas efectivas, como fue el cierre de la calle adyacente para evitar que las vibraciones generadas por la circulación de vehículos continuaran causando daño a las columnas de la catedral», explicó.
Sin embargo, los asuntinos insisten en que ya es hora de tomar nuevas acciones que den respuesta más contundente y permitan la conservación del segundo templo más antiguo de Venezuela.
