¿Amenaza la guerra la existencia de la estación espacial Roscosmos?

40

Por. Paulino Betancourt

De acuerdo con el discurso que pronunció el presidente Joe Biden, el 24 de febrero de 2022, las nuevas sanciones contra Rusia incluirían a su agencia espacial Roscosmos. En respuesta a estas amenazas, Dmitry Rogozin, Jefe de Roscosmos, publicó un tuit que decía, entre otras cosas, “si bloquean la cooperación con nosotros, ¿quién salvará a la Estación Espacial de una salida de órbita descontrolada? y ¿dónde caería, en EE. UU. o … en Europa?”. Esto fue seguido por una declaración de la NASA en la que se confirmó que continuaría trabajando con todos sus socios, incluido Roscosmos, en el manejo seguro de la estación, lo que llevó a Rogozin a decir que “Rusia revisará cuidadosamente las sanciones” antes de dar una respuesta detallada.

El tuit de Rogozin, también explicaba que los módulos rusos son clave para mover la estación cuando necesita esquivar la basura espacial o ajustar su órbita. Entonces, ¿qué significa esto? Si bien es muy temprano para prever las consecuencias de esta crisis, preocupa cómo afectará la invasión a los años restantes de la estación espacial. Sin el apoyo de Rusia, la estación, y todos sus logros científicos y cooperativos, podrían enfrentar un final temprano.

La Estación Espacial Internacional (EEI) a menudo se ha mantenido por encima de la refriega de la geopolítica, pero ahora está bajo amenaza. Los expertos ven tales amenazas como retórica política, dada la confianza mutua de las dos partes para la seguridad de su personal en el espacio. Pero podría acelerar un divorcio largamente esperado, en su frágil matrimonio.


La Estación Espacial Internacional (EEI) es una pequeña ciudad científica flotando en el espacio y girando alrededor de la Tierra a 400 kilómetros por encima de nosotros. La estación sirve como un laboratorio de investigación en microgravedad permanentemente habitado en el que se realizan estudios sobre astrobiologíaastronomíameteorologíafísica y otros muchos campos.

La EEI fue construida y dirigida por la colaboración multinacional entre las cinco agencias espaciales participantes: NASA (Estados Unidos), Roscosmos (Rusia), JAXA (Japón), ESA (Europa), y la CSA (Canadá); se demostró con ello cómo los países pueden trabajar mancomunadamente en proyectos importantes.

La estación ha estado ocupada continuamente durante unos 20 años y ha albergado a más de 250 personas de 19 países. La EEI representa un punto culminante de cooperación en la exploración espacial. Para la tripulación actual, de cuatro estadounidenses, dos rusos y un alemán, las cosas pueden volverse preocupantes a medida que aumenten las tensiones entre EE.UU., Europa y Rusia.

En 1998, justo antes del lanzamiento de los primeros módulos, los países socios firmaron convenios de entendimiento que establecían cómo se tomarían las decisiones importantes y qué tipo de control tendría cada nación sobre los diferentes módulos de la estación.

El organismo que rige el funcionamiento de la estación espacial es la Junta de Coordinación Multilateral. Esta junta opera por consenso, tiene representantes de cada una de las agencias espaciales involucradas y está presidida por los EE. UU. Cuando el consenso no es posible, el presidente de la junta puede tomar decisiones sobre cómo avanzar o elevar el problema a la NASA y a Roscosmos.

Aunque las operaciones generales de la estación están a cargo de la Junta de Coordinación Multilateral, las cosas son más complicadas cuando se trata de los módulos en sí. La Estación Espacial Internacional está compuesta por 16 segmentos construidos por diferentes países. Cada parte de la estación se trata legalmente como si fueran extensiones territoriales de sus países de origen, conservando el control sobre los módulos.

La ISS es tan grande como un campo de fútbol: 100 metros de largo y 80 metros de ancho. Pesa aproximadamente 455 toneladas.

Por ejemplo, el módulo Zarya de Rusia aporta propulsión a la estación, manteniéndola en órbita a 407 km sobre la Tierra. Zvezda; el otro módulo, regula los sistemas de soporte vital, como la producción de oxígeno y el reciclaje de agua. Pero los segmentos rusos no pueden funcionar sin la electricidad que genera el módulo estadounidense. ¡Así que no puede haber separación de bienes!

Si bien la EEI ha funcionado notablemente bien bajo esta estructura desde su lanzamiento, ha habido momentos de tensión. En 2014, cuando las fuerzas rusas se anexaron Crimea, los norteamericanos impusieron sanciones económicas a Rusia. Como resultado, los funcionarios rusos anunciaron que ya no enviarían astronautas estadounidenses a la Estación Espacial a partir del 2020. Si bien Rusia no cumplió con su amenaza y continuó transportando astronautas, esta debía tomarse en serio. La situación hoy en día es bastante diferente, EE.UU. ha estado confiando en cohetes privados de SpaceX para transportar sus astronautas hacia y desde la EEI.

La Estación Espacial ha servido como un excelente ejemplo de cómo las naciones pueden cooperar entre sí en un esfuerzo que ha estado relativamente libre de política. El aumento de las tensiones, las amenazas y las acciones rusas más agresivas, incluido su ensayo de armas antisatélite, están poniendo a prueba la cooperación internacional en el espacio.


PAULINO BETANCOURT | @p_betanco

Investigador, profesor de la Universidad Central de Venezuela, miembro de la Academia Nacional de Ingeniería y Hábitat

El Pitazo no se hace responsable ni suscribe las opiniones expresadas en este artículo.